Buenos Aires, 23 de noviembre (PR/23) .- Con 833 hectáreas, de las 850 que se ocupan en Mendoza para el cultivo de esta hierba aromática, lidera una producción que crece y se tecnifica en búsqueda del sello de Identificación Geográfica.

Si pensabas que todos los oréganos son iguales, después de leer esta nota no vas a decir lo mismo. Por su aroma y sus características organolépticas, el que se produce en la provincia de Mendoza, más específicamente en el departamento de San Carlos en el Valle de Uco, deja en claro que no tiene comparación.

Con el objetivo de obtener la certificación de Identificación Geográfica (IG), iniciaron en 2021 diferentes estudios que incluyeron analizar sensorialmente, con paneles de catadores, el orégano de distintos lugares del mundo. Así, se comparó al producido en San Carlos con los de países como Perú y Etiopía, y también con los de Córdoba (segunda provincia productora a nivel nacional) y de otros departamentos de Mendoza. “Siempre nos dio como resultado que el orégano de San Carlos tiene una mayor intensidad aromática y una tipicidad de aromas muy propios”, cuenta Alfredo Baroni, director técnico del Instituto de Desarrollo Rural (IDR), uno de los organismos encargados de tramitar el sello ante el Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca del Ministerio de Economía de la Nación. Actualmente se encuentran en la etapa más administrativa con la esperanza de lograr el

reconocimiento dentro de los próximos seis meses. Si bien en Mendoza hay algunos genotipos o variedades de oréganos como la criolla que, si bien ya casi se encuentra extinguida mantiene su importancia por haber sido nombrada como el mejor orégano del mundo, para la IG se tendrá en cuenta un blend que tenga al menos un 50% de la variedad compacta.

Con aroma propio

La característica distintiva del orégano de San Carlos se debe, principalmente, a dos condiciones: es un cultivo que, si bien requiere riego, se adapta mejor a las condiciones de clima seco y esta zona, como todo el Valle de Uco, tiene una altura promedio mayor a la del resto de Mendoza con una alternancia de temperaturas entre el día y la noche; por otra parte se utiliza agua de deshielo.

Además de la combinación de estas condiciones de la naturaleza, “también influye el factor humano, la forma de trabajarlo, si la cosecha es mecánica o manual, el despalillado, el tratamiento posterior, entre otros”, detalla Baroni.

Así, el aroma del orégano de san Carlos “es lo que reconocemos como olor o aroma a orégano”, afirma y destaca que el Sello de Identificación Geográfica, al estar vinculado al origen de la producción, “implica que se reconozca una calidad diferenciada y otorga una garantía para el consumidor”. De esta forma, al incorporarlo a las comidas se podrá estar seguro de contar con un producto que se caracteriza por su intensidad y tipicidad aromática, pureza (ausencia de palo), y sin hojas.

Hacia una producción con valor agregado

El orégano de San Carlos originalmente era trabajado en minifundios por los productores de agricultura familiar y se vendía a granel o en bolsones de 50 kilos, pero sin ningún agregado de valor, a empresas que lo comercializaban fuera de la provincia de Mendoza. De esa forma, se lo fraccionaba mezclándolo con otros oréganos para la venta al consumidor.

Sin embargo, “desde hace unos cinco años empezó a darse un proceso de diferenciación y agregado de valor local, con empresas que lo elaboran íntegramente en Mendoza y lo venden fraccionado, lo cual permite asegurar la trazabilidad del producto y agregar valor que queda en el territorio local”, asegura el Director del IDR. La planta de orégano tiene dos cosechas al año, una alrededor del mes de noviembre y otra en enero o febrero. En su proceso, se utiliza casi la totalidad de la inflorescencia del orégano: “se deja secar lo que se cortó se separan las inflorescencias, luego se ventea para sacarle el polvo y se comienza con el fraccionamiento”.

Mendoza es el principal centro de producción de orégano en el país con el 50% del total, seguido por Córdoba (25%) y San Juan (15%). A su vez, dentro del territorio mendocino, los distritos sancarlinos de Pareditas y Chilecito, concentran la mayor superficie de orégano y productores. También se destacan, aunque en menor medida, las localidades de Eugenio Bustos, Tres Esquinas, Casas Viejas, El Cepillo, La Consulta, Villa de San Carlos y Paso de las Carretas. Esto implica que de un total de 850 hectáreas que ocupan 189 productores de esta hierba aromática en la provincia cuyana, 833 se encuentran ubicadas en el departamento de San Carlos, mientras que las restantes están en el departamento de Luján de Cuyo (22,67 h) y San Rafael que cuenta con 2,89 hectáreas cultivadas.

De izq. A der.: Alfredo Baroni, Juan Ignacio Pina, Diego Araya y productor de orégano.
De izq. A der.: Alfredo Baroni, Juan Ignacio Pina, Diego Araya y productor de orégano.

A pesar de contar con una importante área productiva, en Argentina “todavía somos importadores de orégano”, resalta Baroni y comparte los siguientes datos: “En términos generales se importa alrededor de 800 mil kilos de orégano al año y se exportan 300 mil kilos. Se calcula que a nivel local se destinan unos 500 kilos”.

Asimismo, afirma que “el sector está en un proceso de reconversión. La producción tradicional del productor minifundiasta que hace cosecha manual, es un modelo que se está agotando. Está surgiendo un modelo más tecnificado, con cosecha mecanizada y en algunos casos riego por pivote. Se está comenzando un manejo diferencial que si se complementa con lo comercial para agregar valor en origen y fraccionar, va a empezar a ser más rentable con un mayor crecimiento. Si a eso le sumamos una herramienta como es la diferenciación con el sello de calidad de la IG, que lo posicione en el mercado, es un sector que tiene todas las posibilidades para poder seguir creciendo”.

Pareditas, el corazón del orégano argentino

Destacando la importancia que tiene el orégano en la economía regional del Valle de Uco, cada año a mediados de enero se celebra la Fiesta Nacional del Orégano en el Pueblo de Pareditas. Con espectáculos folclóricos, degustación de comidas típicas y ventas de productos artesanales, es un encuentro para revalorizar a las localidades mendocinas que tienen a este cultivo como el protagonista de su vida cotidiana con familias productores que transitan la cuarta generación.

También se realiza el Orégano Tour para quienes quieran disfrutar de un recorrido a caballo, sulqui o bicicleta por producciones de la finca aromática artesanal, el galpón de trabajo para finalizar con degustaciones y una copa de vino en un bar tradicional. Como cierre, se elige y se corona a la nueva reina del Orégano.

Por Paola Papaleo

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