El secretario coordinador de energía y minería, Daniel González, aseguró que la Argentina cuenta con un potencial “fenomenal” en materia de recursos energéticos y mineros. Durante el encuentro de energía organizado por La Nación, el funcionario estimó que en un horizonte de entre cinco y siete años la balanza comercial podría mejorar entre US$ 50.000 y US$ 60.000 millones gracias a las exportaciones de petróleo, gas y minerales, en particular cobre.
Actualmente, el saldo positivo del sector ronda los US$ 5.000 millones. Sin embargo, en los años anteriores llegó a mostrar números negativos. “En los peores momentos del kirchnerismo la balanza energética registró un déficit de US$ 7.800 millones”, recordó el funcionario. El contraste muestra la proyección de crecimiento en un escenario internacional más favorable.
Gran parte de las expectativas se apoyan en Vaca Muerta, la formación no convencional que se consolidó como motor de la producción hidrocarburífera. La Argentina produce allí cerca de 500.000 barriles diarios de petróleo, aunque todavía está por detrás del Permian, en Estados Unidos, que genera entre 10 y 12 veces más. La diferencia, sostuvo González, se encuentra en la escala y en la competitividad.
“Desde el punto de vista geológico, Vaca Muerta es competitivo y se compara favorablemente con el Permian. Pero la escala es distinta y necesitamos ganar competitividad arriba del subsuelo. El cepo cambiario ha limitado la llegada de proveedores internacionales de servicios. Hoy el Gobierno está desarmando esas restricciones y eso abre la puerta a mayor competencia y eficiencia”, indicó.
El secretario destacó también que las petroleras reciben actualmente en el mercado local prácticamente el mismo precio que en el externo. “Si no hay precios internacionales, no hay inversión. Ese fue un error del pasado que no vamos a repetir”, subrayó. La política de precios busca sostener el flujo de inversiones que demanda la actividad.
Otro de los ejes de la exposición fue la política tarifaria. González resaltó que los subsidios energéticos se redujeron de 2,5% del PBI a menos de 0,5%, lo que permitió descomprimir las cuentas fiscales. Aseguró que este cambio es clave para evitar el círculo vicioso en el que las tarifas congeladas frenan inversiones y deterioran el servicio.
“El usuario común todavía no ve los beneficios porque los cortes de servicio persisten. Pero lo más difícil ya está hecho: la reducción del gasto en subsidios. Ahora debemos avanzar en una focalización más justa. Hoy, el 60% de los hogares recibe subsidio eléctrico y eso no tiene sentido”, sostuvo el secretario. Entre los puntos en análisis, mencionó la necesidad de revisar subsidios al gas en verano, cuando el consumo es bajo.
González reconoció que el sistema eléctrico sigue mostrando cuellos de botella en generación, transmisión y distribución, como resultado de años de inversión insuficiente. No obstante, aseguró que el Gobierno trabaja con las empresas para minimizar riesgos. Recordó que el año pasado se logró atravesar el verano con menos cortes de lo esperado.
Entre las medidas adoptadas se destacó la licitación de baterías de almacenamiento, cuyo impacto se verá a partir del verano de 2026. “El almacenamiento permitirá enfrentar los picos de consumo de manera más eficiente. El año pasado los cortes fueron mínimos y en su mayoría vinculados a problemas en redes de distribución”, afirmó.
Asimismo, explicó que las distribuidoras cuentan con una revisión tarifaria quinquenal con ajustes automáticos por inflación, lo que otorga previsibilidad al sector. “La clave es que los precios reflejen costos reales. Sin tarifas adecuadas no hay inversión, y sin inversión no hay calidad de servicio”, resumió González.
El secretario insistió en que el camino no será lineal y dependerá de los precios internacionales y de la competitividad lograda en Vaca Muerta. “La visión de largo plazo no cambia: la Argentina debe estar exportando más de US$ 30.000 millones en petróleo y gas y otros US$ 20.000 millones en minería. Esa es la magnitud de la oportunidad que tenemos”, concluyó.
Con este panorama, el Gobierno apuesta a que la energía y la minería se conviertan en pilares para consolidar la estabilidad macroeconómica. El objetivo es aprovechar el potencial de los recursos naturales para impulsar una nueva etapa de crecimiento sostenido en el país.
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Fuente: infoenergía