Las ecuaciones económicas siguen complicadas para todos los cultivos, pero este alivio fiscal, y la mejor disponibilidad de agua en suelo en 5 años, propicia más siembras y rindes a cosecha.Una luz en el horizonte. La rebaja parcial de la presión fiscal genera replanteos sobre área de siembra de los diferentes cultivos y apuestas por una mayor aplicación de tecnología.

Bártoli
Buenos Aires, domingo 3 agosto (PR/25) — El escenario agrícola no cambió de negro a blanco con la baja del 20% de retenciones, porque el cuadro era sombrío y la mejora fue parcial, pero es elocuente que mejoró el ánimo de la gran mayoría de los productores.
Tras un largo respaldo de dos años a las palabras de Javier Milei, desde la campaña electoral, en los hechos sólo había habido un veranito de menos de 6 meses, entre el 23 de enero y el 30 de junio, que se reflejó en la liquidación de divisas récord de los primeros 7 meses del año, por casi 20.000 millones de dólares.
Ahora, con la misma rebaja en la presión fiscal, pero planteada como “permanente”, se pasó del lamento e incipientes protestas, y una actitud productiva a la defensiva, a un replanteo con análisis fino de qué cultivos elegir, y con qué paquetes tecnológicos, para recuperar costos y apuntar a ganancias de rinde.
En plenos preparativos para la próxima campaña agrícola, y con el escenario electoral como telón de fondo, el oficialismo ofrece un paliativo, seguramente insuficiente, peor al menos oportuno.
Hay que dejarlo claro de entrada: el contexto de costos dolarizados y precios internacionales de los granos relativamente bajos, y los Derechos de Exportación (DEX) que quedan (granos de soja al 26%, maíz, trigo y otros cereales al 9,5%, girasol al 5,5%) no permite “tirar manteca al techo”. En algunos casos, sólo se pasó de rentabilidades bajas, o a pérdida, a levantar la cabeza con márgenes a cosecha más aliviados.
Pero, mirando el medio vaso lleno, el anuncio del Presidente, el sábado 26 en la Exposición Rural, que se oficializó este jueves, más las sostenidas lluvias que han generado el mejor contexto de humedad en suelo en 5 años, alientan a proyectar no sólo mayor superficie de siembra sino también un incremento de rindes por hectárea, de la mano de una mejor aplicación de los insumos disponibles.
En ese sentido, muchos productores destacan que tanto como la rebaja de las alícuotas es muy importante la afirmación presidencial sobre el carácter permanente, por lo que alienta a invertir con mayor confianza. Faltan un par de meses para que se terminen de definir las área de siembra por cultivo y otros detalles de la campaña, pero las perspectivas son un poco más positivas.

Este moderado optimismo es avalado por las evaluaciones de las principales bolsas granarias y los consultores especializados. El gerente de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BdC), Ramiro Costa, consideró que “estas reducciones de DEX se proyectan como un incentivo clave para la adopción de mejores paquetes tecnológicos y el ingreso de stocks al circuito comercial”, lo cual redunda en mayor dinámica del negocio agropecuario con impacto en el interior, y efectos en toda la economía del país.
En tanto, los consultores Teo Zorraquín y Alejandro Meneses creen que “la baja permanente de retenciones y el sendero de consolidación fiscal son señales positivas, aunque el contexto macroeconómico genera dudas”.

Evaluaron que el carácter “permanente” de las medidas mejora las condiciones del mercado de granos y alienta contratos a futuro. Aunque advirtieron que “faltan definiciones sobre el plazo para liquidar DJVE (actualmente 30 días hábiles), otro factor clave de previsibilidad.
Puntualizaron que “la economía argentina, como la agroindustria, sigue corriendo su carrera entre obstáculos, pero sin detenerse. Mientras la política se reconfigura con pragmatismo extremo, el sector productivo sigue apostando por el esfuerzo y la competitividad”.
En el mismo sentido, el equipo que lidera Julio Calzada en la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) consideró que “este cambio de escenario para la producción primaria de granos se suma ya a un cambio en el contexto macroeconómico del país que tuvo lugar en abril de este año cuando se anunció la liberalización parcial del acceso al Mercado Libre de Cambios, que operó en la práctica como una unificación cambiaria, reduciendo la brecha entre el “dólar oficial” y los “dólares financieros” a prácticamente 0%”.
No es un dato menor que, después de muchos años, los agricultores argentinos están recibiendo el 74% de lo que se paga en Chicago (el precio lleno menos el 26% de retenciones vigente); Eso es posible porque ya no hay tipo de cambio que se sume a la exacción fiscal que significan las retenciones.
El equipo de la BCR describió, a través del modelo analítico AGMEMOD, que “esta baja de alícuotas y la virtual eliminación de la brecha cambiaria ha llevado a que la proporción de “dólar cash” que recibe el productor sobre el precio FOB sin retenciones de soja se encuentra hoy en niveles cercanos a máximos desde 2012, equiparables al período 2016-2018. En los demás productos, aún se encuentra por debajo del período en el que las alícuotas eran 0%, pero cercanos al 100%.

