Al término del Ángelus, el Papa agradece a quienes se esfuerzan por construir la paz en los países que viven crecientes hostilidades. A continuación, dirige un pensamiento a Filipinas, afectada por el tifón Fung-wong, y hace suyo el mensaje de la CEI para el Día de Acción de Gracias, animando a cuidar la tierra y a combatir el desperdicio de alimentos.

Benedetta Capelli – Ciudad del Vaticano

Ciudad del Vaticano, miércoles 12 noviembre (PR/25) — Civiles, niños, ancianos, enfermos. La lista que el Papa recita hoy, 9 de noviembre, al término de la oración mariana en la Plaza de San Pedro no es fría.

Es una forma de dar cuerpo al dolor de quienes se ven afectados por conflictos violentos, una advertencia para poner fin a las hostilidades. «Expreso mi profundo agradecimiento —afirma— a todos aquellos que, a todos los niveles, se están comprometiendo a construir la paz en las diferentes regiones marcadas por la guerra».

«En los últimos días hemos rezado por los difuntos y, entre ellos, lamentablemente hay muchos que han muerto en combates y bombardeos, a pesar de ser civiles, niños, ancianos, enfermos. Si realmente se quiere honrar su memoria, hay que cesar el fuego y poner todo el empeño en las negociaciones».