En la web de santos corazones.org, administrada por las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María, se narra que la beata vio a la Virgen orar en su interior con un deseo ardiente de toparse con su Hijo.

En ese momento, apareció un ángel y le dijo a María que vaya a la pequeña puerta de Nicodemo, porque el Señor “estaba cerca”. La Madre de Dios se llenó de gozo y salió presurosa sin que las otras mujeres se dieran cuenta.

Más adelante, Cristo glorioso y resucitado se presentó a María en el Calvario. Las almas de los patriarcas hicieron reverencia a la Virgen y el Redentor le enseñó sus heridas. La Virgen intentó postrarse para besar los pies de su Hijo, pero Él la levantó y desapareció.

María quedó muy feliz y se arrodilló para besar el sitio donde se había aparecido su amado Jesús.

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Fuente: ACI Prensa