Antes de ser Papa y “desde Buenos Aires, me escribía cartas de felicitación cuando se enteraba de algo bueno que yo había hecho. Pero yo no respondía a ninguna. Él creía en mí más de lo que yo creía en mí mismo”, dijo el cardenal en la homilía de la Misa por el alma del Papa Francisco, que celebró el 25 de abril con los trabajadores del dicasterio vaticano, en la que recordó algunos hitos de su amistad.

“Estuvimos juntos en el Sínodo de los Obispos sobre la Eucaristía en 2005 como delegados de nuestras respectivas conferencias episcopales. Al final del Sínodo, ambos fuimos elegidos miembros del Consejo Ordinario del Sínodo de los Obispos por un mandato de tres años”, relató el purpurado de 67 años.

En 2008, continuó el también expresidente de Cáritas Internacional, “fuimos ponentes en el Congreso Eucarístico Internacional de Québec. Él representaba a América Latina y yo a Asia. A menudo le manifesté mi escaso conocimiento de los temas asignados y mi falta de preparación para los discursos, pero él nunca dejó de animarme, de ayudarme a ver la mano del Señor”.

“Durante las reuniones siempre bromeaba conmigo. Nos tomábamos las bromas en serio”, continuó.

Según informa la agencia vaticana Fides, el cardenal contó que “para el cónclave de 2013, nuestros vuelos llegaron al aeropuerto de Fiumicino [en Roma] con pocos minutos de diferencia. Al verme me dijo: ‘¿Qué hace este muchacho aquí?’. A lo que yo respondí: ‘¿Y qué hace este viejo aquí?’. Pocos días después tuve que llamarle ‘Su Santidad’”.

“Al final se trató de una broma seria. Para compensar todas las cartas que no le contesté, esta vez le dije que sí. Supongo que a sus ojos continúo siendo un muchacho. En mis audiencias privadas con él, su primera pregunta siempre era: ‘¿Cómo están tus padres?’. Antes de hablar de documentos y asuntos, me recordaba a mis padres y a mí mismo cuando era niño”.

Al final de su homilía, el Cardenal Tagle relató algo que ocurrió en el viaje del Papa Francisco a Filipinas en 2015. La Misa que celebró el 18 de enero en el Parque Rizal en Manila congregó entre 6 y 7 millones de personas, convirtiéndose así en el evento más multitudinario alguna vez presidido por un Pontífice.

El cardenal contó que Francisco “se sorprendió al ver los millones de personas que le dieron la bienvenida a su llegada a Manila. Antes de bajarse del papamóvil para entrar en la Nunciatura Apostólica, me preguntó: ‘¿Cuánto has pagado a esa gente?’. Inmediatamente le respondí: ‘Les he prometido la vida eterna si saludaban al Sucesor de Pedro’. Poniéndose serio, me dijo: ‘No han venido a verme a mí. Vinieron a ver a Jesús’”.

Monseñor Tagle figura entre los cardenales más nombrados para suceder a Francisco en el trono de Pedro.

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Fuente: ACI Prensa