De Vichigasta a Guanchín, la provincia es mucho más que viñedos. Una serie de pequeños emprendimientos activan las economías regionales así como la diversidad y belleza de un paisaje donde el trekking, el astroturismo y los productos regionales ganan adeptos.
La Rioja, domingo 20 julio (PR/25) — Fincas donde el torrontés se erige gallardo y la oliva se exporta al mundo a la par de las europeas, florecen al pie de los cerros. De este suelo árido y rojizo convertido en vergel no hay quien regrese sin nueces o aceitunas de tamaño intimidante, igual que con historias pequeñas pero intensas. Así el Google Maps resulta engañoso, y una cartografía de aparente monotonía entre Vichigasta y Miranda exhibe rincones imperdibles de una provincia de La Rioja teñida de colores vivos y mucha actividad.
De pura cepa
“Nuestras puertas siempre están abiertas”, cuenta Alicia Páez, de la Compañía agroindustrial Valle de la Puerta (www.valledelapuerta.com), ubicada en Vichigasta, sobre la RP 74. Y agrega: “Los recorridos son diarios y gratuitos, aunque los fines de semana llegan más turistas para recorrer nuestros viñedos, olivares y el proceso de producción de la bodega. Estamos todos los días de la mañana a la tarde, y sólo tiene costo si se quedan a comer. En ese caso pedimos que reserven a nuestro número (Tel.: +54 9 3825 52-64)
Habla de las comidas caseras que el lugar también brinda a los visitantes que eligen quedarse a pasar el día, y quienes también ofrecen paseos en bici por los callejones de olivares y vides y, de ser la época, la participación en el proceso de recolección. Si bien el Torrontés, esa uva blanca que es bandera de la Argentina (cruza de la Moscatel de Alejandría y la Criolla Chica) es símbolo de La Rioja, una Ruta del Vino recorre aquí una decena de bodegas donde hay un Malbec, Bonarda y Cabernet también extraordinarios. Y es que por su altura, baja humedad, amplitud térmica y suelos de textura franca-arenosa, el valle ofrece condiciones perfectas para el cultivo.

Cerquita de La Puerta está el pueblo de Los Colorados, lugar predilecto del chef Hugo Veliz, un admirador de la “Agrupación Chacho Peñaloza”, vecinos que reviven esa voz de la dignidad que supo representar a tantos provincianos. Dicen, incluso, que aquí hay una cueva donde el caudillo se escondió de los hombres de Sarmiento, y que es visitada por los turistas. Una vez más, maridando los exquisitos vinos locales y aprovechando la cría de chivos, el almuerzo se celebra a lo grande: “Gracias a esta magnífica profesión visité muchos lugares, exploré culturas, conocí artistas, músicos, presidentes y tantas personas que enriquecieron mi vida. Pero siempre regreso a mi tierra, a los orígenes de nuestra comida ancestral, esa de las abuelas”, dice poéticamente el chef antes de partir juntos al Corredor Rural.
Tridente
Unos 30 km al norte, el Corredor de Turismo Rural, presentado formalmente en la Feria Internacional de Turismo (FIT) 2024, incluye las localidades riojanas de Sañogasta, Miranda y Guanchín. En la primera brilla la feria de artesanos, y no hay que perderse la Finca La Loma (IG: @finca.laloma) un buen lugar para alojarse y disfrutar de comidas regionales. Otra buena opción es Modo Hostería (IG: @modo_hosteria), expertos en locro.
“Todo es bello en mi pago, pero nada como caminar. Por eso no deben perderse aquí el trekking de las Tres Cruces”, propone Federico Torres, director operativo de la Secretaría de Turismo de Chilecito. Sugiere un recorrido que nace del propio pueblo y no ofrece mucha dificultad. Se parte de la plaza 26 de Agosto, por caminos del Barrio Chucuma y Zalazar por un sendero angosto y ascendente hasta dar con la gruta de las Tres Cruces. Lleva apenas una hora, y sí que confirma esa de la belleza. La senda está totalmente marcada, limpia y cuidada, y sólo se paga permiso de ingreso.
Pegadito a Sañogasta está Miranda y su colorida cuesta, que atrae las miradas de los viajeros. Cada tanto, un motoquero o ciclista adorna las intrincadas vueltas del camino de cornisa, enmarcado por rojos, ocres y naranjas hasta la localidad de Villa Unión, el punto de partida para Talampaya.
Agua de vida
El río Miranda es un gran atractivo allí, y acompaña a esa misma ruta dando vida a valles y verdes montes con cardones, que contrastan los colores de las montañas. Cerca del pueblo pueden visitarse dos lugares ideales para las familias con niños: la Granja El Arca del Sol (FB: El Arca del Sol) y el Museo de las Historietas (IG: @museoyuyarihuesi). Desde aquí salen también las cabalgatas de A Puro Campo (FB: A puro Campo / Cel.: 0351 15-593-0534), lideradas por Fabián Flores y Maricel Montecino: “Es un emprendimiento familiar que nació de la pasión por los caballos”, cuenta Fabián, mientras acaricia a uno de sus animales. Oriundo de La Pampa, lleva arraigada la cultura tradicional del gaucho, que pone de manifiesto en soberbios mates amargos. “Todo comenzó rescatando caballos, y hoy contamos con una manada de 14, con los que brindamos un servicio para conectar a las personas con la montaña”.
Alejado un poco sobre la RP15, el pueblo nogalero de Guanchín también muestra lo suyo. El trekking a Los Ciruelos, el río Pismanta, la cascada de Las Chúcaras y la Quebrada del Agua Negra son destacados paisajes para conocer los alrededores montañosos. Pero si se elige la cercanía, se puede cabalgar junto a los guías de La Flor del Pago (Tel.: +54 3825 403000), o visitar al Finca Veracruz (IG: @fincaveracruzguanchin), expertos en meriendas.
Ojos arriba
“Aquí en Sañogasta se realizó en un jardín de infantes con la gente local, y fue hermoso. También en Miranda lo hemos hecho, así como en la Estación N° 2 del cablecarril de Chilecito”, cuenta Javier Tarabanoff de APEX (FB: ÁPEX Astroturismo Chilecito / Cel.: (03825) 15-58-0533). Es el encargado de los viajes por las estrellas, nada menos. “La idea es disfrutar, y maravillarse, con este cielo limpio e imponente”, afirma. Creciente aquí y en varias provincias cordilleranas, el astroturismo suma apasionados cada día. “Si lo organizamos desde Chilecito, la experiencia dura cinco horas e incluye un viaje en todo sentido: salimos en caravana desde la Plaza Principal Caudillos Federales al atardecer, observando los paisajes que nos llevan a Guanchín, donde quedamos rodeados por los cerros. Mientras vamos armando los telescopios preparamos con la gente una mesa con una picada regional y vinito torrontés, ideal para animarnos a llegar al espacio”, cuenta. La charla y la observación se pone en marcha entonces cuando la noche los va envolviendo. Historias, mitos, leyendas del cosmos, y la cosmovisión diaguita son parte de una práctica que, una vez más, entrega más preguntas que respuestas.
Primicias Rurales
Fuente: Perfil Turismo