La emotiva historia de Felipe y Luca, los dos chicos unidos para siempre por un corazón: “Fue la primera vez en América”

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¿Disculpas sinceras?: Los cinco lenguajes para pedir perdón

¿Disculpas sinceras?: Los cinco lenguajes para pedir perdón

Así como existen los lenguajes del amor, también existen los lenguajes para pedir perdón. Te mostramos cómo pedir disculpas sinceras y cómo recibirlas
España, viernes 7 noviembre (PR/25) — En la vida del ser humano, uno de los temas que más ha sido objeto de estudio con el paso del tiempo es la comunicación, debido a que no podemos negar que por naturaleza somos seres sociales que necesitan aprender a comunicarse. Especialmente cuando se trata de pedir disculpas o expresar lo que sentimos.

El poder del perdón y las disculpas

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Para pedir perdón sinceramente es necesario tener conciencia del daño, así como también tener empatía por el otro, cuando perdonamos o pedimos perdón, existe. El padre Pío, mencionó que perdonar es un acto de valientes, por lo que en el perdón encontramos libertad y plenitud.

Los cinco lenguajes del perdón

Así como no todas las personas expresan el amor de la misma manera, tampoco todos pedimos perdón del mismo modo, explicó el doctor Gary Chapman. Por lo que, explicó que existen también cinco lenguajes del perdón, es decir, cinco formas principales en las que las personas expresan y perciben una disculpa sincera.

1Expresar arrepentimiento: “Lo siento»

Este es el lenguaje más directo y quizás el más conocido. Consiste en reconocer el dolor del otro y lamentar sinceramente el daño causado. No se trata solo de pronunciar las palabras mágicas, sino de transmitir empatía y comprensión.

Cuando alguien dice «Lo siento mucho por lo que hice, sé que te lastimé», lo que comunica es sensibilidad hacia las emociones del otro. Sin embargo, si la disculpa suena vacía, mecánica o apresurada, pierde su valor. El arrepentimiento genuino se nota en el tono, la actitud y la disposición a escuchar.

2Aceptar la responsabilidad: “Fue mi culpa»

Pedir perdón no tiene sentido si no se asume responsabilidad. Este lenguaje implica reconocer sin excusas ni justificaciones el papel que uno tuvo en el conflicto. Decir «Tienes razón, lo hice mal» o «No debí reaccionar así» es una muestra de madurez y honestidad.

Muchas veces, las disculpas fracasan porque se esconden detrás de frases como «Perdón si te sentiste mal», que trasladan la carga emocional a la otra persona. Aceptar la responsabilidad es, en cambio, una forma de recuperar la confianza a través de la autenticidad.

3Restituir: “¿Qué puedo hacer para compensarlo?”

Para algunas personas, las palabras no bastan. Necesitan ver una acción concreta que repare el daño o al menos que lo intente. Este lenguaje del perdón está ligado al compromiso y la justicia emocional.

No se trata necesariamente de regalos o gestos materiales, sino de demostrar con hechos el deseo de enmendar el error.

Puede ser algo tan simple como cambiar un comportamiento, ofrecer ayuda o realizar un gesto simbólico que exprese compromiso real. La restitución muestra que el perdón no se pide solo con la boca, sino también con las manos.

4Arrepentimiento genuino: “Prometo que no volverá a pasar»

Szczęście w małżeństwie. 7 słów, które uczynią je szczęśliwym i trwałym

 

Una disculpa sincera debe incluir la intención de cambio. De nada sirve pedir perdón una y otra vez por la misma conducta si no hay voluntad de modificarla. Este lenguaje implica reflexión, autocrítica y un esfuerzo consciente por mejorar.

No se trata de prometer perfección, sino coherencia. Cuando alguien percibe que el otro está realmente trabajando en su crecimiento personal, el perdón se vuelve más posible, porque la confianza empieza a reconstruirse.

5Pedir perdón: “¿Podrías perdonarme?”

Este es el lenguaje más vulnerable, porque pone al otro en el centro y reconoce su poder de decidir. Al pedir explícitamente perdón, cedemos el control y admitimos que necesitamos la comprensión del otro para sanar la relación.

