Este mes de junio, el santo padre ha lanzado una invitación a todo el mundo: ser compasivos y vivir en el profundo amor del Sagrado Corazón de Jesús. Aquí unos consejos para vivir en compasión
En otra ocasión ha hecho énfasis en que solo el corazón de Jesús puede transformarnos:
“Oremos para que cada uno de nosotros encuentre consolación en la relación personal con Jesús, y aprenda de su corazón la compasión por el mundo”.
Esta petición resuena como un llamado a abrir nuestros corazones a la ternura divina y a transformarnos en agentes de misericordia. Es necesario -y más en este mes de junio- acercarnos al Sagrado Corazón de Jesús para que así veamos con los ojos de nuestro Padre y obremos como Él obraría.
¿Cómo podemos ser más compasivos?
1Cultivar la cercanía con Jesús

Dedica tiempo a la oración diaria y a la lectio divina; como enseña León XIV, es desde esa relación que nace la compasión.

2Atender a los que más sufren
Jesús mostró “amor incondicional hacia los pobres, enfermos y que sufren”; imitemos ese amor acercándonos a ellos con acciones sencillas.
3Transformar los planes a la luz del Corazón de Cristo
Permite que Él moldee tus decisiones, como pide la oración, para que reflejen solidaridad y ternura.

4Salir en misión compasiva
Desde ese encuentro con Jesús, lanzar iniciativas concretas como colaborar en bancos de alimentos, visitar hospitales y acompañar a migrantes o a personas en soledad .
Oración para un corazón compasivo
Finalmente, el Papa León XIV, nos ha impulsado a rezar con confianza, la siguiente oración:
Señor, hoy me acerco a tu tierno Corazón,
a Ti que derramas compasión sobre los que sufren y los pequeños.
Ayúdame a conocerte más, a aprender de Tu amor abrazador,
y a transformar mi vida según Tu voluntad.
Moldea mis planes para que en cada acción —en el trabajo, en el encuentro, en la rutina—
sólo te busque a Ti.
Y desde ese encuentro, envíame en misión,
en una misión de compasión para un mundo
donde Tú eres la fuente de toda consolación.
Amén.
El Papa León XIV nos convoca en este mes a reencontrarnos con el Sagrado Corazón de Jesús, que late con ternura y justicia por cada ser humano. Su petición no es sólo una invitación espiritual, sino una orientación clara sobre cómo actuar: compasión entendida como mecanismo transformador del corazón y del mundo.
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Fuente: Aleteia