Buenos Aires, sábado 5 julio (PR/25) — Budapest, la capital de Hungría, es de esas ciudades a las que siempre apetece volver. Atravesada por el poético río Danubio y con una historia tan rica como convulsa, Budapest suele considerarse como una de las ciudades más bonitas de Europa. Y con razón. Si estás pensando en visitarla, aquí te contamos las mejores cosas que ver y hacer en Budapest, con planes para todos los gustos y rincones que te dejarán con la boca abierta.
La ciudad está dividida en dos por el río Danubio: en su margen occidental, Buda se encarama sobre las colinas y conserva un aire medieval, con callejuelas empedradas y miradores que regalan vistas de postal. Pest se extiende en el lado oriental del río y conforma la parte más animada, el alma y el espíritu indomable de la ciudad.
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Qué ver y hacer en Budapest
Bipolar, o más bien multipolar. Budapest es muchas ciudades en una. En una esquina recuerda a Viena, en otra a Cracovia. Tiene algo de París y, si afinas, también un aire de Moscú. Una ciudad múltiple, contradictoria y única. Y sí, si hay ciudades que se sienten “hombre” o “mujer”, Budapest no deja lugar a dudas. Es madre e hija. Hermana y amiga. Señorial y canalla a la vez.
Está la Budapest aristocrática, la que heredó la elegancia del Imperio Austrohúngaro. La Budapest traviesa, que sabe a chupitos de Unicum y a cerveza Soproni (si es IPA, mejor). Está la Budapest institucional, la del Parlamento y de las embajadas que salpican la Avenida Andrássy. Y también está la Budapest medieval, la de las colinas de Buda, los gremios y los adoquines.
Pero hay más. Está la Budapest de los baños termales, de las estatuas en plazas escondidas, de los puentes que unen historias y de la paprika que da sabor a cada plato. Y, por supuesto, está la Budapest herida: la del barrio judío, donde los murales de colores no logran borrar del todo la memoria de un pasado doloroso. Un barrio que late, resiste y emociona.
Dan igual los colores de los murales, los bares de moda, da igual el vociferar de la gente y las risas despreocupadas. Porque hay rincones en Budapest —especialmente en el barrio judío— donde, si uno sabe escuchar, se oye el ruido más atronador que existe: el del silencio de los que ya no están. El olvido es el peor enemigo del ser humano, y convendría no olvidarlo nunca.
Ahora sí, vamos con nuestra selección de lugares que ver y hacer en Budapest. La mayoría encajan perfectamente en un itinerario de 3 días en Budapest o incluso en una escapada de fin de semana. Pero si te apetece explorar con calma, entrar en museos, relajarte en las termas y descubrir también rincones menos turísticos, lo ideal serían unos 5 días. Budapest da para mucho más de lo que parece.
Recuerda que al final del artículo encontrarás un montón de información útil para planear el viaje. Ahora sí, vámonos, que nos esperan un montón de cosas que hacer en Budapest…
1. Free tour por Budapest
Empezar con un free tour por Budapest es, para nosotros, uno de los mejores planes que puedes hacer nada más llegar. En un par de horas conocerás algunos de los lugares más emblemáticos de la ciudad mientras descubres su historia, curiosidades y detalles que no aparecen en las guías. Todo de la mano de guías locales o residentes que conocen la ciudad como la palma de su mano.
Lo mejor es que hay varios free tours en español por Budapest, y todos merecen la pena. El más popular es el free tour de Budapest imprescindible, ideal para una primera toma de contacto, pero también hay otros más especializados: uno centrado en la historia del barrio judío, otro más moderno que recorre los ruin bars y arte urbano, e incluso uno dedicado a la gastronomía húngara, perfecto para abrir apetito mientras paseas.
Consejo: aunque son tours gratuitos, se espera que al final dejes una propina acorde a tu experiencia (suele rondar entre 10 y 15 € por persona). Y si puedes, reserva con antelación, sobre todo en temporada alta.
