Roma, 4 septiembre (PR/20) — El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) ha anunciado hoy que Suecia, a través de la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Sida), ha comprometido fondos para evitar que la COVID-19 genere una crisis alimentaria en algunas de las comunidades más vulnerables del mundo.

Se destinarán SEK 50 millones (equivalentes a USD 5,7 millones) al Mecanismo de Estímulo del FIDA para la Población Rural Pobre, que presentaron en abril los Embajadores de Buena Voluntad de las Naciones Unidas por el FIDA, Idris y Sabrina Elba.

Este mecanismo está ayudando a los productores rurales y agricultores en pequeña escala a seguir cultivando y vendiendo sus alimentos en un contexto de restricciones de movimiento y comercio debido a la COVID-19. Para ello, se les brinda un acceso adecuado a los insumos agrícolas, la información, los mercados y la liquidez.

“Nos gustaría agradecer a Suecia su compromiso para lograr un mundo sin pobreza ni hambre”, declara Gilbert F. Houngbo, Presidente del FIDA. “Con esos fondos, los productores rurales, en especial las mujeres, podrán seguir vendiendo alimentos en los mercados para evitar que la pandemia de la COVID-19 se convierta en una crisis alimentaria prolongada”.

“En plena pandemia, debemos apoyar la producción sostenible de alimentos para reducir la pobreza y lograr el hambre cero para 2030. Los agricultores en pequeña escala se ven afectados en gran medida y necesitan asistencia ahora”, afirmó Carin Jämtin, Directora General de la Sida.

Suecia también se comprometió a asignar SEK 40 millones (equivalentes a USD 4,6 millones) al Fondo de Financiación para Remesas del FIDA. Ese monto contribuirá a maximizar el impacto de las remesas y las inversiones de la diáspora en el desarrollo rural, acelerar la transformación de los mercados de remesas a través de las nuevas tecnologías y promover la inclusión financiera para que las familias utilicen las remesas que reciben de manera productiva.

Está previsto que los flujos de remesas, que a menudo son vitales para las familias rurales en el mundo en desarrollo, disminuyan en torno a un 20 % este año debido a la pérdida de empleo de los trabajadores migrantes en todo el mundo y el acceso limitado a los operadores de transferencias por las restricciones vinculadas a la COVID-19.

Alrededor del 80 % de las personas más pobres y con mayor inseguridad alimentaria del mundo vive en zonas rurales. Recientemente, se ha determinado que hay unos 135 millones de personas que se enfrentan a la inseguridad alimentaria y la malnutrición agudas. Se estima que esta cifra podría prácticamente duplicarse antes de que acabe el año debido a los efectos de la COVID-19.

Las restricciones de movimiento para impedir la propagación del virus han impedido el acceso de muchos pequeños productores a los mercados para vender sus productos o comprar semillas o fertilizantes.

El cierre de las rutas de transporte y las fronteras afecta negativamente a las zonas rurales y genera disrupciones en los sistemas alimentarios. Entre los más vulnerables se encuentran los jornaleros, las pequeñas empresas y los trabajadores del sector informal, en su mayoría mujeres y jóvenes.

Suecia es miembro fundador del FIDA y uno de los 36 miembros de la Junta Ejecutiva del Fondo. Se ha comprometido a asignar más de USD 471 millones al FIDA y ha contribuido considerablemente a aumentar la resiliencia de más de 30 millones de personas de las zonas rurales, haciendo especial hincapié en ayudar a los agricultores en pequeña escala a adaptarse al cambio climático.

Primicias Rurales

Fuente: FIDA