Buenos Aires, 19 abril (PR/17) — El brigadier (r) Alberto Maggi y los comodoros (r) Carlos Alfredo Rinke y Luis Blanchet recordaron el Bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea Argentina, del que se cumplen 35 años hoy lunes 1° de mayo y reconocieron que la Guerra de Malvinas les cambió la vida.

A Maggi, el 1° de mayo de 1982, día en que por primera vez entró en batalla la Fuerza Aérea, lo sorprendió en el final de su entrenamiento como primer teniente, piloto de Mirage III, interceptor supersónico, en la base aérea de Moreno, en la provincia de Buenos Aires. Luego, fue destinado a la zona de despliegue en el sur argentino.
En diálogo con NA, Maggi, subjefe de la Fuerza Aérea entre 2006 y 2009, manifestó que en la Guerra de Malvinas "pudimos poner en práctica todo lo que uno estuvo preparando en la carrera para defender la Patria y la soberanía nacional".
"No quiero decir que nos guste la guerra, menos al militar a quien le afecta particularmente, preferimos estar paz, pero si la Nación nos necesita, estamos. Militar quiere decir justamente ´uno entre mil´, y viene de antaño", sostuvo.
Expresó que "lamentablemente ahora la Fuerza Aérea no está preparada, la desinversión en material no ha permitido que el personal se adiestre convenientemente".
Recordó que una vez le preguntaron al militar y expresidente francés Charles De Gaulle para qué sirven las fuerzas armadas y contestó: "Para nada, hasta que llegan las circunstancias en que casi todo depende de ellas".
Maggi tuvo una mención especial para quien fue su instructor de vuelo en Mirage III, el capitán Gustavo García Cuerva, "que fue bajado por la artillería propia en Puerto Argentino" el día del Bautismo de Fuego.
"Dos años antes me había dicho, algún día aterrizaré en Malvinas y no lo logró. La guerra hace que uno cambie su visión de la vida" y también elogió la decisión del brigadier Ernesto Crespo, que ese 1° de mayo de 1982 ordenó que salieran todos los aviones argentinos a repeler el desembarco británico en Malvinas.
Respecto de su accionar, se remontó al 21 de mayo de 1982, cuando desarrolló una misión en un Mirage en una Patrulla Aérea de Combate PAC para evitar el desembarco de los ingleses en el Estrecho San Carlos. .
Un halcón sobre Malvinas. .
Rinke, por su parte, es reconocido como el piloto argentino que en la Guerra de Malvinas alcanzó el mayor número de salidas y llegadas al blanco, es decir la flota británica, un logro que la Fuerza Aérea todavía no contabilizó formalmente, aunque figura en el total de sus horas de vuelo en Skyhawks A4B, a cuyos tripulantes los llamaron simplemente Halcones.
"Yo era un teniente de 26 años, tenía una hija y otra en camino ya que mi mujer estaba embarazada de siete meses, recuerdo bien el 1° de mayo, el día en que entramos en combate. Todos estábamos ahí volando sin saber muy bien qué es lo que iba a pasar", reseñó.
Explicó que "muchos pilotos salieron en misiones ese día, pero fue prueba-error, no había conocimiento de las tácticas, las comenzamos a aprender".
"A mí ese día me tocó una misión prácticamente tranquila, veía en el aire muchos aviones que se encontraban, no sentí miedo", expresó.
Entre sus logros se cuentan haber atacado y hundido al HMS Coventry, un destructor Tipo 42 (Clase Sheffield) de la Marina Real, y al HMS Broadsword.
"Mi bautismo de fuego fue el 23 de mayo cuando volé con el primer teniente Luciano Guadanini, que murió por un misil enemigo. Atacamos un buque que suponemos fue la fragata Antelope, que explotó a las 3:00 de la mañana cuando los ingleses estaban desarmando las bombas. No se sabe quién fue el autor exactamente, porque ese día la atacaron mucho", dijo a NA.
Rinke admitió que le "enorgullece mucho haber participado de la guerra, pero es un tema de vida: me cambió la vida, aprendí a valorar y a tener más fe". .
Un joven piloto en Pucará.
"En el bautismo de fuego yo estaba en Puerto Santa Cruz y no nos dejaron salir en el IA 58 Pucará porque el que conducía la guerra, el brigadier (Ernesto) Crespo creía que el que volaba a menos de 500 nudos de velocidad no iba a poder ir contra los barcos, como es el caso del Pucará. Esperamos todo el día, pero no salimos", indicó el entonces joven alférez Blanchet.
Dijo a NA que "lo importante de ese día es que a los 21 y 22 años aceptamos que la muerte existe. Uno se cree inmortal y nos dimos cuenta de que podíamos morir. Así cambia tu vida radicalmente. A partir de la guerra yo fui otra persona totalmente. Aprendí el valor de la vida desde otro ángulo. Fui a las islas y tuve misiones".
"El primero de mayo no es sólo importante por las pérdidas que tuvimos que fueron cuantiosas, sino que todos entendimos el valor de lo que estábamos haciendo. Aprendimos a lo que nos enfrentábamos", precisó a la agencia Noticias Argentinas.
Analizó que "a los 16 años yo había aprendido a defender a la Patria hasta perder la vida y ahora se hacía realidad y la verdad es que en ese momento jamás se me hubiera ocurrido reclamar nada ni pensaba en ser veterano".
"Empezamos por los 55 hombres de la Fuerza Aérea que fallecieron, pero hay héroes vivos también, simplemente cumplimos con nuestro deber, habíamos jurado defender la Patria y lo hicimos", acotó.
Manifestó que está en contra de "que en mi DNI diga héroe y Veterano de la Guerra de Malvinas. Héroe no soy, héroe es el que hace más que lo que el deber le impone".
"A mí nadie me obligó a ir a la Fuerza Aérea y jurar la Patria, fui voluntario y cumplí con mi palabra y creo que lo válido de la gente de la Fuerza Aérea es éso. Un país donde el honor y la palabra valen tan poco, la gesta es ésa, hay 55 hombres de la Fuerza Aérea que cumplieron con su palabra de honor", insistió.
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