¿Cómo podemos prepararnos para encontrar a la pareja ideal de manera consciente, realista y madura espiritualmente? Aquí te compartimos algunos puntos

España, domingo 2 noviembre (PR/25) — Todos hemos sido creados para amar y ser amados, pues nuestra esencia proviene del amor con el que Dios nos ha creado, por ende, es un anhelo natural en el ser humano.

En ocasiones suele ocurrir que pedimos a Dios un «ideal» más que una persona real, olvidando que el amor se construye con dos corazones imperfectos que buscan crecer juntos.

Quién no quisiera a un hombre como san José o a una mujer como María, pero para ello es importante preparar el alma y pedir sabiamente a Dios.

Pedir a Dios con realismo y fe

Entonces, ¿cómo podemos orar a Dios de manera correcta y consciente? La respuesta está en presentar una oración sencilla que nazca del corazón y desde nuestra realidad, reconociendo que la oración no es para presentar una lista de deseos.

Pedir a Dios una pareja ideal no significa exigir perfección, sino pedir a alguien con quien podamos caminar hacia la santidad, construyendo y creciendo juntos. Alguien con quien compartir una misión.


El discernimiento del corazón

Por otro lado, no te olvides de ser completamente sincero contigo y delante de Dios. Reflexiona sobre tus propias intenciones: ¿busco a alguien que me complemente o a alguien que me salve de mis vacíos? También, puedes buscar acompañamiento espiritual para discernir correctamente.


Prepararse para amar: el trabajo interior

Por otro lado, tenemos que ponernos manos a la obra y trabajar en nuestra persona, en todos los ámbitos necesarios, desde la parte espiritual, hasta la emocional.


1. Convertirse en la persona que uno también desea encontrar

En este punto, es esencial que busquemos trabajar en ser la mejor versión de nosotros mismos, pues a veces pedimos virtudes en el otro que nosotros mismos no cultivamos.

De ahí la importancia de ser pacientes con nosotros mismos para trabajar en nuestro crecimiento con responsabilidad, templanza y generosidad.


2.
Sanar antes de iniciar una relación

Muchas veces buscamos aspectos irreales, debido a que tenemos alguna o varias heridas que aún no hemos sanado, por lo que es importante que primero las reconozcamos y después las tratemos con un acompañamiento terapéutico y espiritual. De esta manera podremos buscar a una pareja ya no desde nuestros vacíos, sino desde ese deseo profundo y real de unión.


3. La virtud atrae a la virtud

Finalmente, una parte importante al trabajar en nuestro crecimiento interior es que aprendamos a ser nosotros mismos, pues ahí no solo seremos más auténticos, sino también encontraremos libertad y esa misma libertad será la que nos permitirá amar realmente al otro.

Cuando nos mostramos con autenticidad con nuestras virtudes y defectos, naturalmente atraeremos a alguien con un corazón afín. Trabajando en nuestro amor propio de manera sana, podremos dar amor al otro, pues nadie da lo que no tiene.

Ya lo decía san Pablo en su carta a los Corintios 13, 2, «si no tengo amor, no soy nada». Recuerda que no se trata de encontrar a alguien perfecto, sino de ser dos personas que, con la ayuda de Dios, aprenden a amarse cada día con más verdad y profundidad.

Primicias Rurales

Fuente: Aleteia