VIA LUCIS SEGÚN SAN LUCAS
Selección de textos y comentarios: Eduardo A. González
Buenos Aires, jueves 10 abril (PR/25) — El tradicional Via Crucis – “camino de la Cruz” – recuerda los últimos pasos de Jesús hasta la cruz y el sepulcro. El Vía Lucis – “camino de Luz”- continúa esa marcha, proponiendo textos bíblicos que muestran a Jesús vencedor de la muerte, manifestándose como el Resucitado.
“Mediante el ejercicio del Via lucis los fieles recuerdan el acontecimiento central de la fe . La Resurrección de Cristo – y su condición de discípulos que en el Bautismo, sacramento pascual, han pasado de las tinieblas del pecado a la luz de la gracia.
Durante siglos, el Via Crucis ha mediado la participación de los fieles en el primer momento del evento pascual – la Pasión – y ha contribuido a fijar sus contenidos en la conciencia del pueblo. De modo análogo, en nuestros días, el Vía lucis, siempre que se realice con fidelidad al texto evangélico, puede ser un medio para que los fieles comprendan vitalmente el segundo momento de la Pascua del Señor: la Resurrección”
El Vía lucis, además, puede convertirse en una óptima pedagogía de la fe, porque, como se suele decir, “per crucem ad lucem” – “por la cruz a la luz”. Con la metáfora del camino, el Via lucis lleva desde la constatación de la realidad del dolor, que en plan de Dios no constituye el fin de la vida, a la esperanza de alcanzar la verdadera meta del hombre: la liberación, la alegría, la paz, que son valores esencialmente pascuales.
El Vía lucis, finalmente, en una sociedad que con frecuencia está marcada por la “cultura de la muerte”, con sus expresiones de angustia y apatía, es une estímulo para establecer una “cultura de la vida”, una cultura abierta a las expectativas de la esperanza y a las certezas de la fe.”
(Directorio sobre Piedad Popular y Liturgia)
Para diseñar este Via lucis, se ha dividido el final del Evangelio de san Lucas y algunos textos de su otra obra, los Hechos de los Apóstoles, en Catorce Estaciones. Se continúa con un breve comentario, el silencio de meditación y algunas intenciones seleccionadas de la Liturgia de las Horas y otros formularios de Pascua. Se sugiere que al comienzo, al final e intercalado entre las estaciones, se canten algunas de las canciones propias del tiempo pascual.
1a. Estación: EN EL CORAZÓN OSCURO DEL SEPULCRO, LA LUZ AGUARDA.
José de Arimatea, un miembro del Consejo, hombre recto y justo, que había disentido con las decisiones y actitudes de los demás y esperaba el Reino de Dios, fue a ver a Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.
Después de bajarlo de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro cavado en la roca, donde nadie había sido sepultado. Era el día de la Preparación, y ya comenzaba el sábado.
Las mujeres que habían venido de Galilea con Jesús siguieron a José, observaron el sepulcro y vieron cómo había sido sepultado. Después regresaron y prepararon los bálsamos y perfumes, pero el sábado observaron el descanso que prescribía la Ley. ( ver Lucas 23,50-56)
Comentario
El camino de la cruz parece terminar con la muerte, el dolor, el sufrimiento y la tumba
. Pero la esperanza no muere; triunfa la vida.
Dice San Pablo: “Si Cristo no hubiera resucitado, nuestra fe no sirve para nada”.
En el corazón oscuro del sepulcro, la pequeña luz estallará deslumbrante.
En la Vigilia pascual la entrada luminosa del gran cirio y el resplandor de cientos de luminarias personales recuerda que la liberación de toda opresión, de la injusticia, de la violencia, del egoísmo y del pecado, ahora es posible.
Silencio de meditación
Intenciones ( Laudes del Sábado Santo)
– Señor Jesús, que como grano de trigo caíste en la tierra para morir y dar fruto abundante,
. que también nosotros sepamos morir al pecado y vivir para Dios
– Pastor de tu Pueblo, que quisiste ocultarte en el sepulcro para dar vida a todo hombre y a toda mujer,
. que nosotros sepamos también vivir escondido contigo en Dios.
– Nuevo Adán que quisiste bajar al reino de la muerte para librar a todos los encarcelados desde los orígenes del mundo,
. que todos los hombres y mujeres, muertos al pecado, escuchen tu voz y vivan para siempre.
– Te adoramos Cristo Resucitado y te bendecimos,
porque eres la Luz del mundo.
2a. Estación: LA MADRUGADA ALUMBRA UNA TUMBA VACÍA
El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con los perfumes que habían preparado. Ellas encontraron removida la piedra del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
Mientras estaban desconcertadas a causa de esto, se les aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes. Como las mujeres, llenas de temor, no se atrevían a levantar la vista del suelo, ellos les preguntaron:
-¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Recuerden lo que él les decía cuando aún estaba en Galilea: «Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de los pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día».
Las mujeres recordaron sus palabras. ( ver Lucas 24, 1-8)
La aurora del nuevo día es también el amanecer de la fe.
Sólo su certera mirada podrá descubrir que el sepulcro vacío es la antesala de la novedad que extrapola toda fantasía: ¿Porqué buscar entre los muertos al que está vivo?
En el corazón de la historia, Cristo ha destruido la muerte y el pecado.
Ahora es posible la amistad con Dios, la gracia, como realidad generadora de hombres y mujeres nuevas.
La pascua de Jesús se extiende a la historia personal, a las circunstancias concretas de cada hombre. Todos tiene la posibilidad de incorporarse y construir su reino.
Silencio de meditación.
Intenciones ( Inspiradas en el Pregón Pascual)
– Jesucristo, tú que rompiste los lazos de la muerte y surgiste victorioso del abismo,
. aleja toda injusticia y todo mal .
– Jesucristo, lucero de la mañana sin ocaso,
. devuelve la inocencia a los caídos y la alegría a los afligidos.
– Jesucristo, tú que con la muerte borraste ese necesario pecado de Adán,
. disipa los odios, reconcilia las familias y derrota los corazones soberbios.
– Te adoramos Cristo Resucitado y te bendecimos,
porque eres la Luz del mundo.
3a. Estación: LAS MUJERES ANUNCIAN LA AURORA DEL RESUCITADO
María Magdalena, Juana y María, la madre de Santiago, y las demás mujeres que las acompañaban, regresaron del sepulcro y contaron todo a los Apóstoles y a todos los demás, pero a ellos les pareció que deliraban y no les creyeron.
Sin embargo, Pedro se levantó y corrió hasta el sepulcro. Al asomarse, no vio más que las sábanas. Entonces regresó lleno de admiración por que había sucedido. (ver Lucas 24,9-12)
Comentario.
Las mujeres del anuncio son las primeras evangelizadoras, es decir, las primeras transmisoras de la Buena Nueva.
Los varones no les creen. Todo debe ser fruto del dolor y del delirio.
Pero quizás ellos también estén abrumados por la culpa de haber negado y abandonado a quién con tanto entusiasmo habían seguido.
Una vez más el impetuoso Pedro corre veloz al sepulcro, se asoma viendo sólo las sábanas que envolvían al crucificado, y vuelve con un sentimiento de sorpresa y admiración por todo lo sucedido.
Muy lentamente la luz de la fe irá disipando las tinieblas y quedará convencido.
Como nos ocurre a nosotros, que por humanos, dudamos, preguntamos, y nos admiramos hasta descubrirnos frente al Señor Resucitado, persuadidos y seducidos.
Silencio de meditación.
Intenciones (Libro de la Sede, Oración del III B Domingo de Pascua )
– Por la Iglesia que sufre, que lucha, que espera;
. para que aparezca en ella la vida nueva de Jesús resucitado.
– Por los que se encuentran en camino y todavía no han llegado a la fe,
. para que descubran al Señor Jesús.
– Por nosotros, reunidos aquí en el nombre de Cristo,
. para que nos haga comprender el sentido actual que tiene su muerte y su resurrección en nuestras vidas
– Te adoramos Cristo Resucitado y te bendecimos,
porque eres la Luz del mundo.
4a. Estación: EL RESUCITADO SE REVELA COMPAÑERO DEL CAMINO
Ese mismo día, dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús, situado a unos diez kilómetros de Jerusalén. En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido. Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos. Pero algo impedía que sus ojo lo reconocieran. Les preguntó:
– ¿Qué comentaban por el camino?.