2. Castillo de Buda
Recorrer el majestuoso Castillo de Buda es una de las mejores cosas que hacer en Budapest. Antiguamente fue la residencia de los reyes húngaros y hoy, aunque gran parte del complejo ha sido reconstruido, sigue siendo uno de los símbolos más potentes de la ciudad. Desde sus patios y terrazas se obtienen algunas de las mejores vistas panorámicas de Budapest, con el Parlamento y el Danubio a tus pies.
Aunque hay zonas en restauración, el acceso al recinto del castillo es gratuito, y allí encontrarás varios museos interesantes, como el Museo de Historia de Budapest, que ayuda a comprender mejor la evolución de la ciudad a lo largo de los siglos.
Para llegar al Castillo de Buda puedes subir andando (es cuesta arriba, pero nada imposible), tomar el autobús público (no olvides validar el billete) o utilizar el funicular que parte desde el puente de las Cadenas. Cuesta unos 2000 HUF (aproximadamente 5 €) por trayecto, y aunque es un poco caro para lo que dura, el paseo tiene su encanto.
Consejo viajero: si ya conoces bien la ciudad o te sobra tiempo, puedes visitar el Laberinto del Castillo, una red de túneles y cuevas bajo el castillo que ha servido como bodega, prisión e incluso hospital. Es una curiosidad más que un imprescindible, y cuesta alrededor de 13 €. Abre todos los días y se visita por libre.
Con la tarjeta turística Budapest Card podrás disfrutar de entradas gratuitas y descuentos en muchos sitios turísticos, museos y atracciones de la ciudad. Además, te permite entrar gratis a los baños Lukacs. ¡Haz unos cálculos para ver si te compensa!
3. Bastión de los Pescadores
Si hay un lugar que parece sacado de un cuento en Budapest, ese es el Bastión de los Pescadores. Con sus siete torres blancas y pasarelas neorrománicas, este mirador homenajea a las siete tribus magiares que fundaron el Reino de Hungría en el siglo IX. Desde aquí se obtienen las mejores vistas del Parlamento de Budapest, con el Danubio en primer plano y la ciudad extendiéndose frente a ti.
Su nombre no es casual: durante la Edad Media, esta parte de la muralla estaba protegida por el gremio de los pescadores, de ahí el apodo. Y aunque hoy en día ya no se necesita defender nada, sí se ha ganado un puesto de honor entre los lugares más visitados y fotografiados de la ciudad (lo que se traduce en ¡masificación absoluta!).
Para nosotros, es uno de los grandes imprescindibles que ver en Budapest. Tiene algo especial, sobre todo al atardecer o por la noche, cuando las luces de la ciudad empiezan a encenderse y el Parlamento se ilumina como un castillo dorado reflejado en el agua.
Consejo viajero: la mayoría de las terrazas del Bastión son de acceso libre todo el día, solo hay una zona de pago en la parte alta, que cuesta unos 1200 HUF (unos 3 €), pero sinceramente, con lo que se ve desde el resto, no es imprescindible pagarla.
4. Iglesia de Matías
Justo al lado del Bastión de los Pescadores se encuentra otro de los grandes imprescindibles de Budapest: la Iglesia de Matías. Su silueta blanca, el tejado cubierto de azulejos esmaltados en tonos verdes, ocres y anaranjados, y su elegante torre neogótica, la convierten en una de las iglesias más bonitas no solo de la ciudad, sino de toda Europa Central.
Aunque su arquitectura es una mezcla de estilos, predomina el neogótico, con detalles que parecen esculpidos más con pincel que con cincel. Pero no es solo fachada, aquí se celebraron eventos históricos de primer nivel, como la coronación de Carlos IV, el último emperador austrohúngaro. Al entrar, uno se encuentra con columnas pintadas, frescos llenos de color, vitrales impresionantes y una atmósfera que, pese a su solemnidad, resulta cálida y acogedora.
Entrada y horarios: la visita cuesta unos 2500 HUF (unos 6 €) y abre todos los días, aunque los horarios pueden variar en función de actos religiosos. También puedes subir a la torre (entrada aparte) para disfrutar de unas vistas espectaculares de Buda.
