Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Marcos 4, 21-25

En aquel tiempo, Jesús dijo al gentío:
«¿Se trae la lámpara para meterla debajo del celemín o debajo de la cama?, ¿no es para ponerla en el candelero? No hay nada escondido, sino para que sea descubierto; no hay nada oculto, sino para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga».
Les dijo también:
«Atención a lo que estáis oyendo: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene».

Reflexión del Evangelio de hoy

El candil se trae para ponerlo en el candelero. La medida que uséis la usarán con vosotros

Marcos se dirige a una comunidad cristiana, probablemente asentada en la ciudad de Roma, en un entorno en el que se les hace difícil mantener la fidelidad a las enseñanzas del Maestro. Por eso para afianzar la fe de la comunidad, no sólo el evangelio nos presenta textos hermosos sobre la identidad de Jesús, sino que a esta presentación se une la exigencia del testimonio de vida de la comunidad creyente. En el evangelio de hoy se nos ofrece a nuestra reflexión la parábola de la lámpara, probablemente una serie de frases que Jesús dijo en diferentes contextos ya que aparecen recogidas también en Mateo 5,14-15; y Lucas 8, 1. Jesús en un buen pedagogo que sabe cambiar su discurso según los diferentes contextos y situaciones en las que habla.

Hoy Jesús nos habla del Reino de los Cielos, de la Palabra de Dios. Con cierta ironía coloca una situación ridícula. ¿Alquien puede encender una lámpara y esconderla al mismo tiempo? La fuerza interna y expansiva de la Palabra de Dios es como una luz potente que no se puede esconder. Interpela a sus oyentes sobre la responsabilidad de dejar pasar la luz de Su Palabra a través de la vida, testimonio. Pero acaso algunas veces ¿no tenemos la tentación de esconderla bajo el celemín del tener, de nuestros intereses…. La cama de la comodidad, la instalación en nuestras rutinas…?

“El que tenga oídos para oír”, el que tenga la valentía de hacer silencio interior y se ponga a la escucha del Espíritu, que preste atención porque el mensaje es claro, aunque su puesta en práctica es más complicada. “Con la misma medida con que midáis”, es decir, todo lo que aporte a mi entorno, a la sociedad, de comprensión, de capacidad de reconciliación, de serenidad y esfuerzo para evitar todo rechazo o discriminación, eso me revertirá porque en el amor, entrega, generosidad, cuando más se da, más se posee. ¿Acepto el reto de dar? Porque “al que tiene se le dará”.

Este pasaje nos brinda un espacio para poner a punto nuestra responsabilidad, compromiso e implicación en el anuncio del Reino. Ser luz hoy frente a tanta sombra y oscuridad. Apostar por la cultura de la vida, de la paz, del amor.

Jesús, Maestro, haznos transparentes a la luz de tu Palabra para que sepamos ser LUZ HOY.

Ser Luz para alumbrar, ser Luz para que no queden ignoradas las sombras de injusticia, violencia, marginación.

Y también ayúdanos a descubrir nuestros celemines en los que ocultamos tu luz.

Hna. Mariví Sánchez Urrutia
Congregación de Dominicas de La Anunciata, España