“Reconócele en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas” (Proverbios 3, 6)
A los 22 años se graduó de médico, lleno de expectativas y del deseo de servir a otros con su profesión. Tenía la ilusión de salvar muchas vidas y, por qué no, almas. Aunque sin saberlo en ese momento, Antonio María había empezado a andar el camino de servicio que lo conduciría al sacerdocio.
Unos años después, animado por su director espiritual, empezó a estudiar filosofía y teología. Con el tiempo, ya con el corazón dispuesto para responder al llamado de Dios, se ordenó sacerdote. Antonio María se había hecho médico de cuerpos y almas.
Contemplar a Dios y realizar su obra
Los tiempos de San Antonio María Zaccaria fueron muy difíciles para la Iglesia: fueron los años de la revuelta protestante proclamada en Alemania por Martín Lutero y extendida por buena parte de Europa. Zaccaría fue uno de los que con su enorme labor apostólica preparó el terreno de la gran ‘Contrarreforma’ que la Iglesia Católica impulsaría con el Concilio de Trento (1545-1563).
Muerte prematura
“El justo, aunque muera prematuramente, hallará descanso;
porque la edad venerable no consiste en tener larga vida
ni se mide por el número de años.
Las verdaderas canas del hombre son la prudencia
y la edad avanzada se mide por una vida intachable” (Sab 4, 7-9).
El Papa León XIII lo proclamó santo el 15 de mayo de 1897. Su Fiesta se celebra el 5 de julio de cada año.