5. Puente de las Cadenas
Cruzar a pie el famoso Puente de las Cadenas (Széchenyi Lánchíd) al atardecer, con el Danubio a tus pies y el Parlamento encendido al fondo, es uno de esos momentos que se te quedan grabados del viaje. Fue el primer puente permanente que unió ambas orillas del Danubio en 1849, y con sus leones de piedra, cadenas metálicas y estructura imponente, sigue siendo uno de los iconos más reconocibles de la ciudad.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el puente fue destruido por los bombardeos alemanes, al igual que el resto de los puentes de Budapest. Pero en 1949, cien años después de su construcción original, se reconstruyó con el mismo diseño. Y tras una restauración reciente, luce más bonito que nunca.
→ Si te gustan los datos peculiares, aquí tienes unas curiosidades de Budapest.
6. Parlamento, un imprescindible que ver en Budapest
Solo con ver el Parlamento de Budapest entiendes por qué esta ciudad enamora a tantos viajeros. Este imponente edificio neogótico situado a orillas del Danubio, no solo es uno de los parlamentos más bonitos del mundo, sino también el símbolo por excelencia de la capital húngara. Sus cúpulas puntiagudas, la fachada perfectamente simétrica y su aire de castillo de cuento lo convierten en pura fantasía.
Lo mejor de todo es que se puede visitar por dentro. Te recomendamos reservar con antelación la visita guiada a través de web oficial para evitar pagar de más o encontrarte sin entradas. Así te aseguras una experiencia completa y sin sorpresas. Y si no encuentras disponibilidad en la web oficial, no te desanimes: algunas páginas externas suelen tener un cupo diario de entradas, aunque eso sí, a un precio algo más elevado. Aquí puedes consultar precios y opciones para el tour guiado por el Parlamento de Budapest en español.
Curiosidad: durante el recorrido descubrimos que hasta los años 90, el sistema de refrigeración del Parlamento era de lo más rudimentario: usaban bloques de hielo y ventiladores para mantener frescos a los asistentes. ¡Imagina la escena!
7. Monumento de los zapatos
A orillas del Danubio, muy cerca del Parlamento, se levanta uno de los memoriales más impactantes y conmovedores de Budapest: el Monumento de los Zapatos. Aunque sencillo en apariencia, este conjunto de unos 60 pares de zapatos de hierro alineados junto al agua como si sus dueños hubieran desaparecido de repente, es conmovedor.
No es una metáfora: este memorial honra a los cientos de judíos húngaros que, durante los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, fueron obligados a quitarse los zapatos antes de ser ejecutados en la ribera del río por milicianos del partido fascista húngaro. Mientras sus cuerpos eran arrojados al Danubio y arrastrados por la corriente, sus zapatos, objetos valiosos en aquella época, quedaban abandonados en la orilla.
8. Basílica de San Esteban
Imponente, elegante y majestuosa, la Basílica de San Esteban no pasa desapercibida en el skyline de Budapest. Con sus 96 metros de altura, es el edificio religioso más alto de Hungría y un imprescindible en cualquier visita a la ciudad.
El interior es tan impresionante como el exterior: una cúpula decorada con detalles artísticos, mármoles por doquier y un ambiente solemne que impone respeto y admiración. La entrada es técnicamente gratuita, aunque se recomienda dejar un donativo simbólico (unos 200 HUF o la cantidad que prefieras).
Para quienes buscan una panorámica inolvidable, subir a la cúpula es una experiencia que no pueden perderse. Puedes subir por las escaleras si te apetece sudar un poco o tomar el ascensor para los más comodones. Desde allí arriba se contemplan unas vistas excepcionales de Budapest, ideal para selfies con el Danubio, el Parlamento y los tejados rojizos de la ciudad como telón de fondo. La entrada a la cúpula cuesta alrededor de 2000 HUF, y sin duda vale cada florín.
