Un rato antes, el productor agropecuario y ex presidente de AACREA y del INTA en la gestión de Cambiemos, había expuesto en el Primer Foro de Medio Ambiente que organizó Carbap en Trenque Lauquen y nos había sorprendido al mostrar un faceta como conservacionista y amante de los animales que no era muy conocida en él. A punto tal que le pidió a sus pares: “Cuando vean un puma, no lo maten”.

-¿Por qué les pediste eso?

-Porque vemos al puma como una amenaza y no vemos todo lo que significa para un ecosistema como el del oeste de la provincia de Buenos Aires tener al máximo depredador entre nosotros. Eso significa que todo su ecosistema sea reconstituido.

-¿Están apareciendo mucho más pumas que antes?

-No existían hace 50 años. Para ver un puma tenías que ir a San Luis o a La Pampa, cazarlo y verlo. Hoy es normal verlos en los campos.

Balbin expuso ante los dirigentes de Carbap fotos de un puma en medio de una plantación de trigo. Contó que lo ve con frecuencia merodear por su campo y que no le parece nada malo sino todo lo contrario: un síntoma de que la agricultura puede convivir perfectamente con las especies silvestres.

“Claro, nosotros vemos las consecuencias muchas veces del puma y te da bronca porque quizás a una majada te la liquida, sobre todo si no hay gente viviendo cerca. Cada tanto se mete con algún ternero, te rayan un potrillo también, pero ese puma genera otro tipo de beneficios enormes, que son por ejemplo controlar toda la cadena por debajo del puma, empezando por los  peludos.

Mirá la entrevista con Juan Balbín:

El ex presidente del INTA y de los Grupos CREA, que hoy integra el denominado Grupo Lonja junto a otros productores que en el anterior gobierno pasaron por la función pública, consideró que los productores deben acostumbrarse a convivir con el puma, y que incluso podrían utilizarlo a favor en el futuro. “La verdad que sería un sello a futuro poder certificar que estamos haciendo las cosas bastante bien, porque no creo que haya otra producción en el mundo que haya recuperado a sus máximos predadores y estén presentes entre nosotros”, reflexionó.

-¿Decís que la presencia de tanto puma es un síntoma de que las cosas andan bien, ambientalmente, en el sector agropecuario?

–Si claramente, porque antes no habría pumas en esta zona. Si el ecosistema no se hubiese recuperado no podría vivir. Por eso digo que hay que verlo como una oportunidad, como una suerte de sello de calidad de lo que estamos haciendo. Es loco lo que digo, pero pensémoslo a nivel mundial: cualquier otro sistema agrícola y ganadero no tiene la posibilidad de tener sus mayores predadores conviviendo con los productores.

-¿Y es posible esa convivencia?

-Si sabemos manejarnos con algunos problemitas, creo que tenemos futuro y podemos convivir con el puma, con el zorro, con los carancho que están volando.

-¿La población de zorros también está regresando al medio rural?

-Hace 30 o 40 años salíamos de chicos a cazar libres de noche: ibas con un reflector y agarrabas 30 o 40 liebres. Hoy solo volvés con 2 o 3 liebres. Eso es bueno, al revés de lo que pensábamos. La liebre no es autóctona, vino de Europa, fue declarada plaga. Hubo un negocio muy grande atrás, con empresas que exportaban a Europa. Ppero al no ser autóctona no tuvo ningún depredador acá, porque el ecosistema no estaba bien. En la medida que se logró un equilibrio, el zorro la controló. Hoy salís una noche con un reflector y a lo mejor ves más zorros que liebres.

-La imagen social es totalmente contraria: dice que la soja expulsa fauna, que la agricultura contamina el ambiente…

-Bueno, pero la realidad es otra. Hace 30 años un zorro valía 25 liebres. De chico era rarísimo encontrar un zorro. Hoy salís a la banquina en cualquier ruta y lo ves. Y en el campo salís a la tardecita y los tenés ahí. Y está ahí por algo, porque todo el resto del ecosistema lo alimenta.

-¿Por qué le pediste al resto de los productores que no maten estas especies?

-Matarlos no tiene sentido y es una lástima. El tema es tratar de convivir con ellos y no solo ver los daños que te producen sino también los beneficios. Por ejemplo todo lo que son insectos. Al tener inviernos y verano muy marcados, las primeras generaciones de poblaciones tienen muy pocos predadores. No te diste cuenta que ese año estuvo. Esas primeras generaciones no se controlan, tiene una capacidad de multiplicarse enorme y tenés una plaga que te arrasa un cultivo. Bueno, está pasando hace años que, por ejemplo, no estamos viendo los cultivos de soja con orugas, porque se están controlando solas y no es mágico, hay algo atrás, hay que estudiarlo. Por eso hay que tratar de proteger determinados ambientes que por ahí son chicos, son improductivos,. Muchas veces porque queda más prolijo o porque no tenemos nada mejor que hacer, vamos y hacemos macanas con ese tipo de ecosistemas. Pero son los que nos permiten que todo el resto, tenga un equilibrio que tiene un impacto enorme.

-¿Hay que cambiar la forma de mirar cada campo?

-Sí, tenemos que pensar que es un todo y una parte es el cultivo y otra parte es el ecosistema. Tenemos que pensar también que estos ecosistemas nosotros los alteramos. Entonces, hay que ver cómo el resto de la naturaleza se adapta a esas alteraciones. Ahí está el caso de la cotorra. La cotorra en esta zona no existía y por haber plantado los árboles que plantamos hoy tenemos cotorras. Y esa cotorra que en La Pampa se regula por alimentación, porque le faltan alimentos, acá los tiene, porque la siembra directa va a dejar rastrojos de maíz tirados todo el año, y tenés soja. Bueno, eso lo aprovecha. La naturaleza de alguna manera siempre se reinventa y te genera este tipo de oportunidades. Y la verdad que no hay que ponerse en contra, hay que tratar de entenderla y de alguna manera disfrutarla también.

 

 

Primicias Rurales

Fuente: Bichos de Campo