Por Mariana Barros*.
Buenos Aires, 28 octubre (Especial para NA) — La Coordinación de Agricultura Familiar del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) se creó en 2014 y desde sus inicios propuso como principal estrategia el trabajo conjunto con las organizaciones que conforman el sector de la Agricultura Familiar Campesino e Indígena (AFCI).
También con las demás instituciones a través de la comisión de trabajo mixta conocida como SENAF (Comisión de Agricultura Familiar del Senasa).
Desde esta mirada entendemos que las problemáticas del sector, con sus múltiples aristas y sus particularidades, deben ser atendidas de manera integral, complementando en territorio las capacidades y competencias de cada una de las instituciones que instrumentan las políticas públicas para la AFCI.
De este modo, no es posible proponer solamente desde Senasa acciones para el tratamiento de los temas sanitarios y de inocuidad sin ver las necesidades reales desde distintas ópticas.
Esta necesaria mirada colectiva conforma proyectos de intervención que responden de mejor manera a la realidad y son una herramienta fundamental para los y las agentes de desarrollo que habitan los territorios y humanizan las políticas públicas.
No es solamente trabajar juntos si no complementarnos, enriquecernos teniendo claro las tensiones que se dan en todo grupo humano en función de los intereses individuales e institucionales que se ponen en juego en la intervención de cada agente.
Así es como surgió “Intervención Sanitaria Oficial en Rodeos Familiares NOA-NEA”, una propuesta de capacitación de alcance nacional que apunta a iniciar y fortalecer la implementación y fortalecimiento de equipos de trabajo territoriales en tambos familiares.
En principio, el objetivo general del proyecto es contribuir a mejorar las condiciones de sanidad e inocuidad de la producción lechera de tambos familiares a lo largo de todo el país, asistiendo a los productores para el diagnóstico y eventual eliminación de tuberculosis y brucelosis de sus rodeos productivos.
Mientras que en el caso de los rodeos familiares se presentan distintas dificultades para el cumplimiento de estas iniciativas.
Entre las principales se cuentan el desconocimiento de las condiciones sanitarias de los rodeos, ya que no se realizan de forma organizada ni rutinaria; la dificultad para afrontar el gasto que implica contar con el asesoramiento veterinario; asumir gastos de confección de carpeta sanitaria, envío y procesamiento de las muestras al laboratorio o planificar el saneamiento con el retiro a faena de los animales positivos.
Por otro lado, es fundamental tener en cuenta que ambas enfermedades son zoonóticas y la presencia de éstas afectan al consumidor final de los productos resultantes de estas unidades productivas, pero por sobre todo a la familia productora por la estrecha convivencia con sus rodeos enfermos de cuyos productos (leche fluida, quesos, dulce de leche y ricota, principalmente) también son consumidores.
Con esta primera actividad nos proponemos igualar las condiciones de alcance de los técnicos en territorio de las diferentes instituciones para el trabajo de saneamiento de rodeos familiares, brindando herramientas para la implementación de estrategias en los establecimientos en pos de producciones y productos inocuos, mejorando así las condiciones de comercialización del sector.
En este sentido, hoy, Senasa aporta una plataforma de trabajo online para conformar y fortalecer los grupos operativos, compartir experiencias e ir pensando las acciones.
Así también, se han previsto los insumos necesarios para los muestreos y tuberculización, como la participación de los agentes Senasa locales en los diferentes equipos.
Por otro lado, al tratarse de una propuesta interinstitucional las otras instituciones locales o nacionales con asiento local, aportan sus recursos desde las competencias que cada una tiene en estas unidades productivas.
(*) Coordinadora de Agricultura Familiar del Senasa.

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Fuente: NA