Decir «¿Podrías perdonarme?» implica humildad y apertura: dejamos de imponer una reconciliación inmediata y aceptamos que el perdón puede tomar tiempo. Este gesto de respeto es, en muchos casos, lo que convierte una disculpa en un puente real hacia la reconciliación.

Primicias Rurales

Fuente: Aleteia

Libro recoge anécdotas de la vida de León XIV, como el día en que le dieron por muerto

Libro recoge anécdotas de la vida de León XIV, como el día en que le dieron por muerto

Victoria Cardiel

“En realidad el que falleció fue un joven, aspirante a agustino, en un accidente de autobús cuando viajaba a Lima por fin de año”, explica Lovera.

Los padres del chico, que eran de una zona rural al norte de Trujillo, no tenían medios para ir a recoger el cadáver de su hijo y le pidieron al P. Roberto que lo trajera de vuelta al pueblo.

“Recorrió más de 2.000 kilómetros de ida y vuelta conduciendo para hacerles el favor”, detalla. Pero al hacer las gestiones, continúa, “apuntaron mal su nombre y lo incluyeron dentro de la lista de las víctimas” que acabó publicada en un periódico local de Trujillo.

El día en que entregó al Papa el libro publicadoEl día en que Armando Lovera entregó al Papa el libro publicado | Crédito: Cortesía Armando Lovera

“La gente, sobre todo la gente más pobre de la parroquia, al enterarse, se fueron a la casa de los agustinos entre lágrimas y con el periódico en la mano para dar el pésame”, cuenta Lovera. Pero para su sorpresa quien les abrió la puerta fue el propio Prevost.

“Lo que más me impresiona de esta historia es la disponibilidad que siempre ha mostrado hacia sus amigos, y, por otro lado, el cariño de la gente”, agrega.

El P. Prevost y Lovera en (Trujillo) Perú donde el Papa fue párroco en los años 90. Crédito: Cortesía Armando Lovera
El P. Prevost y Lovera en (Trujillo) Perú donde el Papa fue párroco en los años 90. Crédito: Cortesía Armando Lovera

Lovera recuerda con nitidez la primera vez que lo conoció en el año 1991 en Colombia. “En aquel tiempo, en mi parroquia los jóvenes éramos bastante revoltosos, informales, y cuando me dijeron que era canonista pensé: ‘Aquí viene un señor muy protocolario, muy de normas’. Pero en cuanto se presentó y conversamos, nos desarmó. Los prejuicios se cayeron al instante porque era una persona muy accesible”, explica.

Durante siete años compartieron vida comunitaria

Armando junto con su esposa y el P. Prevost en Valladolid. Crédito: Cortesía Armando Lovera
Armando junto con su esposa y el P. Prevost en Valladolid. Crédito: Cortesía Armando Lovera

 

Prevost fue párroco de Nuestra Señora de Monserrate, en Trujillo, desde 1992 hasta 1998. Lovera guarda vivas las imágenes de aquella comunidad en sus inicios: “Mi mujer era de esa parroquia. Asistimos a su construcción cuando todavía era un arenal y los domingos llevábamos nuestras propias sillas para escuchar la Misa de los domingos, con un altar muy sencillo”.

La pasión por la música, una herencia de su madre

La amistad entre ambos también se afianzó en torno a la música, una pasión compartida. “A Roberto le encantaba la música. Empezamos a cantar juntos música peruana y también cantos agustinianos. Tenía muy buena voz y disfrutaba cantando con la gente. Teníamos la misma sintonía, y eso nos acercó más”, recuerda.

La inclinación musical del Papa tiene raíces profundas. Tal y como narra en el libro, su madre Mildred tocaba el órgano y fue una contralto (rango de voz femenina más grave) destacada en Chicago, participante del Chicagoland Music Festival de 1941. Además era una devota intérprete del Ave Maria en la Misa de los domingos.

La confianza no se perdió nunca

Cuando en 1999 el P. Prevost fue destinado a Chicago, su amistad se mantuvo viva gracias a la tecnología. “Nos escribíamos correos electrónicos. Es una persona muy accesible. La confianza no se perdió nunca”, afirma Lovera.

