La necesidad de ser escuchado va de la mano con la obra de una misericordia de este tiempo: escuchar sin juzgar, ejercicio que la Iglesia practica actualmente
México, domingo 27 julio (PR/25) — El estilo de vida actual ha propiciado un paradójico aislamiento personal en medio de una multitud que se mueve en las grandes ciudades, trayendo como consecuencia que las personas necesiten cada vez más ser escuchadas. La Iglesia se ha dado cuenta de que escuchar se ha convertido en una oportunidad para ejercer una gran obra de misericordia.

La pastoral de la escucha

Centro de atención y escucha, catedral metropolitana, Ciudad de México, obra de misericordia

Ante esta realidad, la Iglesia en México ha implementado en algunas diócesis la pastoral de la escucha. Una de las primeras en hacerlo fue la arquidiócesis de Acapulco, hacia 2015, estando al frente Mons. Carlos Garfias, para ayudar a la población a sobrellevar la situación de inseguridad que enfrentaban entonces.

Sin embargo, la diversidad de problemáticas por las que hoy atraviesan las personas ha urgido a otras diócesis mexicanas a adoptar esta área de la pastoral. Este es el caso de la arquidiócesis de México.

Escuchar sin juzgar

El Centro de Atención y Escucha de la Catedral metropolitana de la Ciudad de México ofrece este servicio en la capilla del señor san José. Acompañados del Señor del Cacao, – a quien se le encomendó la construcción de la Catedral – Un equipo de doce personas atiende a todo aquel que lo requiera.

Francisco Javier es uno de los agentes que dedica su tiempo junto a otras once personas. Son laicos, sacerdotes y diáconos que reciben capacitación constante para atender a las personas y escucharlas sin juzgar. Francisco comenta para Aleteia:

«El Centro de Acompañamiento y Escucha es un espacio emocional donde pueden acudir personas que están viviendo una situación de duelo, ya sea por la pérdida de un ser querido, por la separación, la enfermedad o la soledad o algún otro problema de vida».

Agrega que la manera de ejercer este apostolado es aplicar la escucha activa «sin prejuicios ni condiciones»

Formación continua

Para poder ejercer este apostolado los agentes toman un curso de capacitación de seis meses, impartido por el Pbro. Victoriano Martínez, que es psicólogo y es quien está al frente de esta pastoral. También participan en un taller de escucha dirigido por psiquiatras y tanatólogos, que los prepara para ser facilitadores. Además, mensualmente reciben temas que complementan su formación.

Aunque ha sido relativamente poca la difusión del Centro, Francisco nos comenta que tiene ya diez años funcionando. Sin embargo, «ha ido creciendo y en diferentes parroquias de la Ciudad de México ya tenemos centros de atención y escucha».

El mensaje que comparten es «en tu caminar de vida no estás solo, estamos para ti» porque amar es servir. La atención es gratuita y trabajan de lunes a sábado. Tienen el WhatsApp 56 4466 5596 donde reciben mensajes y en su página de Facebook Centro de Atención y Escucha brindan mayores informes.

La Pastoral de la Escucha en Argentina

La Pastoral de la Escucha en Argentina es un servicio eclesial que busca ofrecer un espacio de escucha y acompañamiento a personas que necesitan ser oídas y sentirse comprendidasSe trata de una iniciativa que pretende ser un instrumento de la misericordia de Dios, poniendo un «oído atento» a quienes atraviesan dificultades o se sienten solos. 

¿En qué consiste la Pastoral de la Escucha?
  • Acompañamiento personalizado:
    Se trata de un servicio de escucha activa y respetuosa, donde la persona puede compartir sus problemas, sentimientos, emociones, miedos y angustias, sin ser juzgada. 

  • Enfoque integral:
    La pastoral considera a la persona en su totalidad, abarcando sus dimensiones física, relacional, emocional, social y espiritual. 

  • Formación de agentes:
    Se ofrecen cursos y diplomaturas para formar a personas que deseen ejercer este ministerio de la escucha, brindándoles herramientas y recursos para acompañar a otros de manera efectiva. 

  • Disponibilidad en diversos ámbitos:
    La Pastoral de la Escucha se puede encontrar en parroquias, hospitales, centros comunitarios, y también en la vida cotidiana, en familias y comunidades. 

  • Modalidades de atención:
    Se ofrecen tanto encuentros presenciales como virtuales, para llegar a más personas y facilitar el acceso al servicio. 

¿A quiénes está dirigido?
Este servicio está abierto a todas las personas que necesiten ser escuchadas, sin importar su edad, condición social o creencia religiosa. Se enfoca en quienes se sienten solos, atraviesan situaciones difíciles o buscan un espacio de contención espiritual. 

¿Dónde encontrar más información?
  • La Pastoral de la Escucha tiene presencia en diversas diócesis y parroquias de Argentina. 
  • Se pueden encontrar más detalles y contactos en las páginas web de las diócesis o a través de redes sociales como Facebook, donde se comparten testimonios y novedades sobre el servicio. 
  • También existen cursos y diplomaturas para formarse como ministros de la escucha, como el ofrecido por la Catedral de San Isidro. 

En tanto, la Diplomatura en Ministerio de la Escucha (DIME) es un programa de formación desarrollado por el Centro de Espiritualidad Santa María (CESM), asociado a la Pontificia Facultad Teológica del Teresianum, en Roma.

En la Argentina, se dicta en las sedes de Capital Federal, San Isidro, Córdoba, Tucumán y Santa Fe, y también se ofrece en modalidad virtual para quienes no puedan asistir presencialmente.

La propuesta está abierta a todas las personas -laicos, sacerdotes, consagrados- que se sientan llamadas a ejercer este ministerio. Como ministros de la Escucha, los egresados podrán brindar este servicio a la Iglesia en diferentes ámbitos y realidades humanas y sociales: parroquias, hospitales, centros comunitarios, o en la vida cotidiana, en sus propias familias, comunidades de vida consagrada, círculos de amigos, compañeros de trabajo, etc.

Con más de 30 años de experiencia en la formación, bajo la dirección de Inés Ordoñez de Lanús, DIME anima a los alumnos a iniciar un proceso de autoconocimiento para crecer en la escucha de ellos mismos, de quienes los rodean y de Dios.

La propuesta se basa en una espiritualidad que ayuda a vivir la fe integrada a la vida cotidiana, por medio de un camino de oración contemplativa, donde las personas son invitadas a vivir la experiencia del silencio para desarrollar la percepción y la contemplación.

El curso tiene una duración de 2 años y las clases se dictan de marzo a noviembre. Para informes e inscripción, visitar www.centrosantamaria.org/dime.

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Fuente: Aleteia/IA