Todos los días usamos WhatsApp, incluso desde que despertamos, ¿pero cómo podemos transmitir caridad en medios digitales como este? Aquí te decimos
En Aleteia queremos asomarnos a estas buenas maneras desde una perspectiva concreta: la caridad cristiana, también en lo digital.
1No juzgar por la interacción

No podemos clasificar ni juzgar a las personas por su nivel de respuesta en WhatsApp. Hay quienes no pueden seguir el ritmo vertiginoso de los mensajes —piénsese en padres de familia numerosa o personas de más edad— y eso no significa desinterés, sino quizá falta de tiempo o de atención a la red social.
2Evitar el “frío silencio”
Hay situaciones que pueden herir sin que nos demos cuenta. Cuando alguien propone un plan o lanza una pregunta en un grupo y nadie contesta, el silencio puede resultar incómodo. Si la respuesta puede ser más personal, envíala por privado, para no saturar el chat pero sin dejar a esa persona en el vacío.
3Incluir a todos
Si es un grupo de clase, de amigos o de trabajo, asegurémonos de que todos los que deberían estar incluidos lo estén. Si detectamos que falta alguien, avisemos al administrador. La exclusión, aunque sea involuntaria, sigue siendo exclusión.

4Salir de un grupo con elegancia
Si queremos salir de un grupo, lo más correcto es mandar primero un mensaje privado al administrador, agradeciendo que haya contado con nosotros y explicando —sin necesidad de entrar en detalles— que debemos abandonar. Un mensaje público del tipo «me voy porque estoy saturado» no suele ser afortunado: puede dejar al resto con la sensación de que no merecen nuestro tiempo. Lo ideal es retirarse como quien se despide de una fiesta: con gratitud, sin incomodar y con delicadeza.
5Usar las herramientas antes de llegar al bloqueo

Por muy saturados que estemos, bloquear debería ser el último recurso. Antes, WhatsApp ofrece muchas opciones:
Silenciar notificaciones:
Chat individual: abre el chat, pulsa el nombre del contacto y selecciona «Silenciar notificaciones» (8 horas, 1 semana o siempre).
Chat grupal: pulsa el nombre del grupo y selecciona «Silenciar notificaciones» por el tiempo que elijas.
Participante de grupo: si eres administrador, ajusta «Enviar mensajes» a «Solo administradores» y nombra administradores sin incluir a la persona.
Archivar chats: mantén pulsado el chat y selecciona el icono de archivar. El chat desaparecerá de la vista principal pero no se eliminará.
Restringir visibilidad del perfil: en «Configuración» > «Privacidad» puedes decidir quién ve tu última conexión, foto, información y estados.
El bloqueo significa romper un puente de comunicación. Puede impedir que, en un momento de necesidad, esa persona pueda pedirnos ayuda. Y eso es algo que, si es posible, deberíamos evitar.
La caridad también en línea
La caridad cristiana no se limita al trato cara a cara. También se vive en un mensaje, en una respuesta que llega a tiempo, en una inclusión consciente o en una salida discreta de un grupo. Cuidar estos detalles es, en el fondo, cuidar a las personas. Porque incluso en las redes sociales, el mandamiento sigue siendo el mismo: «Ama a tu prójimo como a ti mismo».
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Fuente: Aleteia