Armando y el P. Prevost en Orlando (EE.UU). Crédito: Cortesía Armando Lovera
Armando y el P. Prevost en Orlando (EE.UU). Crédito: Cortesía Armando Lovera

Con los años, Lovera comprendió que la sencillez del P. Roberto escondía una profunda vocación de servicio. “Nunca buscó puestos dentro de la Iglesia. Eso a mí me tocaba el alma. Yo solía decir entonces: ‘Esta persona es alguien que me revela a Dios’. Destacaba por su generosidad, su capacidad y su dominio de los idiomas”.

Recuerda con humor sus propias reacciones ante el ascenso de su amigo: “Yo sinceramente prefería que se hubiera quedado de obispo, para no perder tanto el contacto. Luego, en 2021, algunos amigos decían que el próximo Papa sería el P. Roberto, aunque yo pensaba que exageraban”.

Sin embargo, en los días previos al cónclave el nombre del P. Prevost empezó a circular en las listas de papables que publicaban los medios de comunicación y Lovera empezó considerar esa posibilidad. “Supuse que, si descubrían qué clase de persona era, lo iban a elegir. Y así pasó”, detalla Lovera que actualmente coordina la edición de textos religiosos en el Grupo de Comunicación Loyola.

Armando y el P. Prevost en Iquitos (Perú). Crédito: Cortesía Armando Lovera
Armando y el P. Prevost en Iquitos (Perú). Crédito: Cortesía Armando Lovera

Mostrar a un amigo que ofrece su amistad

“El objetivo del libro —explica— es mostrar a un amigo que ofrece su amistad y, con ella, la amistad de quien da sentido a la vida: Jesús. Roberto siempre quiso que las puertas del obispado permanecieran abiertas para todos. Jamás actuó como un soberano distante ni como un burócrata. Siempre se comportó como un hermano entre hermanos, con la responsabilidad de dirigir y tomar decisiones, pero siempre razonando”.

Para Lovera, ese es el rasgo que define al actual Pontífice: “El Papa León XIV no ha cambiado en su esencia. Es el mismo sacerdote cercano, alegre y fraterno que conocí en 1991. Sólo que ahora esa cercanía tiene el peso y la gracia de guiar a toda la Iglesia”.

Primicias Rurales

Fuente: ACI Prensa

Texto completo de la Catequesis de León XIV sobre cómo la Resurrección de Cristo da respuestas al mal y a la muerte

Texto completo de la Catequesis de León XIV sobre cómo la Resurrección de Cristo da respuestas al mal y a la muerte

Padre Opeka en Argentina

Padre Opeka en Argentina

Pedro Opeka, el sacerdote que levantó una ciudad sobre un basural en Madagascar, visita su Argentina natal

Durante las próximas semanas recorrerá distintas comunidades de Buenos Aires y del norte argentino, testimoniando que la esperanza, el trabajo y la fe pueden transformar la vida de los pueblos.

Referente mundial en la lucha contra el hambre y la pobreza, Opeka fundó Akamasoa, una ciudad levantada sobre lo que antes era un basural. Allí, la educación, el trabajo y la fe se convirtieron en pilares de una comunidad que hoy cuenta con 22 barrios y más de 4.000 viviendas para unos 30.000 habitantes, además de escuelas, hospitales y bibliotecas. Cada domingo, unas 10.000 personas participan de la Misa.

Francisco y el P. Opeka durante el encuentro

Cuando llegó a Madagascar a los 22 años, Opeka se encontró con un escenario de “violencia, robos, mentiras, envidias y ninguna solidaridad”, relató a ACI Prensa en marzo pasado. Tras su ordenación sacerdotal, regresó decidido a cambiar esa realidad.

El P. Opeka con el Papa Francisco | Crédito: Vatican Media

Un mensaje de fe y compromiso

Durante su visita, el Padre Opeka ha mantenido encuentros con distintas comunidades. Comenzó su itinerario en Buenos Aires con un encuentro con Los Espartanos, agrupación dedicada a la reinserción social a través del deporte, y luego celebró una Misa por los fieles difuntos en el barrio de Floresta.

