Buenos Aires, 17 de agosto (PR/21) .– En el 171º aniversario del fallecimiento del Libertador General José de San Martín, te proponemos conocer su pensamiento a través de sus propias palabras. Ciento cincuenta frases del Libertador extractadas de sus cartas y oficios.
Los siguientes pensamientos y frases del Libertador San Martín están extractados de las cartas y oficios que integran el “Archivo de los Documentos del General San Martín”, publicado por Alejandro Rosa, la “Correspondencia del General San Martín”, recopilada por Adolfo P. Carranza, documentos existentes en el Archivo General de la Nación, y otras fuentes de consulta igualmente responsables.
Estos pensamientos representan las normas de una vida de excepción, consagrada a consolidar la dignidad del hombre, en base a los austeros principios con que acuñó la libertad de medio continente. ¡Conocé al Libertador a través de sus propias palabras!
Aquí algunas:
Es cierto que tenemos que sufrir escasez de dinero, paralización del comercio y la agricultura, arrostrar trabajos y ser superiores a todo género de fatigas y privaciones; pero todo es menos que volver a uncir el yugo pesado e ignominioso de la esclavitud (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, Mendoza, 31 de marzo de 1815, t. II, p. 404).
El pueblo jamás se empieza a mover por raciocinio sino por hechos (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, Santiago, 1 de enero de 1819, t. VII, p. 163).
Mi existencia la sacrificaría antes que echar una mancha sobre mi vida pública, que se pudiera interpretar por ambición (Archivo General de la Nación: Carta al general Guido, 24 de abril de 1819, Legajo Nº 1, S. VII, C. 2, A 5, Nº 13).
Corno hombre público y privado he tenido siempre derecho a ser creído (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, 18 de septiembre de 1821, t. VII, p. 332).
Soy enemigo de los tiranos, pero también lo soy de los malvados (A los habitantes del Perú, Valparaíso, 22 de julio de 1820, en La Estatua del General San Martín y su Inauguración, p. 191).
Los hombres no viven de ilusiones sino de hechos (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, París, 1 de febrero de 1833, t. VI, p. 571).
La calumnia, como todos los crímenes, no es sino obra de la ignorancia y del discernimiento pervertido (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, Proclama a los Habitantes de las Provincias del Río de la Plata, Valparaíso, 22 de julio de 1820, t. VII, p. 214).
No he tenido más ambición que la de merecer el odio de los ingratos y el aprecio de los hombres virtuosos. (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, Proclama a los Habitantes de las Provincias del Río de la Plata, Valparaíso, 22 de julio de 1820, t. VII, p. 218).
El camino más seguro de llegar a la cabeza es empezar por el corazón (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, Santiago, 1 de enero de 1819, t. VII, p. 163).
El hombre bajo todo gobierno será el mismo, es decir, con las mismas pasiones y debilidades (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, Grand-Bourg, 26 de septiembre de 1846, t. IX, p. 399).
Es necesario tener toda la filosofía de un Séneca, o la impudicia de un malvado para ser indiferente a la calumnia (Adolfo P. Carranza: Correspondencia del General San Martín, Op. cit., Montevideo, 27 de abril de 1829, p. 173).
Los hombres distamos de opinión como de fisonomías, y mi conducta, en el tiempo en que fuí hombre público, no pudo haber sido satisfactoria a todos (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, Borrador autógrafo, t. IX, p. 512).
Tan injusto es prodigar premios como negarlos a quien los merece (Bartolomé Mitre: Obras Completas, Buenos Aires, 1940. Lima, 9 de agosto de 1821, vol. V, p. 615).
Mi mejor amigo, es el que enmienda mis errores o reprueba mis desaciertos (Bartolomé Mitre: Obras Completas, Buenos Aires, 1940. Lima, 9 de agosto de 1821, vol. V, p. 615).
César habría hecho morir al nieto de Pompeyo si no hubiese escuchado un buen consejo (Bartolomé Mitre: Obras Completas, Buenos Aires, 1940. Lima, 9 de agosto de 1821, vol. V, p. 615).
Al hombre honrado no le es permitido ser indiferente al sentimiento de la justicia (Documentos del Archivo del General San Martín, Op. cit., Pisco, 14 de octubre de 1820, t. VII, p. 219).
Más ruido hacen diez hombres que gritan que cien mil que están callados (Adolfo P. Carranza: Correspondencia del General San Martín, Op. cit., Boulogne-Sur-Mer, 11 de septiembre de 1848, p. 299).
Administrar recta justicia a todos, recompensando la virtud y el patriotismo, y castigando el vicio y la sedición en donde quiera que se encuentren, tal es la norma que reglará mis acciones (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, Lima, 2 de agosto de 1821, t. XI, p. 421).
La seguridad individual del ciudadano y la de su propiedad deben constituir una de las bases de todo buen gobierno (Documentos del Archivo del General San Martín, Buenos Aires, 1910, Lima, 7 de agosto de 1821, t. XI, p. 427).
Dios conserve la armonía, que es el modo de que salvemos la nave (Carlos A. Pueyrredón: La Campaña de los Andes, Buenos Aires, 1942; Carta a Pueyrredón, Mendoza, 4 de septiembre de 1818, texto del facs., 144).
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