Cuando rezamos el Padre nuestro decimos «hágase tu voluntad», pero seguramente lo rezamos sin convicción porque nos cuesta ser dóciles a los designios de Dios.

Buenos Aires, lunes 8 septiembre (PR/25) — Nos decimos cristianos practicantes, vamos a la Iglesia, nos esforzamos por no pecar y por cumplir los mandamientos, y eso está muy bien. Pero cuando llega el momento de la prueba, nos cuesta ser dóciles para aceptar la voluntad de Dios, a pesar de que lo pedimos en el Padre nuestro: