El camarlengo Kevin Farrell presidió el protocolo litúrgico en Santa Marta y se espera que mañana se defina la fecha del funeral

Ciudad del Vaticano, lunes 21 abril (PR/25) — El Vaticano selló este lunes los apartamentos del papa Francisco en la Casa Santa Marta y en el Palacio Apostólico, tras realizarse el rito oficial de constatación de su fallecimiento. El pontífice argentino murió ayer a los 88 años y, según dispuso el protocolo, su cuerpo fue depositado en un féretro en la capilla de la Domus vaticana.

Según supo Noticias Argentinas, el rito tuvo lugar a las 20 (hora de Roma) y fue presidido por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo de la Santa Iglesia Romana, máxima autoridad interina durante la “sede vacante”. La ceremonia duró menos de una hora y fue presenciada por familiares y autoridades vaticanas, que se despidieron en forma privada.

Ambas residencias, la oficial del Palacio Apostólico y la privada en Santa Marta, fueron precintadas conforme al protocolo canónico. La capilla de Santa Marta albergó también el acto litúrgico, en el que se leyó la certificación de defunción y se realizó el depósito del cuerpo.

La primera congregación general de cardenales tendrá lugar este martes por la mañana, donde podría definirse la fecha del funeral, que según el derecho canónico debe celebrarse entre el cuarto y sexto día tras la muerte del pontífice.

La Santa Sede se prepara así para iniciar formalmente el proceso sucesorio que culminará con el cónclave en la Capilla Sixtina.

El papa Francisco murió como consecuencia de un colapso cardiovascular y apoplejía cerebral, según informó la Oficina de Prensa del Vaticano.

El Sumo Pontífice falleció a los 88 años mientras dormía en su residencia de Santa Marta, en Roma.

De acuerdo al informe médico difundido por el sitio Vatican News, Francisco sufrió un “colapso cardiovascular irreversible” y un “derrame cerebral”.

Las causas del deceso fueron comprobadas mediante un electrocardiograma tanatológico realizado por el profesor Andrea Arcangeli, director de la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano.

En este sentido, la Oficina de Prensa de la Santa Sede indicó que el ex arzobispo de Buenos Aires presentaba antecedentes de insuficiencia respiratoria aguda en neumonía bilateral multimicrobiana, bronquiectasias múltiples, hipertensión y diabetes de tipo II.

Jorge Bergoglio estuvo internado desde el 14 de noviembre (37 días) en el Hospital Policlínico Gemelli de Roma por una insuficiencia respiratoria, una neumonía bilateral y una bronquitis, al tiempo que fue sometido a ventilación mecánica no invasiva.

A lo largo de su estadía en el nosocomio, el Sumo Pontífice permaneció en estado crítico, pero luego se recuperó de manera paulatina hasta que el 23 de marzo recibió el alta y fue trasladado al Vaticano.

Ese día salió en silla de ruedas y de manera sorpresiva al balcón del centro de salud, donde agradeció las oraciones a los fieles.

Sin embargo, esa no fue la única vez que corrió riesgo su vida. En 2021, el religioso fue intervenido quirúrgicamente por un problema en el colon, mientras que en 2023 recibió asistencia médica por una infección respiratoria.

Más tarde, en ese mismo año, se le realizó una nueva por operación como consecuencia de una hernia en el abdomen.

¿Qué sucede con los restos del Papa Francisco tras su muerte?

Se depositan flores en memoria del Papa FranciscoSe depositan flores en memoria del Papa Francisco en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el lunes 21 de abril de 2025. | Crédito: Kristina Millare/CNA

Algunas de estas prácticas han caído en desuso —como golpear al papa tres veces con un martillo para confirmar su fallecimiento— o han sido eliminadas a lo largo del tiempo mediante diversas reformas papales.

