Buenos Aires, 10 septiembre (PR/22) –La dimensión ambiental es un factor muy importante en la competitividad de las empresas. Así, considerar dicha dimensión en la toma de decisiones ayuda no sólo a conservar los recursos naturales, mantener la productividad de las actividades, y a adecuarse a las regulaciones legales y del mercado, sino también colabora a convertir a las empresas en organizaciones atractivas. En ese sentido, el Movimiento CREA pone mucho énfasis en lograr producciones sostenibles, lo cual se destaca en la visión de la institución para el 2025.
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En este marco, en 2019 surge la Gestión Ambiental CREA como proceso que permite incorporar la dimensión ambiental en la toma de decisiones de las empresas, a la vez que capitaliza el trabajo realizado previamente por el Movimiento en temas ambientales, ya sea dentro de la Red como en conjunto con otras organizaciones. El Área de Ambiente de la Unidad de Investigación y Desarrollo coordina este proceso y las herramientas que lo componen son codesarrollados y validadas con técnicos de todo el Movimiento. Tanto para este codesarrollo, como para el escalamiento del proceso, juega un rol central la Mesa Técnica Ambiental formada en 2020. Este espacio de intercambio ha tenido gran aceptación y ha facilitado la implementación de GAC en varios grupos del Movimiento.
Las GAC se pueden realizar a través del sitio ubicado en Mi Espacio CREA. Este proceso se implementa en base a tres herramientas claves:
▪ Normas de Gestión Ambiental CREA.
▪ Autoevaluaciones sobre el marco legal y de Buenas Prácticas Agropecuarias.
▪ Sistema de Indicadores Ambientales.
Al utilizarlas, se logra medir, bajo el mismo estándar, el desempeño ambiental de los establecimientos
agropecuarios. Estas acciones ayudan a implementar procesos de mejora continua en las empresas.

NORMAS DE GESTIÓN AMBIENTAL CREA. Son el marco teórico para realizar la GAC a nivel de establecimiento agropecuario. Dentro de las normas se incluyen los requisitos legales y las pautas para implementar las buenas prácticas de gestión del suelo, del agua, de los insumos, de los residuos y del cuidado de las personas. Asimismo,
establecen criterios para identificar posibles riesgos ambientales y para el monitoreo de la biodiversidad. La gestión ambiental, al igual que la gestión empresarial, se realiza de forma anual, en línea con el ciclo o campaña agropecuaria (por ejemplo, desde el 1 de julio de un año hasta el 30 de junio del siguiente año). Si la empresa cuenta con más de un establecimiento, debe integrar los resultados de cada uno para conocer su resultado global.
Misión CREA: “Somos empresarios agropecuarios que trabajamos en grupo. Compartimos experiencias, generamos conocimientos y potenciamos ideas para el desarrollo sostenible de las empresas y el país”.
Visión CREA: “Las empresas CREA, integradas a la comunidad, son referentes de innovación y sostenibilidad”.

Caracterización productiva-ambiental. Para realizar la GAC es importante realizar una caracterización de los establecimientos productivos, que considere los siguientes aspectos:
▪ Ordenamiento territorial: requerimientos del marco legal referido a los límites urbanos y rurales, a las condiciones de uso del territorio cercano al ejido urbano (periurbano), y a las restricciones sobre algún tipo de uso del suelo o sistema de producción.
▪ Cuenca hidrográfica: conocer la cuenca hidrográfica de influencia para el establecimiento, y características topográficas (cómo es la pendiente, cuál es la posición del establecimiento en la cuenca, etc.).
▪ Ecorregión – Biodiversidad: caracterización de la biodiversidad (abundancia de flora y fauna presente, especies emblemáticas, amenazadas y endémicas) y los aspectos que influyen sobre la misma (rotación de cultivos, ubicación de humedales y/o cuerpos de agua, y de corredores biológicos -áreas protegidas o de conservación-,
proporción de superficie natural y transformada).
▪ Ecorregión – Clima: caracterización de las condiciones climáticas más frecuentes y su variabilidad, como temperaturas y precipitaciones (mínimos, medios y máximos), radiación, vientos predominantes, humedad relativa.
▪ Ecorregión – Suelo: conocer los tipos de suelos presentes (carta de suelos de INTA), su estado (análisis de suelo), e historia de uso (rotaciones, intensidad de uso, carga animal, manejo realizado, desmonte y posterior uso).
▪ Riesgos ambientales: identificar los potenciales riesgos intrínsecos del establecimiento (ej., erosión), y del sistema productivo que se realiza (ej., uso de fitosanitarios, encierre animal). En este punto se deben considerar a las personas que trabajan dentro del establecimiento y a aquellas cercanas (ej., comunidades, escuelas rurales), a los cuerpos de agua superficiales y subsuperficiales, al suelo (estado y conservación), al aire (emisión de gases de efecto invernadero y polución), a la biodiversidad y a los residuos de producción (ej., envases, silobolsa) y domiciliarios.
Mediante la caracterización productiva-ambiental de los establecimientos, se logra una mirada sistémica y de largo
plazo, lo cual permite identificar limitantes y definir prácticas de gestión y uso de tecnologías, monitorear, y reducir al mínimo la generación de externalidades negativas.
. También se pueden definir los momentos más favorables de
uso de recursos, calcular la probabilidad y/o cuantificar riesgos climáticos, e interpretar pronósticos.

AUTOEVALUACIONES LEGALES Y DE BUENAS PRÁCTICAS AGROPECUARIAS. En el sitio web de GAC, las empresas
pueden realizar autoevaluaciones sobre: (i) la adecuación al marco legal correspondiente a la ubicación de sus establecimientos, así como (ii) la implementación de las buenas prácticas agropecuarias en las distintas actividades que realiza (agrícolas, ganaderas y lecheras). Se recomienda a las empresas comenzar su gestión ambiental
completando la autoevaluación legal, y luego, las autoevaluaciones referidas a las actividades. En el caso de producir cultivos de grano o pasturas para consumo animal, las empresas deberán responder el módulo agrícola más el módulo ganadero y/o lechero, según corresponda.
Autoevaluación legal. El cuestionario indaga sobre el conocimiento de las leyes ambientales (general y de presupuestos mínimos) relacionadas a las actividades productivas, y sobre la adecuación y metodología utilizada para el cumplimiento del marco normativo. Como resultado se muestra el nivel de cumplimiento general de la
empresa por temática (gestión de agua y residuos, bosques, aplicaciones de fertilizantes y fitosanitarios, envases,
Una externalidad es una situación en las que los costos o beneficios de producir o consumir un bien o servicio no se ven reflejados en su precio de mercado.
Son efectos secundarios positivos (buenos) o negativos (malos), que se producen cuando una persona o una empresa realiza una actividad y no asume todos los costos o beneficios que ésta le podría aportar.

CONCLUSIONES. A lo largo del informe se reflejó la importancia de implementar la Gestión Ambiental CREA para incorporar la dimensión ambiental en el negocio. A su vez, se resaltó la utilidad de las autoevaluaciones y de los sistemas de indicadores disponibles para identificar puntos de mejora en las empresas. Por último, se mostraron valores de los perfiles de banda toxicológica y del índice EIQ de los planteos de control fitosanitarios empleados durante la campaña 21/22, registrando algunas diferencias asociadas a las condiciones ambientales y productivas.

Ver informe completo: https://www.crea.org.ar/informe-microeconomico-n87/

 

Primicias Rurales

Fuente: CREA