Buenos Aires, 8 diciembre (NA) — El gobierno del presidente saliente Mauricio Macri puso el foco de su gestión en las Relaciones Exteriores, con el propósito de generar nuevos acuerdos comerciales y un cambio radical respecto de lo que fue la administración de Cristina Kirchner.
En ese sentido, el Ejecutivo buscó mejorar la desgastada relación bilateral con Estados Unidos, lo que derivó en que luego de 17 años un jefe de Estado estadounidense visitara la Argentina.
Entre los principales puntos de su política exterior, que contó con el comando de los cancilleres Susana Malcorra y Jorge Faurie, se pueden incluir: la aprobación del Reino Unido para que volvieran a realizarse los vuelos directos a Malvinas y la identificación de los soldados argentinos caídos en el archipiélago.
Además, la realización de la Cumbre del G20 en noviembre de 2018 permitió recibir en Buenos Aires a los mandatarios más influyentes del mundo, y alcanzar un Acuerdo de Asociación Estratégica entre el Mercosur y la Unión Europea.
Desde su campaña presidencial en 2015, Macri afirmó que Argentina se encontraba “desconectada del mundo”, por lo que en reiteradas oportunidades argumentó que había que “recuperar las alianzas tradicionales” con Estados Unidos y las potencias europeas.
Ante la decisión de restablecer vínculos con los organismos financieros internacionales y con los países del Primer Mundo, el líder del PRO persiguió recomponer la relación con el FMI y acercarse a Estados Unidos, la Unión Europea, Japón, China, Rusia y los países árabes.
Como consecuencia, Argentina dejó de lado la política de integración regional por una de alineamiento con Estados Unidos y potencias europeas.
Una de las decisiones más cuestionadas al gobierno de Cambiemos fue la idea de “explorar el diálogo” en la relación con Gran Bretaña, y establecer un “paraguas” respecto a la soberanía sobre las Islas Malvinas, lo que generó el descontento de varios sectores de la oposición.
En tanto, otro de los puntos que se llevaron las miradas en el ámbito internacional fue la postura que adoptó la Casa Rosada sobre Venezuela, ya que condenó al modelo chavista que comanda Nicolás Maduro, al que responsabilizó de la “compleja” situación que atraviesan los venezolanos.
El hecho más visible del cambio en las Relaciones Exteriores fueron las múltiples visitas oficiales que realizaron al país distintos de jefes de Estado desde que Macri llegó al poder, entre los que se destacan el presidente de Francia, Francois Hollande, y el presidente de Rusia, Vladímir Putin, entre otros.

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