Y aquí llega el detalle curioso (y algo macabro): dentro de la basílica se conserva la mano derecha momificada del Rey Esteban, el primer rey de Hungría y una figura esencial en la historia del país. Está expuesta en una urna decorada con velas, y su visita resulta tan impactante como memorable.
Extra navideño: si visitas Budapest en diciembre, justo frente a la Basílica montan uno de los mercadillos navideños más bonitos de la ciudad, con luces, puestos de comida tradicional y un ambiente festivo que contagia alegría.
9. Mercado Central de Budapest
Y hablando de mercados, aunque es uno de los lugares más turísticos de Budapest, el Mercado Central sigue siendo una parada obligada para quienes quieren sumergirse en el bullicio local y descubrir productos típicos. Aquí encontrarás desde especias como la paprika hasta embutidos, panadería tradicional, y un montón de puestos con souvenirs húngaros.
Eso sí, siendo sinceros, no es el mejor sitio para comer. Hay restaurantes y bistrós donde comer en Budapest bastante mejores repartidos por la ciudad donde hincar el diente a alguno de los platos típicos de Hungría. Por eso, como dice Encarni, la tía de Rober: “mirarás, pero no catarás”.
Recuerda llevar la tarjeta Revolut y/o la tarjeta N26 para que no te cobren comisiones al pagar y sacar dinero en el extranjero
10. Barrio Judío, un imprescindible que ver en Budapest
Perderse por las calles del barrio judío de Budapest es una de esas experiencias que recomendamos sin dudarlo. Un barrio tan interesante como lleno de tristes recuerdos.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, esta zona concentraba a la comunidad judía de la ciudad y, aunque el pasado trágico sigue muy presente —con memoriales, placas y rincones que te encogen el corazón— el barrio también rebosa vitalidad. Cafeterías modernas, galerías de arte, tiendas vintage y algunos de los famosos ruin pubs, de los que te hablamos más abajo.
La visita obligada es la impresionante Gran Sinagoga de Budapest, la segunda más grande del mundo. Justo en la parte trasera, el conmovedor Árbol de la Vida es un monumento donde miles de nombres grabados en sus hojas metálicas rinden homenaje a las víctimas del Holocausto.
Consejo viajero: en nuestra última visita hicimos este free tour por el barrio judío y nos encantó. Es la mejor manera de entender su historia, su presente y el ambiente único que se respira aquí.
11. Paseo en barco por el Danubio
Una de las experiencias que siempre recomendamos en Budapest es hacer un paseo en barco por el Danubio, el río mítico que divide la ciudad en dos. Cada vez somos más fans de contemplar las ciudades desde el agua, especialmente al atardecer y de noche.
Nosotros disfrutamos este plan con nuestros amigos Claudia, Ester y Jordi, y sin duda fue uno de los momentos más divertidos del viaje. No puedo evitar recordar también aquella vez en un viaje de fin de curso con mis compañeras italianas, cuando nos lanzamos a probar todos los vasos de Tokaj que pillamos por allí (ahora, probablemente acabaría en el hospital). ¡Bendita juventud!
Si buscas algo diferente para tu visita, este crucero es una apuesta segura para sumergirte en la magia de Budapest desde el Danubio.
12. Ruta de Ruins Pub, un imprescindible que hacer en Budapest
Si lo que buscas es beberte una cerveza húngara en un lugar con personalidad única, los ruin pubs de Budapest son una visita obligada. ¿Sabes qué son? Tras la caída del comunismo, muchos edificios antiguos quedaron abandonados y deteriorados. En lugar de dejarlos caer, el ayuntamiento decidió alquilarlos a precios muy bajos a jóvenes emprendedores con ganas de innovar.
Estos jóvenes visionarios transformaron esos espacios en bares modernos y creativos, llenos de decoraciones eclécticas y un ambiente relajado y alegre. Así nacieron los famosos “ruin pubs”, que hoy son un icono de la vida nocturna budapestina.