El martes presidió la Eucaristía en el Santuario de la Medalla Milagrosa, donde, ante una multitud, recordó: “Somos todos la familia de Dios, somos todos hermanos y hermanas. En el nombre de Jesús doy testimonio de un pueblo olvidado que se puso de pie porque amaba a sus hijos y quería un futuro mejor para ellos”.

También subrayó que “Jesús nunca pasará de moda”, porque vive en el corazón de quienes buscan el bien común y aman a su familia, su pueblo y su patria.

Agenda en Buenos Aires y el norte argentino

Este miércoles 5 de noviembre, Opeka participará de una proyección documental en la Universidad UCEMA, donde en 2018 fue distinguido como Doctor Honoris Causa.

El sábado 15 de noviembre, el sacerdote visitará Akamasoa Argentina, en Lima (Buenos Aires), una comunidad inspirada en la “ciudad milagro” de Madagascar y liderada por el economista Gastón Vigo Gasparotti. Allí funcionan una escuela y una granja sostenidas por donaciones y trabajo comunitario.

La agenda en Buenos Aires culminará el domingo 16 de noviembre con una Misa en la Basílica de San José de Flores.

Opeka ha visitado la Argentina en otras oportunidades para dar charlas y compartir su experiencia.

En 2018 fue recibido por el expresidente Mauricio Macri, y un año después, el Papa Francisco visitó Akamasoa durante su viaje a Madagascar. Allí pudo ver de cerca el fruto de un trabajo que cambió la vida de miles de personas.

Su labor humanitaria le ha valido reconocimientos internacionales y nominaciones al Premio Nobel de la Paz.

El sacerdote, reconocido por su lucha contra el hambre y su compromiso con la educación de los niños desfavorecidos, visita distintas comunidades. Estará hasta fines de noviembre, consignó la agencia AICA.

 

Opeka CM, conocido mundialmente por su compromiso en la lucha contra el hambre y la pobreza, y por su labor en favor de la educación de los niños desfavorecidos, llegó a la Argentina el viernes 24 de octubre para cumplir con una agenda de actividades religiosas y sociales en distintos puntos del país.

El domingo 9 de noviembre, a las 11, celebrará una misa en la parroquia María Reina, ubicada en Mons. Hladnik 4029, Remedios de Escalada.

El sábado 15 de noviembre, por la mañana, estará presente en Akamasoa Argentina, en calle 4 y 137, Lima, una comunidad inspirada en su obra solidaria en Madagascar. Finalmente, el domingo 16 de noviembre, oficiará una misa a las 19 en la basílica San José de Flores.

La visita del padre Opeka culminará con un viaje al norte argentino del 18 al 30 de noviembre, donde continuará promoviendo su mensaje de esperanza, trabajo y dignidad para los más necesitados.

El sacerdote argentino Pedro Opeka es una figura central en la Argentina debido a su obra humanitaria en Madagascar, donde fundó la ciudad de Akamasoa, que sacó a cientos de miles de personas de la extrema pobreza.

Su modelo de trabajo, educación y dignidad se está replicando en el país a través de la organización Akamasoa Argentina, que busca replicar este enfoque de ayuda comunitaria en la Argentina, según señalan diversos medios y redes sociales.

Akamasoa en Madagascar y la réplica del modelo en Argentina

El padre Opeka fundó Akamasoa hace más de 30 años sobre un basurero en Madagascar, construyendo 22 barrios y más de 4.000 viviendas para alrededor de 30.000 personas. Su método se basa en la exigencia de tres pilares fundamentales: trabajo, educación obligatoria y disciplina.

La obra de Opeka inspiró al economista argentino Gastón Vigo Gasparotti a crear la organización Akamasoa Argentina para replicar el modelo en el país, con el objetivo de llevar soluciones comunitarias para combatir la pobreza sin recurrir al asistencialismo.

