Por Jorge Vasconcelos y Maximiliano Gutiérrez

 

Buenos Aires, 1114 diciembre (PR/23) — La inevitable aceleración de la tasa de inflación demanda anclas firmes para evitar la espiralización, y no todos los instrumentos apropiados están disponibles.  La política cambiaria está supeditada a la necesidad de reconstituir reservas, la política monetaria está siendo condicionada por la obsesión por “desarmar la bomba “de las Leliqs y la política fiscal comienza a achicar el déficit más por el lado de la recaudación que por la contención de los gastos

  • La necesaria corrección de los distorsionados precios relativos encuentra a algunos de ellos en el piso, y a otros más cerca del techo. La variación acumulada en los últimos doce meses, incluyendo los ajustes de los últimos días, marca una suba de 332,1 % para la hacienda vacuna y de 260 % para el gasoil, guarismos que comparan con una variación estimada para el IPC de 222,6 % (incluyendo diciembre)
  • Tomando la nueva mezcla para exportadores (80 y 20), la paridad de 800 pesos para el oficial, pero también la flamante escala de las retenciones, se tienen incrementos nominales del dólar de exportaciones del 39 % para los despachos al exterior de soja, respecto de los valores del 1ro de diciembre. Siembre sobre esa base comparación, los aumentos del tipo de cambio de exportación resultan de 29 % para el trigo y el maíz, de 25 % para carnes y productos lácteos, pero de sólo el 13 % para productos industriales y de economías regionales
  • La implementación de retenciones de 15 % a las exportaciones, y la suba del “impuesto País” a importaciones hasta una alícuota de 17,5 %, genera “sesgo antiexportador”, parcialmente atenuado por el hecho que bajo el régimen de “admisión temporaria” las importaciones están exentas del Impuesto País. Pero, en regla general, el tipo de cambio efectivo de exportación muestra una relación de 77 a 100 con el dólar de importación
  • El anuncio de una pauta del 2 % para la variación mensual del tipo de cambio no luce consistente con el ritmo de inflación de diciembre y meses subsiguientes. El ROFEX muestra un sendero distinto para la variación del tipo de cambio, ya que los contratos a futuro se pactan con una variación implícita de 7,2 % para enero y más cercana al 10 % mensual para el período de febrero a abril
  • Otro anuncio controvertido es el de la emisión del BOPREAL para la regularización de la deuda de importaciones. Es posible que el gobierno aspire que, para su suscripción, ingresen dólares por el CCL de modo de mantener acotada la brecha cambiaria, dado lo limitado del monto de depósitos a plazo fijo en el sistema. Pero, al asumir el BCRA una deuda en “hard dollar”, la política económica se estaría alejando todavía más de la ruta de la dolarización: estos bonos no son “licuables” como las Leliqs, y empeoran significativamente el balance del Central.

 

Primicias Rurales

Fuente: IERAL. Fundación Mediterránea