Por Adrián Bifaretti * .
Buenos Aires, 19 julio (Especial para NA) — Se trata de un mundo desconocido, tan disruptivo como abrumadoramente sorprendente, donde los “argentos” de alma y carnívoros por naturaleza, resisten una situación interminable de abstinencia de domingos de asado.
Para brindar a la gente elementos que les permita tomar mejores decisiones de compra, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) continúa monitoreando precios minoristas, sigue con su panel online relevando hábitos de compra y consumo en todo el país y poniendo la lupa en las conversaciones en las redes sociales.
No queda otra alternativa que moverse al ritmo del COVID-19 y la carne argentina se está moviendo.
En un mundo con las defensas bajas, la carne vacuna está de nuestro lado y es uno de los alimentos más nobles por su contribución a la mejora de nuestro sistema inmunológico.
El planeta ha bajado enormemente su nivel de emisiones de gases y mientras tanto, “las vacas argentinas… Con barbijo y pastoreando sustentablemente”.
Se percibe que la ganadería no es la principal responsable de la contaminación ambiental y por ello, es un buen momento para resaltar que la ganadería argentina fija mucho, muchísimo más carbono del que emite.
Es sin duda una época de bolsillos complicados. Casi 7 de cada 10 compradores de carne han visto reducir su nivel de ingresos y por ello reflexionan mucho su compra y su consumo de carnes, más aún con una oferta creciente y abaratamiento del pollo y el cerdo.
Cuando 8 de cada 10 personas están buscando ofertas, tanto en carnicerías como en supermercados, la cadena vacuna viene respondiendo bien, con abastecimiento suficiente para cubrir con éxito el mercado doméstico y la exportación.
La estabilización de sus precios minoristas lo demuestra. Que los argentinos atravesemos una pandemia y sigamos comiendo 50 kg de carne vacuna por habitante por año es un dato para resaltar y cuidar. .
Hay mucha gente invirtiendo tiempo en cocinar en esta cuarentena y la carne ofrece un enorme abanico de posibilidades con recetas económicas, rendidoras, saludables y que gustan a todos.
Generar y comunicar valor agregado en un escenario inflacionario adverso, con dificultades de la gente para comprar como lo hace habitualmente, sumado a la angustia e incertidumbre que despierta el coronavirus, es un enorme desafío.
La carne vacuna está a la altura de las circunstancias y se está preparando para seguir siendo protagonista cuando la pesadilla termine.
(*) Ingeniero agrónomo. Jefe Departamento Promoción Interna IPCVA.