 

Actualmente, el proyecto ya ha construido viviendas y cuenta con una escuela y una granja en un predio en Lima, provincia de Buenos Aires. Las donaciones y el trabajo de una red de amigos y colaboradores son los principales motores para continuar con el proyecto.

Aunque su obra se desarrolla en Madagascar, Opeka mantiene un fuerte vínculo con su país de origen. Ha visitado la Argentina en varias ocasiones para hablar de su labor y presentar su trabajo a través de charlas, y fue recibido por ex presidentes como Mauricio Macri en 2018. Su trabajo humanitario ha sido reconocido a nivel internacional, siendo nominado en varias oportunidades al Premio Nobel de la Paz.

Para más información o para colaborar, visitar https://akamasoaargentina.org/.

Primicias Rurales

Fuente: ACI Prensa / AICA

Con Cristo, aprendamos a vivir ligeros de equipaje

Con Cristo, aprendamos a vivir ligeros de equipaje

La vida presenta retos de convivencia y lo que nos parece justo a veces se convierte en una carga pesada, por eso Cristo nos enseña a vivir ligeros de equipaje
España, jueves 6 noviembre (PR/25) — La vida es pesada en ocasiones. Los problemas se acumulan y la convivencia con los demás parece poco menos que imposible, porque las diferencias de pensamiento y posturas ante temas controversiales nos hacen difícil comprendernos, y menos aún, amarnos. Por eso es necesario que aprendamos a vivir ligeros de equipaje, como Cristo nos enseña.

Mi carga es ligera

Jesús vivió en medio de incomprensiones. No todos estaban de acuerdo con Él, incluso algunos de sus parientes lo tachaban de loco (Mc 3, 21) porque hablaba fuerte y claro. Pero nunca se rindió ante las persecuciones ni renunció a la voluntad del Padre.

Por eso, Él entiende perfectamente que en estos tiempos revueltos, en los que estamos invadidos de ideologías contrarias al cristianismo, nos sintamos agobiados y perseguidos. Y para animarnos, nos dejó estas palabras:

 «Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera»

Equipaje ligero

Modernizados, hablamos de un equipaje con que la vida nos provee, pero que debemos aprender a administrar como Cristo nos aconseja para que no se nos haga pesado el viaje al cielo.

Asimismo, desprendernos de los lastres que nos atan será la mejor opción para que el mundo no nos arrastre en su caída. ¿Y qué es lo que nos limita? La soberbia, los rencores, la ambición desmedida, el deseo por los bienes materiales, los amores egoístas, la autoestima equivocada, el afán de competencia, las envidias y todo aquello que nos separa de Dios.

Sentir que los demás tienen que someterse a nuestra voluntad nos impedirá ser felices y nos convertiremos en una pesada carga para nuestros semejantes. Creer que siempre tenemos la razón solo generará divisiones y la incomprensión reinará entre nosotros.

Escuchemos a san Pablo, que supo muy bien lo que era tratar a la gente que pensaba distinto:

«…cualquier cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios. No sean motivo de escándalo ni para los judíos ni para los paganos ni tampoco para la Iglesia de Dios. Hagan como yo, que me esfuerzo por complacer a todos en todas las cosas, no buscando mi interés personal, sino el del mayor número, para que puedan salvarse»

Deshacernos de lo que nos estorba

Por que puede ser peor: que nos atrevamos a desear el mal a quienes no piensan como nosotros. Ese deseo será la perdición de nuestras almas. Por eso debemos recapacitar y aplicar la fórmula infalible que nos ha dado nuestro Señor Jesucristo: sean mansos y humildes de corazón.

Si logramos deshacernos de ese bulto extra que nos apabulla y nos estorba para caminar hacia la santificación, la vida será un viaje liviano y el encuentro con el Dueño de la vida se convertirá en un gozo eterno.

Nuevamente san Pablo nos advierte:

«No tomen como modelo a este mundo. Por el contrario, transfórmense interiormente renovando su mentalidad, a fin de que puedan discernir cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, lo que le agrada, lo perfecto»

Que nuestro deseo de conversión comience con la lucha en contra de nuestro ego y se doblegue a la voluntad de Dios que nos ama y quiere que nos amemos unos a otros.