Mientras el Gobierno busca encontrarle una lógica a sus decisiones sobre los derechos de exportación, en el agro crecen los cuestionamientos.
Por Cristian Mira
ESCUCHAR NOTA

Buenos Aires, domingo 11 mayo (PR/25) — A menos que guarde una carta sorpresa bajo la manga, que muchos creen que la jugará en el momento oportuno, el Gobierno está a punto de dejar en el lugar secundario de sus prioridades a la actividad agroindustrial.

La confirmación de que los Derechos de Exportación (DEX) volverán a los niveles que tenían en enero pasado, vigentes desde el gobierno de Alberto Fernández, no hace otra cosa que enviar un mensaje erróneo al agro. Aunque es cierto que el ministro de Economía, Luis Caputo, dijo que la baja de los DEX eran temporales, también lo es la promesa de Javier Milei, en plena campaña electoral, que las retenciones iban a ser eliminadas. En su favor se puede decir que no le puso fecha a esa eliminación.