Se detuvieron, con el semblante triste, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió:
– ¡Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días!.
– ¿Qué cosa?.
Ellos respondieron:
– Lo referente a Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo, y cómo nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser condenado a muerte y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas. Es verdad que algunas mujeres que están con nosotros nos han desconcertado: ellas fueron de madrugada al sepulcro y al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les había aparecido unos ángeles, asegurándoles que él está vivo. Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como las mujeres habían dicho. Pero a él no lo vieron.
Jesús les dijo: «¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No será necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?
Y comenzando por Moisés y continuando en todas las Escrituras lo que se refería a él.
(ver Lucas 24, 13-27)
Comentario.
En el camino de Emaús, la Luz quiere hacerse compañera de los hombres desconcertados y aturdidos.
¿Dónde encontrar respuesta ante la esperanza que parece defrauda?
¿Dónde encontraremos nosotros nuevas perspectiva ante los interrogantes de la vida?
¿Somos también duros de entendimiento?
Al igual que aquellos caminantes de Emaús, también para nosotros el Resucitado quiere descubrirnos las Escrituras para que encontremos el rumbo y el sentido.
Silencio de meditación.
Intenciones: (Vísperas del Martes II de Pascua)
– Señor Jesús, que te hiciste compañero de camino de los discípulos que dudaban de ti,
. Acompaña también a tu pueblo peregrino entre las dificultades e incertidumbres de esta vida
– No permitas que tus fieles sean lentos para creer,
. y aumenta nuestra fe para que te proclamemos vencedor de la muerte.
– Mira Señor con bondad a cuantos no te reconocieron en su camino,
. y manifiéstate a ellos para que te reconozcan como salvador.
– Te adoramos Cristo Resucitado y te bendecimos,
porque eres la Luz del mundo.
5a. Estación: EL RESUCITADO SE REVELA COMPARTIENDO EL PAN ATARDECIDO
Cuando llegaron cerca del pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. Cleofás y su compañero le insistieron:
– Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba.
El entró y se quedó con ellos. Estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio. Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista. Se decían:
– ¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras? (ver Lucas 24,28-32)
Comentario.
La solidaridad de los dos compañeros se convierte en invitación y ruego.
– Quédate con nosotros, no te vayas con riesgo de perderte en la soledad de la noche y sin luz para el camino.
Y cuando Cleofás y su amigo se hicieron cercanos y solidarios, compartiendo la mesa y la comida con ese hombre solitario, descubrieron que con el corazón ardiente comprendían las Escrituras y con ojos bien abiertos, habían encontrado por un instante, la luz resucitada del Amigo.
¿Cuál es el nuevo rumbo del Emaús en este siglo?
¿Dónde encontrar hoy el albergue que protege y la presencia que ilumina?
Jesús Resucitado, nos acompaña para que lo descubramos oculto en el pobre y marginado, en el abandonado y excluido, como lo está en el sacramento del Pan y el Vino.
Silencio de meditación.
Intenciones ( Libro de la Sede. Oración del Domingo III A de Pascua)
– Por la Iglesia, para que caminando al paso de la humanidad,
. sepa llevar a todos la feliz esperanza de la resurrección del Señor.
– Por los que viven sin fe, los que caminan sin esperanza , decepcionados, como los dos discípulos de Emaús,
- para que el Señor camine junto a ellos, abra sus ojos y encienda sus corazones.
– Por nosotros,
. para que seamos capaces de reconocer a Jesús en el prójimo que camina a nuestro lado, en la sagrada Escritura, y al compartir el pan y el vino de la Eucaristía.
– Te adoramos Cristo Resucitado y te bendecimos,
porque eres la Luz del mundo.
6a. Estación: EL RESUCITADO NO ES UN ESPÍRITU
Los discípulos de Emaús regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los Once y a los demás que les dijeron:
– Es verdad, ¡el Señor ha resucitado y se apareció a Simón!.
Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo:
– La paz esté con ustedes.
Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó:
– ¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo.
Después, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó:
– ¿Tienen aquí algo para comer?.
Le presentaron un trozo de pescado asado; él lo tomó y lo comió delante de todos.
