Ante la complejidad de la situación actual, cada vez va tomando más importancia comenzar a evaluar cómo van dando los números del tambo, no ya como una generalidad, sino aplicado a cada empresa.
Buenos Aires, 8 de junio (PR/25) .- Los tiempos que corren no son fáciles para el tambo. Todo lo contrario, porque el vértigo es lo que predomina. Situaciones climáticas poca veces vividas, y como si eso fuera poco, la parte económica, que no deja de cambiar, todo el tiempo, sin dar respiro aunque sea para relajarse un poco.
Son tiempos complicados, sin dudas, y eso no cambiará de la noche a la mañana, para qué engañarse. Porque, por ejemplo, las secuelas de la sequía no dejarán de sentirse hasta dentro de unos cuántos meses.
Ante la incertidumbre, la dudas sobre cómo me está yendo en MI tambo, es que están apareciendo una tras otra las consultas sobre cómo llegar a conocer los números. Y “MI” en mayúscula hace referencia a que ya no basta lo que se comenta en tal o cual reunión sino que quienes están al frente de su tambo quieren conocer SUS números.
¿Estaré produciendo apenas salvando los gastos? ¿O en realidad estoy trabajando a pérdida? ¿Hasta será posible que haya momentos en los que esto ganando? Son preguntas que inquietan a más de uno.
¿De la noche a la mañana?
Y la ansiedad muchas veces juega una mala pasada porque uno querría poder saber si más demora cómo marchan las cosas. Como si se tratara simplemente de hacer una “batería de análisis” y con eso llegar lo antes posible a un diagnóstico certero.
Lamentablemente, en el tambo las cosas no operan de esa manera. Es todo un proceso que lleva varias etapas, desde recopilar la información, saber dónde buscarla, chequear que sea la correcta, procesar todos eso datos hasta poder llegar a conocer el resultado final. Como se ve, todo esto no sucede de la noche a la mañana, sino que lleva su tiempo, para qué engañarse…
De modo que si la decisión está tomada en conocer cómo le está yendo a ESTA empresa, hay que poner en marcha toda una estrategia. Que de poco se irá perfeccionando y “aceitando”. No pretendamos que ya de entrada funcione a la perfección, que los responsables implicados en el proceso informen sin errores ni omisiones lo que a cada uno le corresponde: desde los kilos de silo de maíz que consumió la recría en tal período, la cantidad de rollos consumidos por los rodeos del tambo, el costeo del silo expresado por ejemplo en pesos/tonelada de materia verde.
Pasando por las hembras que ingresaron a la guachera, las que pasaron luego de allí la recría. Y finalmente las vaquillonas preñadas que parieron en el tambo, todo destinado a valuar las denominadas “cesiones internas de hacienda” entre las diferentes sub actividades del tambo. Estos son solamente algunos ejemplos del volumen de los datos a recopilar, que es realmente importante, desde los físicos, pasando por los reproductivos y completando con los económicos.
Monitorear los números del tambo no es algo que sucede de la noche a la mañana sino que es todo un proceso que lleva su tiempo.
Como para no albergar falsas expectativas, mejor saber de antemano que pasará por menos un ejercicio de calibración del sistema hasta que se pueda llegar a consolidar toda la metodología de generación de información confiable y segura. Recién entonces el sistema habrá entrado “en régimen”, de modo que todos los mecanismos ya estarán debidamente aceitados, y todo se irá facilitando a medida que se vayan automatizando todos los procesos que supone llevar una gestión económica.
Tampoco es para darse por vencido antes de comenzar y suponer que nunca se podrá legar a conocer ese bendito número, suponiendo que la tarea es tan grande que para cuando se conozcan los resultados, ya todo eso habrá quedado en el pasado, y poco me dirá de lo que está pasando en el momento…
¿Qué es lo principal entonces?
Será en todo caso tomar la decisión de que evidentemente llegó la hora de comenzar a seguir, de manera sistemática, lo que está ocurriendo con el aspecto económico y financiero de MI tambo. Que ya no es posible seguir haciendo las cosas como en el pasado, que los tiempos cambiaron, que el negocio del tambo ya no es lo que era.
Que no se puede seguir andando a ciegas; que esto de conocer el resultado del negocio tambero no sucederá como por arte de magia sino que requerirá su esfuerzo, tiempo, dedicación, análisis, elaboración de planillas, concientizar a todos los implicados en el proceso de bridar la información, explicándoles la importancia que tiene para toda la empresa este proceso que se va a encarar.
Tomar la decisión es el primer paso. Luego, falta definir toda la estrategia de recopilación de la información
Que no se tratará de algo aislado en el tiempo, por esta vez, como si se tratara de un “apagar incendios” sino que significará adentrarse a partir de haber tomado la decisión de en un proceso continuo de seguimiento detallado del negocio. Que se inicia y que seguramente se prolongará por el tiempo.
Y eso implica varias cosas: por un lado organizarse para comenzar a llevar en forma sistemática y ordenada toda la información que es necesaria para poder en marcha ese mecanismo, que sea de monitoreo, y permanente, no solamente cuando las papas queman y la preocupación hace que de golpe se quiera activar todo de golpe,
Estamos justamente en un momento que no es cualquiera: el 30 de junio suele ser la fecha elegida para cerrar un ejercicio y comenzar el próximo. De modo que quedará en la decisión de cada empresa si dedicarse a recopilar toda la información necesaria para llegar a conocer cuál fue el resultado del ejercicio que acaba de concluir, es decir el 2022/23. O si el foco estará puesto en comenzar a llevar los datos en este ejercicio 2023/24 que acaba de comenzar.
Lo importante es tomar la decisión de ponerse en movimiento, y comenzar a averiguar todo lo que está ocurriendo en esta actividad de alta complejidad como lo es el tambo. Porque el tiempo sigue corriendo, inexorable, y no es conveniente darse el lujo de seguir esperando a que en algún momento todo se corrija.
El paso siguiente, una vez conocida la situación particular de cada empresa, y el diagnóstico correspondiente, será definir las estrategias a seguir a partir de los datos resultantes.
Y teniendo en cuenta que en los tiempos que corren hay poco margen para cometer equivocaciones que después puede costar caras…
Fuente: Por: Ing. Agr. Félix Fares : TodoLechería
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