Aunque ya no están tan “en ruina” ni son tan baratos como antes, siguen siendo una parada imprescindible tanto para turistas como para locales. Si solo tienes tiempo para uno, te recomendamos el legendario Szimpla Kert, probablemente el más conocido, con una decoración absolutamente atípica que no deja indiferente.
13. Balnearios de Budapest
Llegamos a otra de las grandes estrellas del viaje: relajarse en los famosos balnearios termales de Budapest. Porque sí, la capital húngara es una ciudad termal con una tradición milenaria.
Si solo vas a elegir uno, nuestra recomendación es clara: el Balneario Széchenyi. Son los baños termales más grandes, los más conocidos y también uno de los más bonitos. Situados en pleno Parque de la Ciudad (Városliget), su imponente edificio amarillo de estilo neobarroco es ya un icono por sí solo.
Lo mejor son sus piscinas exteriores con agua calentita, que se disfrutan incluso en pleno invierno. Imagina estar sumergido a 38 grados mientras el aire frío hace que salga vapor del agua… un auténtico placer. Además, cuentan con piscinas interiores, saunas, baños de vapor y la opción de masajes para llevar el relax al siguiente nivel.
De verdad, pasar unas horas en los Baños Széchenyi es un plan adictivo que recomendamos empezar o cerrar cualquiera de tus días en Budapest. Y si buscas una alternativa súper curiosa, echa un vistazo al Balneario Gellért, con decoraciones de lo más singulares.
14. Plaza de los Héroes
Uno de esos lugares que impactan nada más llegar es la Plaza de los Héroes, un espacio emblemático situado al final de la Avenida Andrássy, muy cerca de los Baños Széchenyi. La plaza debe su nombre a las estatuas de los siete jefes de las tribus que fundaron Hungría, un símbolo potente de la identidad nacional.
A un paso encontrarás dos joyas culturales imprescindibles: el Museo de Bellas Artes (Szépművészeti Múzeum), que alberga obras de grandes maestros como El Greco, Rubens o Renoir. Y el Kunsthalle, un centro dedicado al arte contemporáneo. Ambos edificios, con su elegante estilo neoclásico, le dan un toque especial y muy armonioso a todo el conjunto.
Visitar la Plaza de los Héroes es sin duda una de las mejores cosas que ver en Budapest para conectar con su historia, arte y monumentos.
Consejo viajero: si te interesa la historia reciente, esta plaza forma parte del recorrido del popular free tour de la Budapest comunista, donde puedes profundizar en el impacto de esa época en la ciudad.
15. Parque de la Ciudad
Ya que te encuentras en la zona, te recomendamos dedicar un rato a relajarte en el Parque de la Ciudad, conocido localmente como Városliget, uno de los pulmones verdes de Budapest. Dentro del parque destaca el Castillo de Vajdahunyad, que originalmente se construyó en 1896 como estructura temporal para la Exposición del Milenio, pero que hoy sigue en pie. Su mezcla ecléctica de estilos —románico, gótico, renacentista y barroco— siempre me da la sensación de estar ante una residencia veraniega del Conde Drácula.
Y si te gusta la literatura o sueñas con escribir, no te pierdas la curiosa Estatua del Anónimo, un homenaje al misterioso escriba de la corte real húngara. Cuenta la leyenda que tocar su bolígrafo trae inspiración para escribir, así que, ¿por qué no probarlo?
Más cosas que hacer en Budapest
Ya te lo adelantamos: Budapest da para mucho, así que si tienes más tiempo o quieres explorar la ciudad a fondo, apunta estas ideas extras que completan cualquier itinerario.
- Pasear por Váci Utca y la Avenida Andrássy, dos de las calles más emblemáticas de Budapest, siempre con ambiente animado, llenas de tiendas, cafeterías y donde se encuentran algunos de los edificios más imponentes de la ciudad. Es como pasear por una pequeña París… pero con más paprika.
- Explorar la Isla Margarita, a la cual se puede acceder solo gracias al homónimo puente. Y una vez al otro lado, alquila una bici y piérdete por sus senderos tranquilamente. En verano, es ideal para un picnic o una siesta al sol. En invierno… bueno, digamos que las manos se te pueden quedar más frías que las de Olaf (sí, el de Frozen).
