Sep 13, 2024 | Desarrollo Humano
Lectura del santo evangelio según san Lucas 6, 39-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola:
«¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?
No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame que te saque la mota del ojo”, sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano».
Palabra del Señor
Sep 12, 2024 | Desarrollo Humano
Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,27-38):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «A los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores lo hacen. Y si prestáis sólo cuando esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo. ¡No! Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; tendréis un gran premio y seréis hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y desagradecidos. Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis, la usarán con vosotros.»
Palabra del Señor
Sep 11, 2024 | Desarrollo Humano
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 6, 20-26
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, les decía:
«Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.
Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados.
Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. Bienaventurados vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas.
Pero ¡ay de vosotros, los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo!
¡Ay de vosotros, los que estáis saciados, porque tendréis hambre!
¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis!
¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que vuestros padres hacían con los falsos profetas».
REFLEXIÓN
Situación inversa de esta vida a la vida futura
En el Evangelio nos encontramos con la lectura continuada del capítulo sexto, que nos presenta el discurso inaugural de las Bienaventuranzas.
San Lucas nos habla de cuatro e insiste en el anuncio de un cambio total de las situaciones y refuerza la oposición entre bienaventuranza y malaventuranza.
El mensaje de Lucas es claramente más social que el de Mateo y la forma de este discurso es más breve, sin embargo, el texto está completamente en la línea de todo su Evangelio. Su interpretación de las bienaventuranzas invita a todos los hombres a transformar las estructuras de la sociedad para que haya menos gente desfavorecida. Llama dichosos, a los que en situaciones reales, son pobres, lloran, tienen hambre, son despreciados, y asegurando que de ellos es el reino de Dios, que reirán y serán saciados, marca una antítesis entre el presente y el futuro.
Las bienaventuranzas de Jesús son un mensaje decisivo, que nos empuja a no depositar nuestra confianza en las cosas materiales y pasajeras, incapaces de darnos esperanza. Él nos invita al gozo, y lo expresa exteriormente diciendo “alegraos ese día y saltad de gozo”.
Termina este pasaje con cuatro maldiciones que corresponden exactamente a las bendiciones precedentes. Dice el Papa Francisco que “Jesús con su palabra paradójica nos sacude y nos hace reconocer lo que realmente nos enriquece, nos satisface, nos da alegría y dignidad”.
Pidamos al Señor, con un fuerte deseo, que nuestra vida sea dichosa porque lo seguimos a Él, que es fuente de la verdad, de la vida y de la alegría auténtica, e inclinando nuestros oídos, escuchemos su mensaje.
Sep 10, 2024 | Desarrollo Humano
Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,12-19)
En aquel tiempo, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apodado el Celotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. Bajó del monte con ellos y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salta de él una fuerza que los curaba a todos.
Palabra del Señor
Sep 9, 2024 | Desarrollo Humano
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 6, 6-11
Un sábado, entró Jesús en la sinagoga y se puso a enseñar.
Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada.
Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo.
Pero él conocía sus pensamientos y dijo al hombre de la mano atrofiada:
«Levántate y ponte en medio».
Y, levantándose, se quedó en pie.
Jesús les dijo:
«Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer el bien o el mal, salvar una vida o destruirla?».
Y, echando en tomo una mirada a todos, le dijo:
«Extiende tu mano».
Él lo hizo y su mano quedó restablecida.
Pero ellos, ciegos por la cólera, discutían qué había que hacer con Jesús.
REFLEXIÓN
¿Qué está permitido en sábado? ¿Hacer el bien o el mal, salvar una vida o destruirla?
La enseñanza de Jesús no se limita a una exposición doctrinal, sino que incluye la acción salvadora, sanadora, de búsqueda de lo que está enfermo o perdido. Y tiene la costumbre de hacerlo en la sinagoga, en los días dedicados al Señor, el sábado. Nunca hay un día más apropiado para actuar que aquel singularmente dedicado a Dios.
Enseña con los ojos abiertos, mirando a la gente y atendiendo las situaciones que están a la vista. Nos dice San Lucas, que había entre los reunidos un hombre que tiene la mano derecha paralizada. Para quienes estaban allí, eso no tenía especial relieve y los escribas y los fariseos no andan pendientes de esas cosas, van a lo suyo. ¿Qué es lo suyo? Acechar a Jesús, tratar de sorprenderlo haciendo lo que “no se debe en sábado”. No están allí para aprender, para contractar y examinarse. Ellos están seguros de sí mismos y de su perfección.
Jesús coloca en el centro de la comunidad al hombre de la mano atrofiada y les pregunta ¿Qué se puede hacer en sábado, el bien o el mal, salvar una vida o destruirla? La pregunta está planteada, pero el remedio para esa persona no quiere que aguarde su posible contestación. Ha venido a salvar y salva. Y se dirige al hombre de la mano atrofiada, mirando a todos, y le dice: “Extiende tu mano”. La obediencia de la fe manifiesta la fuerza de la palabra. Hizo lo que Jesús le pidió y quedó su mano restablecida. La fe en Jesús es la que sana, salva y devuelve al buen camino.
Cuando no hay fe no hay posibilidad de experimentar la acción salvadora de Dios. Aquellos que, repetidamente son testigos de las obras buenas de Jesús, no se sienten interpelados y nos dice el evangelista: “Pero ellos, ciegos por la cólera, discutían qué había que hacer con Jesús”. Jesús abre nuevos caminos, da plenitud a lo mandado, poniendo ante los ojos lo que encierra cada mandamiento y cuando eso es comprendido, la mente, el corazón y las entrañas se abren y la sensibilidad ante las situaciones que vive cada ser humano, reacciona para hacer lo que hizo Jesús. Nunca ha habido un día más apropiado para hacer el bien que el día que decimos ser del Señor.
¿Cómo respondo antes las situaciones erradas que se viven en nuestros días? ¿Cómo me interpela la palabra y las acciones de Jesús?
Sep 6, 2024 | Desarrollo Humano
Lectura del santo evangelio según san Lucas 5, 33-39
En aquel tiempo, los fariseos y los escribas dijeron a Jesús:
«Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber».
Jesús les dijo:
«¿Acaso podéis hacer ayunar a los invitados a la boda mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, entonces ayunarán en aquellos días».
Les dijo también una parábola:
«Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo; porque, si lo hace, el nuevo se rompe y al viejo no le cuadra la pieza del nuevo.
Nadie echa vino nuevo en odres viejos: porque, si lo hace, el vino nuevo reventará los odres y se derramará, y los odres se estropearán.
A vino nuevo, odres nuevos.
Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: “El añejo es mejor”»
Palabra del Señor