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Recientemente, el Papa Francisco introdujo varios cambios en el proceso funerario, recogidos en la segunda edición del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis de 1998, el libro litúrgico que regula los ritos fúnebres de los pontífices. Según el maestro de ceremonias papales, Mons. Diego Ravelli, la nueva edición, publicada en 2024, fue solicitada por Francisco con el objetivo de “simplificar y adaptar algunos ritos para que la celebración de las exequias del obispo de Roma exprese mejor la fe de la Iglesia en Cristo resucitado, pastor eterno”.

El Ordo Exsequiarum divide el proceso en tres etapas, conocidas como “estaciones”.

Primera estación

Tras el fallecimiento del papa, el director de los servicios de salud del Vaticano —actualmente el doctor Andrea Arcangeli— examina el cuerpo y expide el certificado de defunción. Además, se encarga de preservar el cadáver adecuadamente para que pueda ser expuesto al público “con el mayor decoro y respeto”.

A continuación, los restos del pontífice son vestidos con la sotana blanca y trasladados a la capilla privada papal —en este caso, la capilla de Santa Marta— para el “rito de constatación de la muerte y deposición en el ataúd”, presidido por el Camarlengo, actualmente el Cardenal Kevin Farrell.

Luego de las oraciones, el cuerpo del papa, revestido con ornamentos litúrgicos rojos, la mitra y el palio, es colocado directamente en un ataúd sencillo de madera con un revestimiento de zinc, suprimiendo el uso del catafalco (la estructura elevada donde solían exponerse los papas). La vela pascual se coloca cerca y se enciende para la siguiente parte del rito, que incluye la aspersión con agua bendita. El féretro queda en un lugar adecuado dentro del Vaticano para la visita y oración de allegados, hasta que se traslade para la exposición pública.

Segunda estación

En la segunda etapa, el ataúd es trasladado en procesión solemne a la Basílica de San Pedro, donde se coloca cerca del altar mayor, el Altar de la Confesión, junto a la vela pascual, para que los fieles puedan acercarse, rezar y despedirse del pontífice.

En la víspera del funeral, o en otro momento previo, el ataúd se cierra en un rito especial. Antes de sellarlo, se coloca un velo de seda blanca sobre el rostro del papa, junto a una bolsa con monedas acuñadas durante su pontificado y una copia del “rogito”, un documento que resume su vida y obra. El ataúd interior de zinc se sella primero, seguido del ataúd exterior de madera.

El funeral, conocido como “Missa poenitentialis”, se celebra en la Plaza de San Pedro y marca el inicio de los “novendiales”, los nueve días consecutivos de luto por el papa.

Tercera estación

Finalmente, el ataúd cubierto con el paño fúnebre es llevado al lugar de sepultura. Tradicionalmente, los papas son enterrados en la cripta de la Basílica de San Pedro, una costumbre que se mantiene desde hace más de un siglo. Sin embargo, Francisco ha dispuesto que sus restos sean sepultados en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, debido a su profunda devoción mariana. La última vez que un papa fue enterrado fuera del Vaticano fue en 1903, cuando León XIII fue sepultado en San Juan de Letrán. Siete papas a lo largo de la historia han sido enterrados en Santa María la Mayor, el último en 1669.

Un funeral que rompe la tradición

Con estas modificaciones, Francisco ha roto con varias tradiciones vaticanas. Eliminó el uso de los tres ataúdes (ciprés, plomo y roble), optando por un único féretro sencillo. También dispuso que la constatación de la muerte se realice en la capilla y no en la habitación papal, y que el cuerpo sea expuesto directamente en la basílica, sin catafalco. Además, abrió la posibilidad de que futuros papas puedan ser enterrados fuera del Vaticano, según sus deseos personales.

Estas reformas buscan, según el propio Francisco, que el funeral papal refleje el carácter de un pastor y discípulo de Cristo, y no el de un personaje poderoso del mundo.

Traducido y adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.

 

 

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Fuente: Noticias Argentinas/ACI Prensa