(ver Lucas 24,33-43)
Comentario.
¡Jesús resucitado!
Es difícil aceptarlo. Lo están viendo y sin embargo se mantiene esos sentimientos de admiración y resistencia mezclados.
El propio Jesús los provoca interrogándolos: ¿Porque la vacilación y las dudas?. Pueden tocarme y mirarme.¡Me están viendo!.
Juan Pablo II sintetizó la experiencia de esos primeros discípulos, que puede ser también la nuestra cuando dijo: “Ciertamente no fue fácil creer…En realidad, aunque se viese y se tocase su cuerpo, sólo la fe podía franquear el misterio de aquel rostro”.
Silencio de meditación.
Intenciones (Laudes del Martes de Pascua)
– Cristo salvador, que en tu resurrección anunciaste la alegría a las mujeres y a los apóstoles y salvaste el universo entero,
. conviértenos en testigos de tu resurrección.
– Tú que has prometido la resurrección universal y has anunciado una vida nueva,
. haz de nosotros mensajeros del Evangelio de la vida.
– Tú que prometiste estar con tus discípulos hasta el fin del mundo,
. quédate hoy con nosotros y sé siempre nuestro compañero.
– Te adoramos Cristo Resucitado y te bendecimos,
porque eres la Luz del mundo.
7a. Estación: EL RESUCITADO ENVÍA TESTIGOS Y MISIONEROS
Jesús dijo a los Once a los demás que estaban reunidos:
– Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos.
Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió:
– Así esta escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto. Yo les enviaré lo que mi Padre les ha prometido. Permanezcan en la ciudad, hasta que sean revestidos con la fuerza que viene de lo alto». (ver Lucas 24,44-49)
Comentario
El rostro que los discípulos contemplaban era el mismo de aquel Jesús con quien habían vivido unos tres años.
Ahora reflejaba la verdad luminosa de la vida resucitada.
Pero más importante que la visión y la presencia, es que Jesús da luz e inteligencia para que comprendamos las Escrituras y el sentido de su sufrimiento y de su resurrección.
La fuerza que viene de lo alto, la fuerza del Espíritu prometido por el Padre, nos convierte en misioneros y misioneras en todos los pueblos de la tierra. Anunciamos que es posible el amor, porque es posible el cambio, la conversión y el perdón de los pecados.
Silencio de meditación
Intenciones ( Laudes del Jueves VI de Pascua)
– Dios y Padre, Tú que por la columna de fuego iluminaste a tu pueblo en el desierto,
. Ilumina hoy con la resurrección de Cristo nuestra vida.
– Tú que por la voz de Moisés adoctrinaste a tu pueblo en el Sinaí,
. Haz que Cristo resucitado sea hoy palabra de vida para nosotros.
– Tú que por el maná alimentaste a tu pueblo peregrino en el desierto,
. haz que Cristo Resucitado sea nuestro pan de vida.
– Tú que por el agua de la roca diste de beber a tu pueblo,
. por la resurrección de tu Hijo danos hoy parte en tu Espíritu de vida.
– Te adoramos Cristo Resucitado y te bendecimos,
porque eres la Luz del mundo.
8a. Estación: EL RESUCITADO SE ALEJA PROMETIENDO LA FUERZA DEL ESPÍRITU SANTO
Después de su Pasión, Jesús se manifestó a los Apóstoles dándoles numerosas pruebas de que vivía, y durante cuarenta días se le apareció y les habló del Reino de Dios.
En una ocasión, mientras estaba comiendo con ellos, les recomendó que no se alejaran de Jerusalén y esperaran la promesa del Padre:
– La promesa que yo les he anunciado. Porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo, dentro de pocos días.
Los que estaban reunidos le preguntaron:
– Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?.
Jesús les respondió:
– No les corresponde a ustedes conocer el tiempo y el momento que el Padre ha establecido con su propia autoridad. Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.
Dicho esto, los Apóstoles lo vieron elevarse y una nube lo ocultó de la vista de ellos.( ver Hechos 1,3-9)
Comentario.
¿Cuáles son los confines de la tierra?
El conocimiento de los primeros discípulos les permitía pensar en la zona del mar Mediterráneo, los límites del Imperio Romano desde España hasta la India y todos los pueblos que se agrupaban bajo el nombre genérico de “los paganos”.
Los testigos del Resucitado fueron cruzando caminos y con el correr de los siglos llegaron a Rusia, China, Japón y las regiones desconocidas del África.
Entre las luces y las sombras de la conquista europea de América, el mensaje de Jesús llegó a nuestro continente, y hoy somos nosotros, los bautizados y las bautizadas que extendemos esos confines, hasta dónde llega el testimonio, la palabra y las presencias.
Silencio de meditación.
Intenciones (Vísperas del Viernes II de Pascua)
– Jesús Salvador, tú que muerto en la carne fuiste devuelto a la vida por el Espíritu,
. haz que nosotros, muertos al pecado, vivamos también de tu Espíritu.
– Tú que enviaste a tus discípulos al mundo entero para que proclamaran tu Evangelio a todos los pueblos.
. haz que cuantos anuncian el Evangelio a los hombres vivan de tu Espíritu.
– Tú que recibiste todo poder en el cielo y en la tierra para dar testimonio de la verdad,
. guarda en tu verdad a quienes nos gobiernan.
– Tú que todo lo renuevas y nos mandas esperar anhelantes la llegada de tu reino,
. haz que cuanto más esperemos el cielo nuevo y la tierra nueva que nos prometes, con tanto mayor empeño trabajemos por la edificación del mundo presente.
– Te adoramos Cristo Resucitado y te bendecimos,
porque eres la Luz del mundo.
9a. Estación: PEDRO ANUNCIA LA RESURRECCIÓN AL PUEBLO
Después que Pedro curó a un paralítico dijo al pueblo:
-“¿De qué se asombran?.¿Por qué nos miran así, como si fuera por nuestro poder o por nuestra santidad que hemos hecho caminar a este hombre?
El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestro padres glorificó a su servidor Jesús, a quien ustedes entregaron, renegando de él delante de Pilato, cuando este había resuelto ponerlo en libertad. Ustedes renegaron del Santo y del justo y pidiendo como una gracia la liberación de un homicida, mataron al autor de la vida. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos, de lo cual somos testigos.
Por haber creído en su Nombre, ese mismo Nombre ha devuelto la fuerza al que ustedes ven y conocen. Esta fe que proviene de él, es la que lo ha curado completamente, como ustedes pueden comprobar.
Ante todo para ustedes Dios resucitó a su Servidor y lo envió para bendecirlos y para que cada uno se aparte de sus iniquidades. (Hechos 3,12-17.26)
Comentario.
La predicación de Pedro parte de una constatación histórica: Jesús e Nazaret, el Santo y el Justo fue entregado al poder de Pilato para
que muriera el Autor de la vida y tuviera vida un homicida causante de muerte.
Pero el poder del Dios de Abraham, nuestro padre en la fe y de sus descendientes Isaac y Jacob, el Dios de la Vida, no quiere la muerte de su Hijo y resucita al Crucificado.
La fe en Jesucristo es poder que cura, convierte, transforma, perdona los pecados, consuela, bendice y alaba.
Silencio de meditación.
Intenciones ( Libro de la Sede, Oración de los fieles del II Domingo de Pascua)
– Por la comunidad de los creyentes en Cristo,
. para que lo sea cada día más y así irradie al mundo entero la alegría de la Pascua.
– Por los que buscan y aún no han llegado a la fe,
. para que tengan la dicha de poder creer sin ver.
– Por nosotros,
. para que seamos creyentes, más creyentes, mejores creyentes.
– Te adoramos Cristo Resucitado y te bendecimos,
porque eres la Luz del mundo.
10a. Estación: EL PRIMER MÁRTIR ENTREGA SU VIDA EN LAS MANOS DEL RESUCITADO
Esteban, lleno del Espíritu Santo y con los ojos fijos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios. Entonces exclamó:
– Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios.
Sus enemigos comenzaron a vociferar y, tapándose los oídos, se precipitaron sobre él como un solo hombre, y arrastrándolo fuera de la ciudad, lo apedrearon. Los testigos se quitaron los mantos, confiándolos a un joven llamado Saulo.
Mientras lo apedreaban, Esteban oraba, diciendo:
– Señor Jesús, recibe mi espíritu.
Después, poniéndose de rodillas, exclamó en alta voz:
– Señor, no les tengas en cuenta este pecado.
Al decir esto, expiró. (ver Hechos 7,55-60)
Los discípulos siguen los pasos de su Maestro.
Jesús murió fuera de Jerusalén y Esteban fue arrastrado fuera de la ciudad.
Jesús en la cruz decía: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.
Esteban, herido por las pedradas grita arrodillado: “Señor, no les tengas en cuenta este pecado.
Jesús muere diciendo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.
Esteban se dirige a Jesús, el Hijo cuya gloria junto al Padre declara ver en el cielo abierto: “Señor Jesús, recibe mi espíritu.”
Es la confianza del mártir, del creyente, de quien está convencido que la vida es peregrinación del retorno al Padre, encuentro con el Hijo, porque el Espíritu Santo conduce y plenifica.
Intenciones (Laudes del Domingo de Pascua)
– Cristo, luz esplendorosa que brillas en las tinieblas, rey de la vida y salvador de los que han muerto,
. concédenos vivir hoy en tu alabanza.
– Señor Jesús, que anduviste los caminos de la pasión y de la cruz,
. concédenos que unidos a tí en el dolor y en la muerte, resucitemos también contigo.
– Rey de la gloria, esperamos anhelantes el día de tu manifestación gloriosa,
. para poder contemplar tu rostro y ser semejantes a ti.
– Te adoramos Cristo Resucitado y te bendecimos,
porque eres la Luz del mundo.
11a. Estación: EL RESUCITADO SALE AL ENCUENTRO DE SU ENEMIGO
Saulo, que todavía respiraba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de traer encadenados a Jerusalén a los seguidores del Camino del Señor que encontrara, hombres o mujeres.
Mientras iba caminando, al acercarse a Damasco, una luz que venía del cielo lo envolvió de improviso con su resplandor. Cayendo en tierra, oyó una voz que le decía:
– Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?.
El preguntó:
– ¿Quién eres tú Señor?.
La voz le respondió:
– Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Ahora levántate, y entra en la ciudad: allí te dirán qué debes hacer.
Los que lo acompañaban quedaron sin palabra, porque oían la voz, pero no veían a nadie. (ver Hechos 9,1-7)
Comentario.
Los hombres y mujeres, creyentes en Jesús resucitado se llamaban “los seguidores del Camino del Señor”.
Para los hebreos “el camino” designaba una constante manera de actuar y un estilo de vida.
Para los que luego se llamaran “cristianos” se trata del camino marcado por Jesús.
El camino de Damasco es para Saulo o Pablo una marcha contra el Camino del Señor.
Pero en el camino de Damasco el apasionado perseguidor se encuentra con un poder que lo derriba..
Jesús, perseguido y encadenado en sus hermanos y hermanas no responde como un enemigo.
Se le presenta como Luz y como Amigo.
Al igual que para Pablo, ese es también nuestro Camino.
Silencio de meditación.
Intenciones ( de Laudes y Vísperas del 29 de Junio)
– Tú que después de la resurrección, te apareciste a Pedro y te revelaste a Saulo,
. ilumina nuestras mentes para que confesemos tu resurrección.
– Tú que elegiste al apóstol Pablo para que anunciara tu nombre,
. haz ce nosotros verdaderos apóstoles de tu Evangelio.
– Tú que enviaste a Pablo a evangelizar a los paganos,
. haz que el anuncio de la salvación llegue a todos los pueblos.
– Te adoramos Cristo Resucitado y te bendecimos,
porque eres la Luz del mundo.
12a. Estación: LA FE ENCUENTRA AL RESUCITADO
Pablo, en la sinagoga de Antioquía se levantó y, pidiendo silencio con un gesto, dijo:
– «Escúchenme, israelitas y todos los que temen a Dios:
Dios resucitó a Jesús de entre los muertos y durante un tiempo se apareció a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, los mismos que ahora son sus testigos delante del pueblo. Y nosotros les anunciamos a ustedes esta Buena Noticia: la promesa que Dios hizo a nuestros padres, fue cumplida por él en favor de sus hijos, que somos nosotros, resucitando a Jesús, como está escrito en el Salmo segundo: Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy.
