Por Matías Longoni
Buenos Aires, 18 noviembre (PR/19) — Me dice un colega periodista que la gestión de Luis Miguel Etchevehere en el Ministerio de Agricultura ha sido bastante buena después de todo, sobre todo si se la compara con la de sus antecesores. Y claro, así cualquiera parece bueno. Hago memoria hacia atrás y me aparecen los nombres de Ricardo Buryaile, de Carlos Casamiquela, de Norberto Yauhar, de Julián Domínguez, de Carlos Cheppi, de Javier de Urquiza. Frente a la mayoría de ellos, el ex presidente de la Sociedad Rural luce casi como a un estadista.

Tengo un pequeño problema a la hora de intentar hacer un balance objetivo de la gestión Etchevehere al frente del Ministerio de Agricultura, que es el mismo problema que me surge al analizar con trazo grueso la gestión global de Cambiemos. Frente a ciertos personajes del pasado, el entrerriano se luce. Pero a mi juicio su gestión no ha tenido demasiado brillo propio.

Dicho de otro modo, la política agropecuaria del macrismo ha sido sin duda exitosa en tanto y cuanto eliminó ciertas rémoras heredadas de los grises días del kirchnerismo, en especial los ROE y las retenciones mientras se pudo. Pero se quedó ahí, en remover obstáculos nomás. Frente a la falta de diálogo y la agresión del kirchnerimso, Etchevehere pudo organizar 35 mesas de competitividad que no condujeron a casi nada. Frente a la corrupción asfixiante de otros tiempos, esta gestión de Agricultura contestó con una “simplificación” de trámites y la “desburocratización” como bandera.

Sin embargo, para mi la política agropecuaria bien entendida es otra cosa. Debería haber sido otra cosas sobre todo durante la parte del mandato que le tocó cubrir a Etchevehere, la segunda mitad, luego de la aplastante victoria del oficialismo en la elección de medio tiempo. Era el tiempo de ir por más, pero hicieron la plancha en múltiples aspectos.

Presencié este jueves en el Centro Cultural Kirchner (CCK) el balance de la gestión de Etchevehere y de su equipo, finalmente el balance de la política agropecuaria del macrismo. No quiero personalizar en el ministro pues no corresponde aunque sea la principal cara visible. Finalmente, el soldado más fiel de Mauricio no hizo más de lo que el gobierno reclamaba de él. Para el macrismo no había que corregir distorsiones históricas en los mercados de productos agropecuarios. Y entonces Agricultura no corrigió. Para el macrismo no es necesario un cuidado especial con las economías regionales ni con los productores más pequeños. Y entonces Agricultura no los cuidó. Para el macrismo el Estado debe intervenir lo menos posible. Y entonces Agricultura no intervino.

Donde sí intervino activamente el Estado estos años fue en el control de operadores marginales de las principales cadenas agroalimentarias, a través de la ex ONCCA, con logros visibles que permitieron a la AFIP multiplicar varias veces la recaudación, sobre todo en materia de carne vacuna. Pero se ve que para Etchevehere esa intervención no cuenta, o hasta quizás le moleste, porque el papel de esa dirección no fue ni siquiera mencionado en toda la presentación. Y mucho menos forma parte de los diez hitos presentados por el ministro.

El macrismo ha hecho, en materia de política agropecuaria, lo que le han reclamado que haga los sectores de productores más acomodados de la región pampeana. Los que siguen en carrera y son competitivos quieren que el Estado se entrometa lo menos posible y los deje exportar, que les alivie la carga tributaria y les ahorre tiempo en los trámites, pero al mismo tiempo que no los controle demasiado en materia impositiva. Es a eso a lo que se dedicó esta gestión. Se olvidó, como en general sucedió con todo el gobierno de Macri, del resto de los productores y de los argentinos.

Pero es así la cosa: el Estado está para velar por todos y en especial por los más débiles.

Confieso que me ha chocado, y en esto sí voy a ser crítico con Etchevehere, que en la enumeración de los diez hitos de su gestión haya escrito solo para esa porción de la sociedad para la que finalmente parece haber gobernado. Me molestó bastante que en esta enumeración haya dejado la mitad de las cosas por decir, pues en los balances se supone que deben figurar las cosas buenas (el haber) y las malas (los debe). Por eso me tomé el atrevimiento de hacer algunos apuntes sobre los diez hitos de la gestión, según el propio ministro.

