Buenos Aires, 7 agosto (PR/23) — San Cayetano, cuyo nombre completo es San Cayetano de Thiene, es celebrado en la Iglesia Católica por su papel como patrón del trabajo, el pan y la providencia. Se le recuerda y venera por su dedicación a ayudar a los pobres y necesitados, así como por su énfasis en confiar en la Divina Providencia para proveer en tiempos de dificultad. Su festividad se celebra el 7 de agosto.
San Cayetano nació en Italia en 1480 y dedicó gran parte de su vida a servir a los menos afortunados y a promover la caridad y la asistencia mutua entre las personas.
Fundó la orden religiosa de los Teatinos, cuyos miembros se dedicaban a trabajar con los pobres y a predicar la palabra de Dios. Su devoción y amor por los necesitados lo han convertido en un ejemplo de generosidad y compasión.
En la festividad de San Cayetano, los fieles suelen acudir a la iglesia para rezar, asistir a misas especiales en su honor y pedir su intercesión en asuntos relacionados con el trabajo, la provisión y las necesidades materiales. También es común ver la bendición de panes y alimentos durante esta celebración, como símbolo de la provisión divina.
La festividad de San Cayetano se celebra para honrar su vida de servicio, su devoción a los menos afortunados y su enseñanza sobre confiar en Dios para la provisión en todas las circunstancias.
Origen de la celebración de San Cayetano
La celebración a San Cayetano tiene su origen en Italia, donde nació San Cayetano de Thiene en el año 1480. A lo largo de su vida, San Cayetano demostró una profunda devoción a Dios y un compromiso inquebrantable con ayudar a los menos afortunados. Fundó la orden religiosa de los Teatinos, cuyos miembros se dedicaban a la caridad y al servicio de los necesitados.
La festividad en honor a San Cayetano se comenzó a celebrar en Italia y posteriormente se extendió a otros lugares del mundo donde la Iglesia Católica tiene presencia. La fecha de celebración, el 7 de agosto, coincide con el día de su fallecimiento en 1547.
San Cayetano se ganó la reputación de ser un intercesor poderoso para asuntos relacionados con el trabajo, la providencia y las necesidades materiales. La gente comenzó a acudir a él en busca de ayuda y protección en sus vidas laborales y financieras. Con el tiempo, su devoción se difundió ampliamente y se convirtió en un santo popular en muchas comunidades.
En la festividad de San Cayetano, se realizan ceremonias religiosas, misas especiales y se llevan a cabo procesiones en su honor. Los fieles también acuden a las iglesias para pedir su intercesión en asuntos relacionados con el trabajo, la salud, la provisión y otras necesidades personales. Además, es común la bendición de panes y alimentos como símbolo de la provisión divina.
La celebración a San Cayetano tiene sus raíces en la vida ejemplar de servicio y caridad de San Cayetano de Thiene, y su festividad se ha convertido en una oportunidad para pedir su intercesión y buscar ayuda en situaciones laborales y materiales.
Oración a San Cayetano
Oh glorioso San Cayetano, patrono del trabajo y la providencia, Tú que siempre cuidas de aquellos que confían en la Divina Providencia, Te pido humildemente que intercedas por mí ante el trono de Dios, Y que guíes mis pasos en el camino de la virtud y la prosperidad.
Tú, que experimentaste la necesidad y la dificultad en tu propia vida, Comprendes las preocupaciones y las cargas que llevo en mi corazón, Te ruego que me bendigas con tu gracia y favor, Para que pueda superar cualquier obstáculo y alcanzar la estabilidad que anhelo.
Oh San Cayetano, amigo de los necesitados y consuelo de los afligidos, Te encomiendo mis deseos y necesidades en esta oración sincera, Confío en que escucharás mis peticiones y me guiarás con tu luz, Para que pueda vivir en abundancia y honrar a Dios en todas mis acciones.
Te ruego, bendito San Cayetano, que mi fe y esperanza nunca flaqueen, Que en momentos de dificultad encuentre en ti consuelo y aliento, Intercede por mí ante el Todopoderoso, para que mis súplicas sean escuchadas, Y que en su infinita misericordia, Dios conceda lo que con fe te pido.
Amén.
Que San Cayetano interceda por ti y te bendiga con su protección y cuidado.