Que Dios lo ha resucitado de entre los muertos y que no habrá de someterse a la corrupción, es lo que el mismo Dios ha declarado diciendo: Cumpliré las santas promesas hechas a David, aquellas que no pueden fallar.
Por eso también dice en otro pasaje: No permitirás que tu Santo sufra la corrupción.
Sin embargo David, después de haber cumplido la voluntad de Dios en su tiempo, murió, fue a reunirse con sus padres y sufrió la corrupción. Pero aquel a quien Dios resucitó no sufrió la corrupción.
Ustedes deben saber que la remisión de los pecados les ha sido anunciada por él. Y la justificación que ustedes no podían alcanzar por la Ley de Moisés, gracias a él ,la alcanza todo el que cree. ( ver Hechos 13, 16. 30-39)
Pablo, el antiguo perseguidor, es ahora un “seguidor” del Camino del Señor.
Junto con Bernabé son enviados a Antioquía, la ciudad dónde por primera vez los discípulos de Jesús reciben el nombre de “cristianos”.
Anuncian una Buena Noticia que se cumple en favor nuestro: la resurrección de Jesús cumple las promesas de Dios.
Pablo, acérrimo cumplidor de la Ley de Moisés descubre que la fe justifica, salva y reconcilia.
Así le escribe a los Romanos: “Cuando dice la Escritura Dios tuvo en cuenta la fe de Abraham, no se refiere únicamente a él, sino también a nosotros, que tenemos fe en aquel que resucitó a nuestro Señor Jesús, el cual fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación. Justificados, entonces por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo.”(Romanos 4,23-5,1)
Silencio de meditación.
Intenciones (Laudes del Lunes de Pascua)
– Señor Jesucristo, que en tu victoria destruiste el poder del abismo, venciendo a la muerte y al pecado,
. que también nosotros triunfemos de todo mal.
– Tú que alejaste de nosotros la muerte y nos has dado nueva vida,
. concédenos caminar hoy por la senda de esta vida nueva.
– Tú que alegraste a los discípulos con tus apariciones,
. Llena de gozo a cuantos te sirven.
– Te adoramos Cristo Resucitado y te bendecimos,
porque eres la Luz del mundo.
13a. Estación: EL ENCUENTRO CON EL RESUCITADO EN EL ABRAZO DE LA FE
Pablo, de pie, en medio del Areópago de Atenas, dijo:
– “Atenienses, veo que ustedes son, desde todo punto de vista, los más religiosos de todos los hombres. En efecto, mientras me paseaba mirando los monumentos sagrados que ustedes tienen, encontré entre otras cosas un altar con esta inscripción: «Al dios desconocido». Ahora, yo vengo a anunciarles eso que ustedes adoran sin conocer.
El Dios que ha hecho el mundo y todo lo que hay en él no habita en templos hechos por manos de hombre, porque es el Señor del cielo y de la tierra.
Tampoco puede ser servido por manos humanas como si tuviera necesidad de algo, ya que él da a todos la vida, el aliento y todas las cosas. El hizo salir de un solo principio a todo el género humano para que habite sobre toda la tierra, y señaló de antemano a cada pueblo sus épocas y sus fronteras, para que ellos busquen a Dios, aunque sea a tientas, y puedan encontrarlo. Porque en realidad, él no está lejos de cada uno de nosotros. En él vivimos, nos movemos y existimos, como muy bien lo dijeron algunos poetas de ustedes: Nosotros somos también de su raza.
Y si nosotros somos de la raza de Dios, no debemos creer que la divinidad es semejante al oro, la plata o la piedra, trabajados por el arte y el genio del hombre.
Pero ha llegado el momento en que Dios, pasando por alto el tiempo de la ignorancia, manda a todos los hombres, en todas partes, que se arrepientan.
Porque él ha establecido un día para juzgar al universo con justicia, por medio de un Hombre que él ha destinado y acreditado delante de todos, haciéndolo resucitar de entre los muertos».
Al oír las palabras «resurrección de los muertos», unos se burlaban y otros decían: «Otro día te oiremos hablar sobre esto».
Sin embargo, algunos lo siguieron y abrazaron la fe. Entre ellos, estaban Dionisio el Areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos otros. (ver Hechos 17,22-34)
Comentario.