Destacó Etchevehere la realización del Censo Agropecuario en 2018 y sin duda es una muy buena noticia (pero no dijo nada de que el mismo censo mostró la continuidad de un fuerte proceso de concentración de la actividad, tanto en tiempos del kirchnerismo como durante el macrismo).
Subrayó Etchevehere que ya funcionan 520 grupos de Cambio Rural en el país (pero omitió que éstos son apenas una tercera parte de los que funcionaron años atrás y que lo que hubo fue un fuerte ajuste de los aportes oficiales a varios de los consorcios de productores).
Habló el ministro de que por primera vez en la historia se encuentran al día los pagos de los subsidios forestales de la Ley 25.080 (pero no dijo que eso se logró a costa de crear un virtual nuevo impuesto -ellos lo llaman bono solidario- para la gente común, porque es dinero que se recarga a los seguros de los autos).
Valoró Etchevehere la aprobación récord de 61 eventos transgénicos, con 26 de ellos en los últimos años (pero nada dijo de la polémica por la prohibición al trigo HB4 ni por las demoras en la desregulación en China de la soja también resistente a sequía, desarrollados ambos por una empresa argentina). Tampoco los múltiples problemas que enfrenta la papa tarnsgénica desarrollada por Tecnoplant.
Elogió el titular de Agricultura la inversión de un crédito internacional de 150 millones de dólares en un sistema agrometeorológico, el GIRSAR, que servirá “como base para armar un seguro multirriesgo, (pero no reconoció que esa herramienta fue un estrepitoso fracaso en su gestión debido a la falta de recursos públicos comprometidos para subsidiar la prima y abaratar su costo para los productores).
Comentó el funcionario los méritos del nuevo sistema de información lechera, que “ha permitido echar luz sobre el precio” real de la leche pagado a los productores (pero nada dijo que la mayor parte de su gestión los tamberos trabajaron a pérdida y el ministerio no movió ni un dedo para evitarlo).
Habló del crecimiento de las capturas pesqueras y con la construcción de un mayor número de barcos en los astilleros de Mar del Plata (pero nada dijo de los altos índices de desocupación entre los fileteros de esa ciudad, sobre la continuidad de cooperativas truchas de trabajo, y otros sinnúmero de conflictos de larga data en ese sector extractivo).
Por supuesto que remarcó que el país terminó la campaña 2018/19 con una cosecha récord de 147 millones de toneladas y destacó especialmente las 54 millones de toneladas de maíz logradas, de las cuales 20 millones se transforman dentro del país (pero sin mencionar que ese es un porcentaje de agregado de valor mucho más chico que el que se registra en Brasil o los Estados Unidos, y mucho menos hablar de que el macrismo deja el gobierno totalmente enemistado con los productores de bioetanol y biodiésel, por el quiebre de las reglas de juego).
Destacó Etchevehere los altos niveles de industrialización de la soja, con 77% de la cosecha del poroto procesado en las grandes fábricas aceiteras como promedio de los últimos años (pero sin mencionar que se eliminaron muchos de los reintegros a la exportaciónd e productos con mayor valor agregado y que, en el caso de este sector, los diferenciales históricos de retenciones , provocando un fuerte malestar en la industria más poderosa del país)
El ministro saliente, en materia ganadera, elogió el cumplimiento del 100% de la Cuota Hilton y que las exportaciones de carne se hayan “cuadruplicado” en comparación con 2015, sin afectar el consumo interno de todas las carnes (pero sin mencionar que los argentinos debieron reducir cerca de 10% de su ingesta de carne vacuna, ni que el salto exportador no llega a estimular con precios a los productores para que comience de una vez por todas a crecer una producción estancada durante los últimos cuarenta años).
Estos son los diez hitos de la gestión Etchevehere, con sus peros a cuestas.

-¡Pero Matías, que periodismo tan crítico que hacés!

-Cierto. Pero al lado del de otros periodistas, hasta luce bueno.

Fuente: Bichos de campo

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