Casi cuatro de cada diez jóvenes de la región trabajan en los sistemas agroalimentarios, pero enfrentan desigualdades y empleos vulnerables. El nuevo informe de la FAO analiza los factores que condicionan la participación de los jóvenes en los sistemas agroalimentarios.
Santiago de Chile, martes 4 noviembre (PR/25)– En América Latina y el Caribe, el 39 % de los jóvenes trabaja en los sistemas agroalimentarios, ya sea directamente en la producción o en actividades vinculadas a la cadena alimentaria, con variaciones entre el 36 % en América del Sur y el 42 % en Centroamérica.
Estos datos forman parte del nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), “La situación de los jóvenes en los sistemas agroalimentarios”, que analiza la participación, desafíos y oportunidades de los más de 1 300 millones de jóvenes en el mundo.

El estudio destaca que los jóvenes son actores esenciales para garantizar la seguridad alimentaria, la sostenibilidad ambiental y la innovación en los sistemas agroalimentarios. Sin embargo, enfrentan barreras estructurales. En América Latina y el Caribe el 51 % de los hombres y el 75 % de las mujeres jóvenes tienen empleos vulnerables en la agricultura.
El informe también evidencia que la juventud, y en especial las mujeres jóvenes, tiene mayor probabilidad de realizar trabajos precarios, de baja cualificación y mal remunerados.
Las mujeres jóvenes rurales tienen menos probabilidades que los hombres jóvenes rurales de estudiar, trabajar o formarse y son menos propensas a trabajar a tiempo completo debido principalmente a la mayor carga como cuidadoras.
El reporte subraya que reducir esta brecha podría generar un impacto económico significativo: incrementar el PIB mundial en un 1,4 %, equivalente a 1,5 billones de dólares.

Además, alerta que los efectos de las recesiones económicas y los factores de estrés climático afectan de manera significativamente diferente al empleo de los jóvenes en los sistemas agroalimentarios, lo que hace urgente fortalecer su resiliencia, acceso a tecnologías digitales y capacidad de adaptación.
Durante el lanzamiento del informe global en América Latina y el Caribe, Benjamín Davis,
El lanzamiento reunió a representantes de gobiernos, juventudes y socios estratégicos para analizar las implicaciones del informe en la región y promover la inclusión de la juventud en la transformación de los sistemas agroalimentarios hacia modelos más sostenibles, inclusivos y resilientes.
El documento propone tres líneas de acción clave:
· Investigar más: fortalecer la base empírica y cerrar brechas de conocimiento sobre juventud y sistemas agroalimentarios.
· Incluir más: amplificar las voces y participación de una juventud diversa en los procesos de toma de decisiones y procesos de formulación de políticas.
· Invertir más: impulsar inversiones específicas a fin de ampliar las oportunidades económicas para los jóvenes y empoderarlos.
A nivel regional, la FAO ha identificado y difundido diversas herramientas, programas y políticas públicas orientadas a fortalecer la inclusión de las juventudes y así proveer a los gobiernos de insumos prácticos para la formulación de políticas más inclusivas y sostenibles. Apostando, por promover inversiones habilitantes en los territorios rurales para generar condiciones que permitan el desarrollo de las juventudes y su plena inserción en los sistemas agroalimentarios.
Primicias Rurales
Fuente: FAO