El discurso de Pablo en el Areópago de Atenas es un modelo del evangelizador que busca encontrar valores coincidentes entre su mensaje y la cultura del pueblo.
Ante los muchos altares, no les reprocha el politeísmo, sino que los considera “los más religiosos y de todos los hombres aprovecha la existencia de un altar “al dios desconocido” par presentarles a Dios creador del mundo y de los hombres.
Recurre a la expresión del poeta griego Arato, que en siglo III a.C. dijo “Nosotros somos también de su raza” para recordar que nosotros somos de la raza de Dios.
Sin embargo, la situación de Pablo en la Atenas del siglo I es igual que la nuestra en cualquier país del siglo XXI: el anuncio de la resurrección de Jesucristo y la promesa de nuestra futura resurrección puede producir burla, postergación y rechazo o el cálido y luminoso abrazo de la fe.
Silencio de meditación.
Intenciones:( Vísperas de la Ascensión)
– Rey de la gloria, que has querido glorificar por medio de tu cuerpo la fragilidad de nuestra carne elevándola hasta la gloria del cielo,
. purifícanos de toda mancha y devuélvenos nuestra antigua dignidad.
– Tú que por amor descendiste hasta nosotros,
. haz que por amor subamos hasta ti.
– Ya que te esperamos como Dios, juez de todos los hombres,
. Haz que un día podamos contemplarte en tu gloria y majestad, junto con nuestros hermanos difuntos
– Te adoramos Cristo Resucitado y te bendecimos,
porque eres la Luz del mundo.
14a. Estación: EL ESPÍRITU SANTO IMPULSA AL PUEBLO DE DIOS A SER TESTIGOS DE JESÚS RESUCITADO
Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse.
Había en Jerusalén judíos piadosos, venidos de todas las naciones del mundo. Al oírse este ruido, se congregó la multitud y se llenó de asombro, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Con gran admiración y estupor decían:
– ¿Acaso estos hombres que hablan no son todos galileos? ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye en su propia lengua? Partos, medos y elamitas, los que habitamos en la Mesopotamia o en la misma Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia Menor, en Frigia y Panfilia, en Egipto, en la Libia Cirenaica, los peregrinos de Roma, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.(ver Hechos 2,1-11)
Comentario.
La experiencia de la presencia del Espíritu Santo y la capacidad de los discípulos y discípulas de expresar el mensaje en todos los idiomas adquiere en el Primer Pentecostés de la comunidad un dinamismo previamente simbolizado por el ruido semejante a una fuerte ráfaga de viento y el ardor de unas lenguas como de fuego.
Desde la perspectiva del continente latinoamericano puede advertirse que la acción del Espíritu Santo no se limita al tiempo ni al espacio geográfico; no se limita a la cultura semita de los judíos de Jerusalén ni a la europea, desde donde nos llegó el primer anuncio del Evangelio.
“El Espíritu que llenó el orbe de la tierra abarcó también lo que había de bueno en las culturas precolombinas. Él mismo los ayudó a recibir el Evangelio. Él sigue hoy suscitando anhelos de salvación liberadora en nuestro pueblos. Se hace, por tanto, necesario, descubrir su presencia auténtica en la Historia del continente.” (Puebla)
Silencio de meditación.
Intenciones (Laudes de Pentecostés)
– Señor Jesús, que exaltado en la cruz, hiciste que brotaran torrentes de agua viva de tu costado,
. envíanos tu Espíritu Santo, fuete de vida.
– Tú que glorificado a la derecha de Dios, derramaste sobre tus discípulos el Espíritu Santo,
. envía este mismos Espíritu al mundo, para que renueve la faz de la tierra.
– Tú que prometiste darnos el espíritu Santo para que nos lo enseñara todo y nos fuera recordando lo que nos habías dicho,
. envíanos este Espíritu para que ilumine nuestra fe.
– Te adoramos Cristo Resucitado y te bendecimos,
porque eres la Luz del mundo.
Dirijamonos al Padre con las palabras que el Señor resucitado pone en nuestros labios:
Padre Nuestro…
¡Tuyo es el reino, el poder y la gloria!
Fuente: Vicaría de Pastoral Arzobispado de Buenos Aires
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