Voceros de la filial argentina de Syngenta juran que el acercamiento del CEO de esa compañía, Antonio Aracre, a los equipos de campaña de Alberto Fernández son producto de una iniciativa personal que nada tiene que ver con la compañía. Pero en el ámbito corporativo es poco usual que las máximas autoridades realicen actos no coordinados con la política oficial de la empresa a la que representan.

“Si bien en la multinacional de origen suizo juran que la idea de donar el 1% de la producción de alimentos para combatir el hambre fue una iniciativa personal de Aracre, en el sector sospechan que detrás de esa jugada existen fuertes intereses geopolíticos”, indica un artículo publicado por La Política Online.

A mediados de 2017 la firma ChemChina completó la compra de Syngenta para posicionarse en la industria mundial de semillas, biotecnología y agroquímicos por un monto que rondó los 43.000 millones de dólares. Dicha operación se dio en el marco de una serie de fusiones de otros gigantes del sector: en 2016 Bayer adquirió Monsanto por 66.000 millones de dólares y un año después Dow Chemical hizo lo propio con DuPont por 59.000 millones de dólares.

“La cuestión es que la presencia de Aracre en el acto del Frente de Todos pareciera no ser casual. Los que entienden del tema explican que esta especie de reperfilamiento de Syngenta responde más bien a una estrategia global de la compañía”, apuntó LPO.

El acercamiento de la multinacional controlada por China a Alberto Fernández se da además en un contexto de fuertes restricciones que deberá afrontar la Argentina para pagar los vencimientos de deuda (probablemente sin EE.UU. como aliado principal).

Dirigentes del Frente de Todos comenzaron después de las elecciones primarias (PASO) a aceitar los contactos con Beijing en lo que sería un nuevo posicionamiento internacional de la Argentina en un eventual gobierno de Alberto Fernández.

En esas conversaciones informales, incluso, se habría hablado de un generoso préstamo de China a la Argentina en caso de que sea necesario para evitar un fuerte ajuste al inicio de la próxima gestión de manera tal de achicar el déficit fiscal.

Un punto que llamó la atención es que luego de intensas negociaciones, China oficializó la apertura del mercado de harina de soja. El dato es que la medida fue leída como un gesto chino a Alberto y no a Macri dado que tendrá efecto durante el próximo mandato.

La relación entre China y la Argentina atravesó vaivenes durante el primer mandato de Macri. Los buenos vínculos bilaterales que mantuvo el Presidente argentino con Donald Trump generaron recelos por parte de Xi-Jinping en medio de la «Guerra Comercial».

En octubre de 2016 China decidió bloquear las importaciones de aceite soja argentino a modo de represalia por la paralización en las obras en las represas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner en la provincia de Santa Cruz.

Esas obras las había otorgado Cristina Kirchner a un consorcio integrado por la corporación china Gezhouba Group Company y Electroingeniería S.A., y contaban con un presupuesto millonarios del orden de los u$s 4.714 millones.

Recién en agosto de 2017 China levantó el bloqueo al principal producto de exportación de nuestro país luego de que el gobierno de Macri mostrara voluntad política para reactivar las obras en las represas antes mencionadas.

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Fuente: valor soja