Buenos Aires, sábado 24 mayo (PR/25) — La forma de hacer turismo en Argentina es tan amplia que cada fin de semana tradicional o largo, como las vacaciones de invierno y verano no alcanzan en un año para poder conocer todos los lugares que oferta el país para desconectarse de la rutina y, poder conectar con la naturaleza, pero, a pocas horas de viaje en auto de la Ciudad de Buenos Aires hay múltiples destinos turísticos, sea en la provincia de Entre Ríos, Santa Fe o Buenos Aires.

Decidir para que punto cardenal tomar ruta es cuestión de planificar de acuerdo al tiempo, el presupuesto con el que se cuente y, la actividad principal que se desee realizar.

En este sentido, a 534 kilómetros del Obelisco hay una opción en medio de la pampa húmeda que da la posibilidad de realizar varias actividades, pero, la central se basa en la relajación. Es un paraíso termal ubicado en el sudoeste bonaerense dentro de los límites del partido de Adolfo Alsina. Se trata del Parque Termal Mar de Epecuén donde los atardeceres son únicos y sabores regionales.

Es un lugar ideal para quienes buscan una hacer una escapada de relax y, el parque termal Mar de Epecuén ofrece en su complejo aguas con propiedades curativas, entornos naturales abiertos y una experiencia sensorial completa.

La pastelería es parte del combo gastronómico que ofrece el lugar para completar una estadía imperdible. Foto: Agencia Noticias Argentinas – Redes.

Además de las relajantes aguas, la experiencia se completa con meriendas artesanales que se disfrutan con vistas al lago.

También, dentro del complejo, el restaurante se destaca por su propuesta gastronómica regional donde se pueden degustar almuerzos y meriendas elaboradas con:

  • Panes caseros.
  • Dulces artesanales.
  • Licuados naturales.
  • Café.

El Lago Epecuén es testigo y cómplice de esos momentos íntimos que se disfrutan doblemente, ya que, el horizonte regala las mejores vistas del atardecer bonaerense con colores intensos.

El complejo se puede visitar de viernes a domingos desde las 12:00 hs. en el corazón del parque termal, en un entorno rural que invita a desconectarse de la rutina, rodeado de caminos de tierra, árboles añosos y cielos inmensos, donde el complejo se fusiona en un entorno rural que invita a reducir la marcha. En él, el paisaje y la tranquilidad son parte de la experiencia. Es perfecto para quienes buscan un fin de semana lejos del ruido.

¿Qué lugares se pueden visitar en la zona?

Si la estadía se extiende, explorar las ruinas del pueblo sumergido es una típica opción opción para los turistas que van por primera vez. A pocos kilómetros se encuentra la Villa Turística Epecuén, un destino impactante que narra la historia de un pueblo que quedó bajo el agua en 1985 y emergió años después, convirtiéndose en un sitio arqueológico natural único en el país.

También la ciudad de Carhué, a solo minutos del complejo, ofrece una oferta turística complementaria con ferias de productos regionales, bares históricos, tiendas de artesanías y propuestas culturales. Es el punto ideal para realizar paseos en bicicleta o caminatas al borde de la laguna.

Las horas pasan lentas y, eso, es signo del gozo que genera el agua termal, pero, cuando llega la noche, dormir placenteramente también es esencial. Por eso, en la zona hay disponibles cabañas, hoteles boutique y hosterías elegir el estilo de estadía que se desea compartir en familia. Algunas incluyen servicios de:

  • Spa.
  • Pileta.
  • Tratamientos con agua salada.

¿Cómo llegar al complejo desde la Ciudad de Buenos Aires?

Desde Buenos Aires, se accede por Ruta Nacional 5 hasta Guaminí, y luego por rutas provinciales. En vehículo, el trayecto dura unas 6 horas. También hay servicios de micros hasta Carhué con combinaciones hacia el complejo.

Este rincón del sudoeste bonaerense lo tiene todo:

  • Termas.
  • Historia.
  • Naturaleza.
  • Sabores que conectan con lo auténtico.

La experiencia es inolvidable.

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Fuente: Noticias Argentinas