Junto con San Lucas, estos hermanos son considerados habitualmente como los santos patronos de los médicos y cirujanos.
Médicos ejemplares
Se hicieron de buena fama y la gente llegó a apreciarlos muchísimo, en especial porque nunca pidieron dinero a cambio del servicio que prestaban. En Oriente, aún hoy, se les llama “los santos sin dinero”.
Cosme y Damián entendieron a la perfección que ponerse al servicio de la gente era una manera de anunciar a Cristo, Servidor de la humanidad, así como de servirlo. Ellos sabían muy bien que el servicio es algo que compromete de palabra y acción, que además mueve a la oración constante y que llena el corazón de amor a los demás.
Testigos de Aquel que cura toda herida y enfermedad
Los hermanos continuaron gozando del cariño y respeto de sus coetáneos. Lamentablemente, durante la persecución de Diocleciano, ambos fueron apresados por ser cristianos y después condenados a muerte.
Moribundos, los hermanos fueron echados en la hoguera, pero el fuego no les hacía daño. Finalmente, a la usanza romana, los ejecutaron cortándoles la cabeza. Estos eran los violentos inicios del siglo IV.
La misión de los santos
Hoy, muchos fieles siguen recurriendo a estos médicos mártires, ya sea para pedir la curación de alguna enfermedad que se padece, o la de un familiar o amigo.
Su imagen suele estar en algún hospital, enfermería, consultorio médico o sala de espera, como recuerdo o símbolo de que en los momentos difíciles Dios siempre nos envía a alguien para que nos asista y ayude.
Patronazgo
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Si quieres saber más sobre estos hermanos médicos y santos, te recomendamos este artículo de la Enciclopedia Católica: https://ec.aciprensa.com/wiki/Santos_Cosme_y_Dami%C3%A1n.
Para conocer más de estos santos mártires, visite: https://www.aciprensa.com/santos/santo.php?id=288
Primicias Rurales
Fuente: ACI Prensa