- Visitar la Casa del Terror (Terror Haza), un museo dedicado a las víctimas del nazismo y de la ocupación soviética. La colección permanente cuesta unos 3.000 HUF, aunque de vez en cuando hay exposiciones temporales gratuitas. Echa un ojo a su página web.
- Pasar por la plaza Vörösmarty tér, una de las plazas más céntricas y animadas que ver en Budapest, que lleva el nombre del poeta Mihály Vörösmarty, cuya estatua preside el lugar. Si visitas la ciudad en diciembre, aquí montan uno de los mercadillos navideños más bonitos y ambientados.
- Entrar en el Museo Hospital de la Roca, que para nosotros es una de las visitas más impactantes que hacer en Budapest: no todos los días tiene uno la oportunidad de visitar un hospital-bunker usado durante la II Guerra Mundial y la Guerra Fría. Hay hasta una teoría que dice que los nazis prepararon aquí las bases para crear la primera bomba atómica. Al final del recorrido se acciona la sirena nuclear… no te asustes.
- Buscar edificios Art Nouveau, si te gusta la arquitectura, Budapest no te decepcionará. Solo tendrás que fijarte en las fachadas de los edificios y mirar hasta los tejados para encontrarte con una arquitectura Art Nouveau fabulosa. Algunas joyitas que no deberías perderte son la Casa Bedö, la Casa Walkó y la Real Caja Postal de Ahorros.
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Mapa con todo lo que ver en Budapest
Para que puedas organizar tu visita de la forma más cómoda posible, aquí te dejamos un mapa con todos los imprescindibles que ver en Budapest. Puedes usarlo para orientarte mientras recorres la ciudad y marcar los lugares que más te apetece visitar. ¡Esperamos que te sirva de ayuda y que disfrutes al máximo tu viaje a Budapest!
Excursiones desde Budapest
Si ya has tachado todos los imprescindibles de la lista y aún te quedan días por delante, no te quedes parado: aprovecha para hacer alguna excursión desde Budapest y descubrir otros rincones interesantes de Hungría (¡e incluso de países vecinos!). Aquí van algunas ideas que nos parecen muy top:
✓ Excursión al lago Balatón
El lago Balatón es el más grande de Europa Central y uno de los lugares favoritos de veraneo para los húngaros. Hay tours que incluyen paradas en pueblecitos con encanto como Tihany o Balatonfüred, así que puedes hacerte una buena idea de la vida rural húngara. Este tour al lago Balatón dura unas 10 horas e incluye transporte, paseo en barca y guía en español, ideal para no preocuparte por nada.
✓ Visita al Palacio de Sissi en Gödöllő
Si te tira el rollo imperial y siempre soñaste con conocer los pasos de la emperatriz Sissi, estás de suerte. El Palacio de Gödöllő, a las afueras de Budapest, fue su residencia favorita en Hungría. Es una excursión de medio día, fácil de encajar en tu itinerario. Aquí te dejamos un tour al Palacio de Sissi bueno, bonito y barato.
✓ Excursión a Viena desde Budapest
Puede sonar loco, pero Viena está a solo dos horas y media de tren (¡o menos si vas en coche o tour privado!). Así que si tienes un día extra y ganas de cambiar de aires, es una opción estupenda. Eso sí, prepárate para un día intenso. Aquí te dejamos nuestra guía con todo lo que ver y hacer en Viena para que no pierdas el tiempo.
✓ Memento Park, la Budapest más comunista
Si te interesa la historia contemporánea y el legado del comunismo, el Memento Park es tu lugar. Allí están reunidas muchas de las estatuas que fueron retiradas de las calles tras el fin del régimen, incluyendo figuras de Lenin, Marx y otros líderes comunistas. ¿Y Stalin? Solo quedan sus botas… literalmente. El parque está a las afueras y se tarda en llegar, así que lo recomendamos solo si tienes varios días en la ciudad.