Quién fue San Cayetano
Hijo de una familia noble, Cayetano ayudó a enfermos en estado de extrema gravedad, estableció una orden de clérigos regulares y bregó por la reforma de la Iglesia Católica. Además, junto con Juan Marinoni, creó los Montes de Piedad, organizaciones dedicadas a prestar dinero a los más pobres con intereses muy bajos, para lograr que escaparan de la usura de su tiempo.
Nació en Vicenza en 1480, hijo del conde Gaspar de Thiene y de María di Porto, que pertenecía a otra familia noble de la ciudad. Perdió a su padre cuando tenía dos años. Desde entonces, Cayetano y sus dos hermanos quedaron al cuidado de su madre. Estudió en la Universidad de Padua, donde obtuvo los doctorados en derecho civil y canónico.
Después de recibir la tonsura, lo que significaba su ingreso al clero, en 1506, llegó a Roma, donde el papa Julio II lo nombró su secretario privado y notario. Fue ordenado sacerdote en 1516, tres años después de la muerte de Julio II.
En 1518 regresó a Vicenza donde atendió espiritualmente a los enfermos del hospital. Similar actividad cumplió en el hospital de Venecia entre 1520 y 1523. Ese último año volvió a Roma, donde ya había creado la Cofradía del Amor Divino.
Obra de San Cayetano
Su siguiente propósito consistió en fundar una Orden de Clérigos Regulares que tuvieran como modelo la vida de los Apóstoles. Recibieron el nombre de teatinos y entre sus primeros integrantes estaba Juan Caraffa, obispo de Chieti y futuro Papa Pablo IV. El 14 de septiembre de 1524 los primeros teatinos realizaron los votos en San Pedro. El voto de pobreza era parte fundamental de la vida espiritual de los teatinos, como lo fue de Cayetano. Este era partidario de una reforma de la Iglesia, ya que esta vivía una gran crisis interna debido a la corrupción del clero. Su guía era Jesucristo.
El ejército de Carlos V saqueó Roma en 1527 y la casa de los teatinos fue destruida. Los sacerdotes escaparon a Venecia, donde, en 1530 Cayetano sucedió a Caraffa como superior de la orden, cargo que ejerció durante tres años. Después fue a Verona y a Nápoles, el que sería su último destino. Últimos años de su vida donde también fundaría hospicios para abuelos y abuelas y hospitales para todo público.
En 1547 cayó muy enfermo. Los médicos le aconsejaron que se acostara sobre un colchón de lana. Cayetano no quiso: “Mi Salvador murió sobre una tosca cruz. Por favor permítame a mí que soy un pobre pecador, morir sobre unas tablas”. De esta manera murió el 7 de agosto de ese año. El papa Clemente X lo declaró santo en 1671, tras comprobarse que obró varios milagros.
Otros santos del 7 de agosto
- San Alberto degli Abbati. (¿?-1307). También conocido como Alberto de Sicilia, nació en esa isla y perteneció a la orden de los carmelitas. Su intercesión logró la llegada de víveres cuando el reino de Nápoles puso sitio a Messina. Pasó sus últimos años como ermitaño. Su culto fue aprobado por el papa Sixto IV en 1476.
- San Miguel de la Mora. (1878-1927). Nació en Jalisco (México) y fue capellán de la catedral de Colima. También fue el primer sacerdote de la diócesis en ser víctima de las leyes que el presidente Calles dictó contra la Iglesia. Canonizado junto con otros mártires mexicanos por Juan Pablo II en 2000.
- San Sixto II, Papa de la Iglesia. (¿?-258). Sucedió a Esteban I en el año 257 convirtiéndose en el 24° Papa de la Iglesia Católica. Tuvo una actitud conciliadora en el tema de la validez del bautismo conferido por los herejes. Ese mismo año, el emperador Valeriano inició la persecución de los cristianos y el Papa San Sixto fue martirizado en un cementerio.
- San Victricio de Rouen. (330-410). Uno de los más destacados obispos de las Galias (actual Francia), había participado de una legión romana antes de convertirse al cristianismo. Hacia 386 asumió la sede de Rouen. Acusado de herejía, viajó a Roma para defenderse ante el papa Inocencio I en el 404.
- Santa Afra. (¿?-304). Conocida como la “patrona de las prostitutas arrepentidas”, habría vivido en el pecado y luego convertido al cristianismo. Víctima de la persecución ordenada por el emperador Maximino fue arrestada en Augsburgo (actual Alemania). Tras confirmar su fe en Cristo, murió en la hoguera.
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Fuente: Clarín