Su vida puede ser entendida a través de sus propias palabras, pronunciadas antes de morir: “Señor, desnudo salí del vientre de mi madre, la tierra, y desnudo me ofrezco a ella. Señor, recibe mi alma entre tus siervos”.

San Fernando nació en la España de finales del siglo XII, en 1198. Durante su reinado unificó los reinos de León y Castilla, lo que favoreció de manera efectiva a los cristianos que se mantenían en lucha contra el invasor musulmán.

Los árabes ocupaban en ese tiempo gran parte de la Península Ibérica. Finalmente, Fernando III liberó las regiones de Córdoba, Murcia, Jaén, Cádiz y Sevilla.

El gobernante debe ser servidor

Exitoso en la guerra y moderado en la paz, San Fernando III fue un hombre piadoso, hincado de rodillas frente a Dios y preocupado por el bienestar de sus súbditos. El rey se definía a sí mismo como “siervo de la Virgen María” y estaba convencido de que todo reino en la tierra debía ser anticipo del Reino de Dios.

Se casó dos veces. La primera con Beatriz de Suabia, que le dio diez hijos. Luego de enviudar, contrajo matrimonio con María de Ponthieu, con quien tuvo cinco hijos más. Su hijo mayor, Alfonso X, fue conocido como “Alfonso el sabio”; mientras que su hija Eleanor contrajo nupcias con Eduardo I de Inglaterra.

Patronazgo