Evangelio

Lectura del Evangelio según san Marcos (8,1-10):

Uno de aquellos días, como había mucha gente y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discipulos y les dijo: «Me da lástima de esta gente; llevan ya tres dias conmigo y no tienen qué comer, y, si los despido a sus casas en ayunas, se van a desmayar por el camino. Además, algunos han venido desde lejos.»
Le replicaron sus discípulos: «¿Y de dónde se puede sacar pan, aqui, en despoblado, para que se queden satisfechos?»
Él les preguntó: «¿Cuántos panes tenéis?»
Ellos contestaron: «Siete.»
Mandó que la gente se sentara en el suelo, tomó los siete panes, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discipulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente. Tenían también unos cuantos peces; Jesús los bendijo, y mandó que los sirvieran también. La gente comió hasta quedar satisfecha, y de los trozos que sobraron llenaron siete canastas; eran unos cuatro mil. Jesús los despidió, luego se embarcó con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN
Juan Lozano, cmf

Querido amigo/a:

En el Evangelio de hoy Jesús da de comer con la multiplicación de los panes y los peces. Alimentar a los que tienen hambre. Y buscar el alimento adecuado. No deberíamos alimentarnos con cualquier cosa. La fe es un camino en el que se va creciendo, pero hay formas de creencias que se quedaron ancladas, que no evolucionaron ni se formaron posteriormente. Hay creyentes que se quedaron con unas prácticas y modelos antiguos y que se conforman con lo que se les dio o con lo poco que encontraron.

No se debe reducir la fe a momentos puntuales de la vida, o a determinados códigos de conducta ni apoyarse sólo en el grupo. Hay que personalizarla, tiene que crecer, alimentarse. Jesús ofrece el pan de Vida, pero hay que tener hambre y la convicción de que tenemos que seguir alimentándonos para crecer.

La Madre de Jesús y Madre nuestra en la fe nos aconseja acudir a Él: “haced lo que Él os diga” A ti vamos Señor para que sacies nuestra hambre de sentido. ¡Señor, danos de ese pan!

Vuestro hermano en la fe:
Juan Lozano, cmf.