Ginebra, 21 marzo (PR/17) — Tras un 2016 con temperaturas 
récord en el que la banquisa ártica siguió menguando y el nivel 
del mar siguió subiendo, Naciones Unidas advirtió este martes que 
los fenómenos climáticos extremos seguirán en 2017.
   La Organización Meteorológica Mundial (OMM), una agencia 
especializada de la ONU, publicó su informe anual sobre el estado 
mundial del clima coincidiendo con la jornada meteorológica 
mundial que se celebra el 23 de marzo.
   "El informe confirma que 2016 fue el año más caliente jamás 
registrado. El aumento de la temperatura en relación a la época 
preindustrial alcanzó 1,1°C, es decir 0,06°C más que el récord 
anterior de 2015", dijo el secretario general de la OMM, Petteri 
Taalas, en un comunicado.
   Según la OMM, los fenómenos llamados extremos no sólo seguirán 
en 2017 sino que los estudios recientes "dan a pensar que el 
calentamiento de los océanos podría ser más pronunciado de lo que 
se creía".
   Los datos provisionales de los que dispone la ONU revelan que 
no se ha frenado el ritmo de crecimiento de la concentración de 
dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera.
   "Después de que el potente [fenómeno climático] El Niño de 2016 
se disipara, hoy asistimos a otras alteraciones en el mundo que no 
logramos dilucidar, estamos al límite de nuestros conocimientos 
científicos sobre el clima", dijo por su parte el director del 
programa mundial de investigación sobre el clima, David Carlson.
   El fenómeno El Niño, que se produce cada cuatro o cinco años 
con intensidad variable, ha provocado un aumento de la temperatura 
del Pacífico, desencadenando a su vez sequías y precipitaciones 
superiores a la media.
   En general este fenómeno llega a su punto máximo a finales del 
año, cercano a las fechas de Navidad, de ahí su nombre, una 
referencia al niño Jesús.
   Por otra parte el Ártico ha vivido al menos tres veces este 
invierno el equivalente polar de una ola de calor, según la OMM, 
que subraya que algunos días la temperatura era cercana al 
deshielo.
   Según las conclusiones de los investigadores, los cambios en el 
Ártico y el deshielo de la banquisa provocan una modificación 
general de la circulación oceánica y atmosférica que afecta a su 
vez a las condiciones meteorológicas de otras regiones del mundo.
   Es el caso en Canadá y gran parte de Estados Unidos, que han 
tenido un clima suave poco habitual mientras que en la península 
arábiga y en el norte de África se registraron a principios de 
2017 temperaturas anormalmente bajas. 
   Además las temperaturas en la superficie del mar fueron en 2016 
las más altas jamas registradas y el aumento del nivel medio del 
mar continuó mientras la superficie de la banquisa en el Ártico 
fue inferior a la normal durante gran parte del año.
   "La concentración de CO2 en la atmósfera no para de batir 
récords, lo que demuestra cada vez con más claridad la influencia 
de las actividades humanas en el sistema climático", explicó 
Taalas.
 
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AFP-NA