Consejo final: si estás pensando en viajar a Budapest durante la Navidad, hazlo sin dudar. Nosotros lo hicimos hace un par de años y el ambiente era simplemente mágico. Entre mercadillos, lucecitas, vino caliente y termas humeantes, es una de las mejores épocas para visitar la ciudad.
Información útil para tu viaje a Budapest
Para que puedas organizar tu viaje sin perder tiempo, aquí van unas cuantas píldoras informativas. Si después de esto aún te quedan dudas, pásate por nuestro artículo de consejos para viajar a Budapest donde lo contamos todo al detalle.
✓ Cómo llegar a Budapest desde el aeropuerto
La mejor opción para ir del Aeropuerto Internacional de Budapest al centro es el autobús 100E, que te deja en unos 30-40 minutos en pleno centro de la ciudad. El billete cuesta unos 2.200 HUF (aproximadamente 6 €) y se puede comprar en las máquinas del aeropuerto o a través de la app oficial de transporte.
✓ Comida en Budapest
En Budapest se come muy bien, aunque en los últimos años los precios han subido y ya no es tan fácil encontrar opciones low cost como antes. Eso sí, merece la pena probar la gastronomía local.
Lo primero que tienes que probar sí o sí es el típico goulash húngaro… Pero que no te engañe el estofado con patatas que suelen servir en restaurantes turísticos: el auténtico goulash húngaro es más bien una sopa ligera, sabrosa y con su puntito de paprika. También deberías probar el lángos, una especie de pizza frita que suele llevar nata agria, queso y otros toppings.
Y ojo, que en Hungría también hay vino (¡y del bueno!). Prueba el Tokaj, el Kadarka, el Kékfrankos… o un Merlot local, si te va algo más clásico.
✓ Alojamiento en Budapest
Las mejores zonas para dormir en Budapest son las que están cerca del centro, sobre todo: el Barrio Judío (Erzsébetváros, distrito VII); Belváros o Inner City; y Lipótváros (Distrito V). Desde cualquiera de estas zonas podrás ir andando a lugares como el Parlamento, la Basílica de San Esteban o la Ópera. Además, estarás rodeado de bares, restaurantes y buen ambiente.
→ Alojamientos recomendados que hemos probado y nos gustaron: Nova Apartments o Maverik Aparments.
✓ Tours y actividades que reservar con adelanto
Hay algunas visitas que, si puedes, conviene llevar ya reservadas antes de viajar para evitar colas o quedarte sin plaza:
- Free tour de Budapest, ideal para empezar el viaje con contexto.
- Baños Széchenyi, si viajas en baja temporada puedes reservar directamente en la taquilla, si no mejor online.
- Parlamento Húngaro, imprescindible reservar tu visita guiada con tiempo en la página oficial.
- Paseo en barco por el Danubio, especialmente si quieres hacerlo al atardecer.
✓ Ruta de 3 días en Budapest
Si necesitas ayuda para organizar tu tiempo, pásate por nuestra ruta de Budapest en 3 días, donde te dejamos el itinerario completo día a día. Pero aquí va un mini resumen para ir abriendo boca:
- Día 1: Parlamento, Basílica de San Esteban, barrio judío (con free tour) + paseo en barco al atardecer
- Día 2: Colina de Buda, Castillo, Bastión de los Pescadores, balneario Gellért + ruta de ruin pubs
- Día 3: Balneario Széchenyi, Plaza de los Héroes, Parque Városliget + Ópera
¿Nos hemos dejado algo? ¡Seguro que sí! Budapest es una ciudad inabarcable, llena de historia, contrastes, rincones con encanto y planes para todos los gustos. Nosotros hemos estado bastantes veces y aún sentimos que nos queda mucho por descubrir. Así que si conoces más lugares chulos, cuéntanoslo en comentarios: nos encantará leerte y así ayudamos también a otros viajeros.
Porque Budapest no es solo una ciudad que se visita… es una ciudad que se vive, se saborea y se recuerda. ¿Y lo mejor? Que siempre te deja con ganas de volver.
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