Imagen 1: trigo emergido libre de competencia de malezas

Buenos Aires, 31 de mayo (PR/23) .- Al arrancar la campaña, es importante definir las estrategias de manejo de malezas. Historia del lote, monitorear los flujos de emergencia, manejar los cultivos estratégicamente, planificar las aplicaciones de herbicidas y registrar toda la información son algunas de las claves.

La previa y el monitoreo: la base para la toma de decisiones

Para planificar un correcto manejo de malezas, hay que saber que cada zona tiene sus problemáticas y que cada lote tiene un historial, y es en esto en los que se debe sustentar la toma de decisiones.

Para lograr un cultivo de trigo exitoso, es imprescindible identificar los activos utilizados en los cultivos antecesores y su fecha de aplicación. En esta campaña, marcada por la sequía y siembras de gruesa más tardías, los riesgos de carry-over aumentan. Dentro de los principios màs utilizados, con los que se debe tener precaución están: ALS como Clorimuron-etil + Sulfometuron-metil, Rimsulfuron, Thiencarbazone-metil + Iodosulfuron-metil, Diclosulam; HPPD como Biciclopirona, otros como Clomazone, Atrazina.

El monitoreo es clave para determinar las malezas target y planificar estrategias culturales y químicas que mejor se adecuen a su control, se debe comenzar desde la cosecha del antecesor, registrando emergencias y conociendo el banco de semillas. Según la encuesta de la Red de Manejo de Plagas de Aapresid (REM) a socios de Aapresid, las malezas que definieron las aplicaciones del barbecho de otoño fueron rama negra, raigrás, ortiga mansa y el complejo de crucíferas.

A su vez, hay dos aspectos de las poblaciones de malezas a relevar: confirmaciones de resistencias y los flujos de emergencia en la zona. Para esto último, la REM dispone en su sitio de curvas de emergencia de las principales malezas por zona.

A cada lote su manejo

En lotes que ya tienen historial complicado, lo importante es lograr la implantación del cultivo lo antes posible, mediante variedades de siembra temprana y macolladoras para lograr una rápida cobertura y una mejor competencia.

En los lotes con controles deficientes a la salida del cultivo de verano, se recomienda “resetearlos” lo antes posible con un buen barbecho corto y aplicar los preemergentes en lotes con una baja población de malezas emergidas.

El aporte de residuales preemergentes es indiscutido, más aún con malezas complicadas donde la paleta de productos para postemergencia del trigo es escasa y/o de menor eficiencia si las poblaciones son abundantes o pesadas de tamaño.

No está de más recordar que la clave para un control quìmio eficiente es que las malezas se encuentren en estadios fenológicos tempranos y asegurar la rotación de principios activos para tener controles efectivos y reducir el riesgo de resistencias.

La misma encuesta de la REM reveló que, en los barbechos químicos cortos para trigo, se imponen los herbicidas del grupo ALS y mezclas de activos. Con buenos controles de barbecho corto, la adopción de residuales, en lotes que no tengan un banco de semilla complicado y donde la implantación de un cultivo competidor esté asegurada, se puede prescindir de tratamientos de presiembra/preemergencia y postemergencia.

Mientras que cuando los flujos de emergencia de las malezas target no se posicionan solo en el otoño temprano, se debe apuntar a controles en presiembra o preemergencia del cultivo para arrancar su ciclo sin competencia.

Hay malezas para las cuales los controles deben ir más allá, y acá es donde el uso de postemergentes es una alternativa a sumar. Sin embargo, la paleta de productos y momentos de acción no es tan amplia y, por lo tanto, su eficiencia no alcanza por sí sola. En cuanto los más usados por los productores en esta etapa, la encuesta de la REM posiciona en el podio al uso de hormonales para el control de latifoliadas.

Para conocer el abanico de opciones de PRE y POST emergentes a aplicar, sitios de acción y principios activos y nombres comerciales, la REM publicó en su sitio web una guía de herbicidas para trigo.

Ampliar el panorama al largo plazo

La batalla contra las malezas comienza antes de la siembra del trigo. El historial del lote y cuál es la composición florística de malezas, sumado a la información de sus flujos de emergencia, van a ser determinante para la planificación y el éxito de cualquier estrategia de manejo.

En cuanto a los herbicidas y a su momento de aplicación, lo importante es tener una planificación que encadene controles con diversificación de modos de acción y activos en los diversos posicionamientos posibles. Existen diferentes alternativas, o incluso la posibilidad de mezclar sitios de acción ampliando el espectro de control.

Desde la REM remarcan la necesidad de diseñar un sistema con visión a mediano y largo plazo, que integre todas las prácticas disponibles. La idea que debe primar es la de adelantarse a problemas que puedan complejizarse a futuro, seleccionando las prácticas culturales que más aporten a una buena competencia del cultivo y encadenando controles con herbicidas estratégicamente aplicados, en dosis de marbete, con tamaño de malezas adecuadas o, mejor aún, previas a emerger, y diversificando, rotando y hasta mezclando sitios de acción en búsqueda de mejores controles y de postergar la aparición de biotipos resistentes en las poblaciones de malezas.

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Fuente: Aapressid