Imagen: San José y el ángel
El santo Evangelio describe a san José como «hombre justo», porque no quiso poner en evidencia a su santísima esposa, sino hacer la voluntad de Dios
España, miércoles 20 agosto (PR/25) — Las palabras pueden tener muchos significados; sin embargo, el contexto les da sentido y nos ayuda a entender la realidad. Este es el caso del término «justo», muy utilizado y que proviene de «ajustar». De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española, se refiere a adaptar, encajar o acomodar algo a otra cosa para que no haya discrepancia entre ellas.
San José era un hombre justo

Ahora bien, hacer esta afirmación es bastante simple, pero en realidad se requiere de una fe profundísima y una vida espiritual colmada de Dios, porque se trata de dejar verdaderamente todo en las manos de Dios.
Ajustarse entonces a Él, si lo vemos desde el punto de vista mundano, no es sencillo. Cualquiera puede pensar en su propia vida y analizar cuántas veces ha hecho lo que Dios quiere, sin protestar. La respuesta es personal.
Sin embargo, el Evangelio nos habla de san José, un hombre justo, que estaba comprometido con María, una joven virgen, y que, antes de vivir juntos, supo que ella estaba embarazada. La suerte que le esperaba, según las leyes judías, era la muerte. Él, no queriendo exponerla, quiso abandonarla en secreto.
Esta justicia se refiere, entonces, a apegarse a la voluntad de Dios, por amor a Él. Por eso, el mejor modelo es san José, cuyo amor a Dios y a María lo hicieron confiar y creer en que la misión que el Señor le encomendaba era proteger a su Hijo, formando una Sagrada Familia con ellos.
¡Qué enorme fe, qué inmenso amor, cuánta fidelidad! Es indescriptible lo que vivió este magnífico hombre, ejemplo para todos nosotros. Pidamos al señor san José que nos ayude para alcanzar la perfección como él lo hizo, creyendo firmemente que Dios da todo lo necesario a aquel que decide ajustarse a su voluntad.
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Fuente: Aleteia