Las vacaciones son sin duda un buen momento para poner en práctica estas ideas y reforzar la unidad de la pareja y la familia
1Mostrar prudencia

Feliz es la esposa cuyo marido muestra prudencia en el ámbito profesional y, más en general, en todos los asuntos materiales. Es una buena idea estar atento a las necesidades de la familia y tratar de protegerla de las dificultades financieras. Aunque no tenga necesariamente la oportunidad de poner muchas cosas en su sitio en este ámbito, la atención del marido a esta cuestión puede ser muy reconfortante para su mujer.
También es importante no tomar decisiones profesionales demasiado arriesgadas y anteponer la esposa y los hijos a la carrera profesional. La felicidad duradera que proporciona una familia unida y realizada no puede compararse con la satisfacción de un éxito profesional efímero.
2Guardar el teléfono
Feliz es la mujer cuyo marido apaga o guarda el teléfono al llegar a casa. Este hábito, a veces tan difícil de adquirir, le permite desconectar rápidamente el trabajo. También le permite encontrar su lugar en el hogar estando atento, no sólo a cada miembro de la familia, sino también a la propia casa y a los cuidados necesarios para mantenerla funcional y ordenada.
Qué alegría para una madre oírle preguntar a su llegada: ¿qué puedo hacer? ¿Cuáles son las prioridades, cuáles son las urgencias? ¡Cuidado, señores! Es posible que su mujer se quede desconcertada por su amable pregunta, ¡hasta el punto de no saber qué decir al principio! Pero no se preocupe, todo llegará muy rápido…
3Estar atento a cada niño

Feliz también es la mujer cuyo marido está atento a dedicar regularmente tiempo individual a cada niño. No hace falta llevar al niño a una actividad puntual. A menudo basta con acompañarle en una actividad cotidiana, ya sea una tarea obligatoria o un momento lúdico: ayudar a ordenar la habitación, jugar una partida de damas o ajedrez, pelar patatas para el almuerzo.
Todo el mundo aprecia los momentos pasados a solas. Refuerza la intimidad y facilita los intercambios, las discusiones y las confidencias, sobre todo en la adolescencia.
5Rezar a diario
Por último, y este es el punto más importante, felices son las esposas cuyos maridos rezan a diario e instauran los tres niveles de oración necesarios para que el alma y la familia florezcan: la oración individual, la oración familiar y la oración en pareja. Esta última suele ser la más difícil de establecer con el tiempo, por diversas razones. Pero no tiene por qué ser larga para ser eficaz, y una breve oración diaria es mucho mejor que una larga teoría mensual.
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1BUENOS DÍAS, BUENAS noches
Todo comienza ahí: ¡tómense el tiempo para saludar por la mañana! «Suena tonto pero no nos despertamos a la misma hora, así que rápidamente nos cruzamos sin prestarnos atención», sonríen Sandra y Thomas.
2Hablar con «el otro yo»

Para evitar este distanciamiento insidioso, Sophie y Juan se hablan «al otro yo» al menos una vez al día.
«Después de un retiro en pareja, decidimos compartir un acontecimiento de nuestro día, con la emoción asociada», recuerdan. Alegría, orgullo, ira, nerviosismo, tristeza… Es compartiendo las pequeñas realidades de sus vidas como se construye su unidad como pareja».
3HACER UNA ACTIVIDAD PARA DOS
¡Correr, cantar, bailar y hasta trabajar juntos es uno de los secretos de la vida en pareja! Sophie y Juan dicen: «Éramos de un coro al principio de nuestro matrimonio, y ahora llevamos cursos de preparación para la confirmación. ¡Nos une!».
4INVITA A DIOS A TU DÍA
Si «el diablo se esconde en los detalles», es también a través de pequeñas y muy simples acciones que Dios se invita a sí mismo a la vida cotidiana de los amantes-esposos.
«Somos pobres y hemos terminado renunciando a objetivos de oración que son imposibles de cumplir», dicen de nuevo Sophie y Juan, quienes se envían mensajes de texto todos los días con una frase de la Palabra de Dios para que les ayude durante el día.
«También rezamos juntos un Padrenuestro antes de irnos al trabajo y terminamos el día con una Salve… A menudo en nuestra cama», se ríen.
5ENCONTRARSE «ENAMORADO»
Para mantener la llama y permitir los reencuentros, la cena romántica es muy aclamada por padres e hijos.
«Les encanta poner un lugar bonito, una vela… ¡Y listo, a la cama a las 8 p.m.!» dicen Sophie y Juan. Con «la caja de comunicación de la pareja» y sus divertidas preguntas, la velada permite encontrar el camino de la comunicación y la risa.
Registrarse para un ciclo de «Matrimonios Alfa» también es bienvenido y quizás sea más fácil de mantener ya que está anotado en la agenda. Finalmente, a pesar del cansancio, la unión física de los esposos vigoriza, renueva la energía y teje la comunión entre los cónyuges.
6SENTARSE juntos

«Una vez al mes, los domingos por la noche, nos sentamos juntos y tomamos nuestros diarios para hacer nuestra revisión del diario matrimonial. Hablamos entre nosotros sobre nuestras semanas, nuestras citas, nuestros viajes», explica Ana.
Así es como la pareja se planteó la cuestión del tiempo dedicado a «ser pareja». Resultado: ahora ambos anotan tiempos en su diario para nutrir el Sí de su sacramento del matrimonio.
7REGÁLATE UNA ESCAPADA PARA DOS
Sophie y Juan son claros: «A pesar del trabajo y los niños, nuestra pareja sigue viva gracias a un fin de semana romántico anual».
Sí, pero ¿cómo hacerlo? Decídelo, y atrévete a pedir ayuda a tus allegados para que cuiden de tus hijos.
8ORAR EN PAREJA
Sandra y Thomas participan todos los miércoles en un grupo de oración: «Nos acerca aún más y complementa el deporte: ¡un espíritu santo en un cuerpo sano!».
Charles y Anne acabaron bloqueando en su agenda un tiempo de adoración/oración en un día fijo, y si uno no está, el otro reza como si estuviera. «Porque no se trata de pasar una semana sin volver a poner a nuestra pareja bajo la mirada de Dios para recibir nuestro amor de Aquel que es Amor», sonríe Ana.
Fuente: Aleteia
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