Así las cosas, esta semana se pudo conseguir compras de fábricas y exportadoras en esos términos, a $390.000, con una ganancia semanal de $50.000 por tonelada en el mercado argentino con eje en Rosario.
También en relación a la brecha cambiaria, comentaron que “los precios de los insumos también se encuentran valuados al tipo de cambio oficial, por lo que el efecto de la brecha es más relevante sobre el margen neto. En otras palabras, cuando hay brecha, si bien el productor recibe menos “dólares billete” por su venta, también paga menos “dólares billete” por sus costos, por lo que el impacto de la brecha se ve en la cotización del dólar a la que el productor puede “dolarizar” su rentabilidad una vez deducidos todos los costos de producción.
Sin embargo, tanto la eliminación de la brecha cambiaria como la reducción de las alícuotas de retenciones tienen un impacto directo en las decisiones de los productores, incentivando un incremento en la producción de la mano de una mayor superficie y una mejora en la tecnología aplicada.
Números expectantes
El informe de la bolsa porteña indica “un aumento significativo en la probabilidad de recuperar costos para los productores ante la reducción de los DEX (ver mapas adjuntos, que no reflejan intención de siembra sino las probabilidades de recuperar costos según los distintos escenarios).

En soja, la probabilidad promedio de recuperar costos para la soja aumenta del 60,8% con un DEX del 33% al 86,6% con un DEX del 0%, y al 72,6% con un DEX del 26%.
Para el maíz, la probabilidad promedio de recuperar costos se incrementa del 53,5% con un DEX del 12% al 71,3% con un DEX del 0%, y al 58,9% con un DEX del 9,5%.

En ese sentido, el equipo conducido por Costa estimó que la producción de cereales y oleaginosas de la Argnetina podría alcanzar casi 155 millones de toneladas para la campaña 2028/29, (tres posteriores a la actual) lo que representa un incremento de 7,6 millones de toneladas respecto a la base calculada antes de la baja de retenciones.
A corto plazo (2025/26), la soja pasaría de una caída de 2,3 millones a un incremento de 0.5 lo que muestra una variación positiva de 2,7 millones de toneladas. En el estimado de mediano plazo (2028/29), los 7,6 millones de toneladas de aumento se repartirían especialmente entre la soja, que aportaría 4,6 millones de toneladas y el maíz, con un incremento de 1,8 millones de toneladas.
El valor de las exportaciones de cereales y oleaginosas mostraría un impacto positivo en todos los años. Se estima un incremento total de hasta US$ 2.695 millones hacia 2028/29, con el complejo soja aportando hasta US$ 2.002 millones y el complejo maíz hasta US$ 369 millones.
En cuanto al impacto fiscal neto, se calcula una reducción de -353 millones de dólares (-0,05% del PBI) a corto plazo (2024/25), debido a la producción ya determinada, pero con una recuperación vía otros impuestos por el mayor ingreso del productor.
A mediano plazo (2028/29), se proyecta un impacto fiscal neto positivo de 609 millones de dólares (0,08% del PBI), impulsado por las mejoras en la producción que compensan el impacto inicial de los DEX.
Un poco más en el tiempo, la BCR proyecta una suba productiva de 159,3 a 172,3 millones de toneladas en los próximos diez años, de mantenerse el escenario de esta baja de retenciones y sin brecha cambiaria. Para 2035, serían US$ 28.800 millones acumulados adicionales que inyectaría el campo a toda la economía.
Zorraquin & Meneses no dejan de mensurar el impacto de la macro en el negocio agropecuario. Observan que se consolidó un superávit fiscal, aunque sustentado en parte en impuestos distorsivos y sin obra pública y que la suba reciente de tasas e incertidumbre financiera genera “ruido” en bancos y en decisiones de inversión, por lo cual el crédito se encarece en pesos y dólares, aunque mejora la retribución de excedentes financieros. A pesar de todo, subrayan que “no hay señales de freno en inversiones tecnológicas ni cambios sustanciales en planes productivos».

Con todo, destacan que se abre un «escenario de menos queja y mayor foco en las distintas actividades agrícolas». Puntualizan que “la campaña fina ya está sembrada en un 85% y los márgenes se revisan constantemente por rentabilidad ajustada. Los precios internacionales de los granos están bajos, sin eventos climáticos que los impulsen al alza”.
Por otro lado, advierten que “el alquiler de campos no se ajustó pese a la baja rentabilidad, generando presión sobre márgenes”, un factor que recrudeció esta semana como contrapartida a la menor presión fiscal.
Y el crédito, según lo referido es “más caro a nivel bancario, y con menor disponibilidad; pero el crédito comercial es más accesible y flexible”.
Por tanto, los 5 aspectos que recomiendan tener en cuenta en el mercado agrícola, son los siguientes
● Mercado atento a posible guerra comercial de EE.UU. post 1° de agosto y su impacto en precios de granos.
● Buenos pronósticos climáticos en EE.UU. y posición vendida de los fondos presionan los precios a la baja.
● La reciente baja de retenciones busca reactivar un mercado paralizado por 15 días.
● Retomar los niveles de comercialización dependerá de que el mercado local vuelva a acompañar al internacional.
● Agosto será clave por la confluencia de factores internos (tipo de cambio, clima político) y externos (EE.UU., clima, aranceles).
Envión de las lluvias
Por caso, la zona aledaña a Rosario está terminando julio con 70,6 mm y para encontrar un valor mayor hay que ir más atrás inclusive, hasta julio de 1978 o de 1962, cuando se registraron 111 y 90 mm, respectivamente.
La situación es similar en toda la zona núcleo agrícola. Elorriaga precisó que “los registros de este julio sobre el SE de Córdoba y el centro de Santa Fe son comparables con los totales que normalmente se acumulan durante los tres meses del invierno”.
Fuente: Mauricio BártoliEditor jefe de Clarín Rural mbartoli@clarin.com
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