Buenos Aires, viernes 25 abril (PR/25) — En tiempos donde la gente busca reconectar con la naturaleza y bajar el ritmo, el turismo ofrece estos pueblos peatonales que cobran un protagonismo especial. En Argentina, dos de los más emblemáticos son La Carolina, en la provincia de San Luis, y La Cumbrecita, en Córdoba.

En ambos casos, caminar no es solo una forma de trasladarse, sino que es parte del viaje y este próximo fin de semana largo del 1° de Mayo en el cual se celebra el Día Internacional del Trabajador, son opciones muy apacibles para bajar un cambio y hacer un alto en el camino de la rutina para recargar energías en medio de la lentitud que proponen en sus actividades rodeados de la magia y la paz que transmiten sus paisajes naturales.

Sumado a ello, la interculturalidad que se da en los lazos sociales que se generan en cada viaje son bendiciones que aportan al cultivo de una posible amistad que se teja con el tiempo, y sino se da, pasar unos días amables fortaleciendo la comunicación intrapersonal, si se viaja solo, o bien, interpersonal cuando se recorren kilómetros en pareja, con amigos o familia durante los días de descanso.

Ubicada a poco más de 120 kilómetros de la ciudad de Córdoba, La Cumbrecita es un pueblo alpino enclavado en el Valle de Calamuchita. Desde 1996, es oficialmente peatonal, por lo que, solo pueden ingresar vehículos de residentes, lo que transforma sus calles en senderos tranquilos rodeados de casas de estilo alemán, montañas y bosques. Por otro lado, a unos 80 kilómetros de la ciudad de San Luis, La Carolina es un pequeño pueblo de montaña que supo ser epicentro de la fiebre del oro en el siglo XIX. Hoy, su encanto radica en la tranquilidad de sus calles empedradas, las casas de adobe y piedra, y una propuesta turística que invita a caminar y descubrir. La Carolina también es considerada un pueblo peatonal porque su estructura invita al visitante a recorrerlo a pie. El acceso vehicular está permitido, pero una vez allí, el auto queda en pausa y la historia cobra vida al paso.

La Carolina y sus calles empedradas transportan al turista a otros tiempos y la hospitalidad de su gente forman un combo ideal para descansar. Foto Agencia Noticias Argentinas – Argentina.gob.ar.

¿Qué hacer y qué ofrece cada uno de los pueblos pintorescos de Córdoba y San Luis?

Durante el fin de semana largo del 1° de mayo, La Cumbrecita ofrece múltiples actividades al aire libre. Se pueden recorrer senderos como el que lleva a la Cascada Grande, visitar el Bosque de Abedules, hacer Trekking hasta el Cerro Wank o simplemente pasear por su centro con aroma a strudel y chocolate caliente.

Para comer, el turista no puede dejar de probar los sabores centroeuropeos en lugares como la Casa de Té Heidelberg o el restaurante Prosit Bierhaus, donde las salchichas alemanas y la cerveza artesanal son protagonistas.

Si el destino elegido en la provincia de San Luis, La Carolina es el pueblo estrella. Entre las actividades destacadas para el finde largo se encuentran la visita a la Mina de Oro de La Carolina, el recorrido por el Museo de la Poesía “Juan Crisóstomo Lafinur” y caminatas por los cerros cercanos. También se puede hacer cabalgatas o visitar el cercano Salto del Chispiadero, una cascada escondida entre la vegetación.

Andar abre el apetito y, para calmar el hambre nada es mejor que hacer una pausa gastronómica, donde lo ideal es sentarse en Lo de Martín, una fonda serrana con especialidades en cabrito al horno, o probar dulces regionales en alguna de las casas de té locales.

Un viaje diferente, a paso lento

Ambos destinos se encuentran a unos 800 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, lo que los convierte en escapadas perfectas para un viaje en auto de varios días. En un fin de semana extra largo como el del 1° de mayo, ofrecen la posibilidad de desconectar del ruido y reconectar con la naturaleza, la historia y los sabores locales. En estos pueblos, la peatonalidad no es una restricción, sino, una invitación a bajar el ritmo y redescubrir la belleza de caminar.

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Fuente: Agencia NA