Por la Dra. Virginia Busnelli, (MN 110351), Médica especialista en nutrición y directora del Centro de Endocrinología y Nutrición CRENYF. Autora del libro “¿Es Estrés o tu tiroides?, Editorial El Ateneo.

Buenos Aires, 24 octubre (PR/22) Estamos arrancando una época del año que se caracteriza por estar llena de colores, flores, buenas energías y calorcito… esto implica que empezamos a “revolear” la ropa abrigada para empezar a disfrutar de las altas temperaturas. Pero, así como arranca todo esto, también se vienen presiones personales y sociales por encajar en un estereotipo de cuerpo, “tenemos que llegar al verano más flacas/os”, y es así como nos metemos en un sinfín de DIETAS LOCAS Y RÁPIDAS. No y no. NO debemos encajar en ningún lado sino amarnos como somos, mientras estamos en el proceso de cambio hacia una mejor salud integral y NO a las dietas insostenibles y que nos hacen mal.

Te cuento un poco más… ¿Cuál es el secreto de las dietas? Las dietas nos ofrecen una serie de pasos, tips o mejor dicho indicaciones con la promesa de que, si las seguimos al pie de la letra, lograremos lo que queremos: bajar de peso rápido y fácil. Pero ¿a costa de qué? ¿Este descenso de peso es saludable?

Las dietas modifican nuestra alimentación de manera abrupta y nos restringen de muchísimos alimentos y placer, lo que provoca un descenso de peso veloz con pérdida de masa muscular. La realidad es que este tipo de propuestas son insostenibles, llega un punto en el que nuestra mente y nuestro cuerpo (a causa, no de nuestra voluntad, sino de numerosos cambios metabólicos que ocurren en nuestro interior) nos piden un poco de “realidad” y se vuelve a retomar hábitos anteriores, muchas veces acompañados de alteraciones de la conducta alimentaria como aumento en las ingestas y mucha ansiedad. Todo esto provoca una re ganancia de peso veloz que no viene sola, sino con muchos sentimientos de frustración, angustia, culpa, baja autoestima y dificulta la posibilidad de alcanzar un peso saludable, ya que muchas veces, luego se presenta de nuevo la necesidad de dietar. Es así como nos embarcamos en un círculo que pocas veces tiene fin, convirtiéndonos en dietántes crónicos, lo que hace que nuestro metabolismo empiece a tomar un papel de resistencia a nuestros intentos de descender de peso en el futuro.

Luego de entender un poco lo que generan las dietas en nuestro cuerpo, mente y alma te invito a que, si el verano y la llegada del calor provocan en vos la necesidad de sentirte y verte mejor, te lo cuestiones, cuestiones el motivo y el medio. No arranques dietas locas, dedicá ese tiempo a la consulta con un profesional en nutrición que te guie en la búsqueda de un cambio de hábito que este adaptado a vos, a tu salud, tus gustos, preferencias, trabajo, situación económica y más.

El proceso de cambio debe estar basado en el respeto, la empatía y debe realizarse sin estrés y con disfrute. Las dietas nos hacen perder tiempo, el tiempo necesario para la búsqueda de hábitos sostenibles. Sin lugar a dudas, las “dietas locas” no son el camino.

 

 

Primicias Rurales