Hoy se celebra a María Reina del cielo y de la tierra, unida para siempre a Cristo Rey

Hoy se celebra a María Reina del cielo y de la tierra, unida para siempre a Cristo Rey

En algunos lugares, a esta efemérides se le concede aún el rango de fiesta, tal y como fue establecido para el vetus ordo (ordenamiento previo al Concilio Vaticano II) por el Papa Pio XII. Después de la reforma conciliar, el día establecido para la celebración universal pasó del 31 de mayo al 22 de agosto, con rango de memoria obligatoria.

Realeza de la Santísima Virgen e institución de su fiesta

Fue el Venerable Papa Pío XII quien instituyó en 1954 un día dedicado a celebrar a María como reina de todo lo creado.

En la encíclica “Ad Caeli Reginam” (A la Reina del Cielo, n. 15), sobre la dignidad y realeza de María, Pío XII señalaba los siguiente: “Cristo, el nuevo Adán, es nuestro Rey no sólo por ser Hijo de Dios, sino también por ser nuestro Redentor”. “Así, según una cierta analogía, puede igualmente afirmarse que la Beatísima Virgen es Reina, no sólo por ser Madre de Dios, sino también por haber sido asociada cual nueva Eva al nuevo Adán”.

María Reina, en el corazón de los Papas

En 1997, el querido Papa San Juan Pablo II, con motivo de esta celebración, señalaba: “La devoción popular invoca a María como Reina. El Concilio, después de recordar la asunción de la Virgen «en cuerpo y alma a la gloria del cielo», explica que fue «elevada (…) por el Señor como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los señores (cf. Ap 19, 16) y vencedor del pecado y de la muerte» (Lumen gentium, 59)”.

Por su parte, el Papa Benedicto XVI en el día de María Reina del año 2012 dijo: “[María] es Reina precisamente amándonos y ayudándonos en todas nuestras necesidades, es nuestra hermana y sierva humilde”.

En el año 2021, el Papa Francisco, a través de su cuenta de Twitter, expresó: “¡Con Dios nada se pierde! En María se alcanza la meta y tenemos ante nuestros ojos la razón por la que caminamos: no para conquistar las cosas de aquí abajo, que se desvanecen, sino la patria allá arriba, que es para siempre”.

A los cristianos nos toca testimoniar que María es Reina.

 

 

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Redacción ACI Prensa

«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el reino de los cielos!

«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el reino de los cielos!

Lectura del santo evangelio según san Mateo (23,13-22):

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el reino de los cielos! Ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que quieren. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que viajáis por tierra y mar para ganar un prosélito y, cuando lo conseguís, lo hacéis digno del fuego el doble que vosotros! ¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: “Jurar por el templo no obliga, jurar por el oro del templo sí obliga”? ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más, el oro o el templo que consagra el oro? O también: “Jurar por el altar no obliga, jurar por la ofrenda que está en el altar sí obliga.” ¡Ciegos! ¿Qué es más, la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda? Quien jura por el altar jura también por todo lo que está sobre él; quien jura por el templo jura también por el que habita en él; y quien jura por el cielo jura por el trono de Dios y también por el que está sentado en él.»

Palabra del Señor

Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos».

Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos».

Lectura del santo evangelio según san Lucas (13,22-30):

En Jesús pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén.
Uno le preguntó:
«Señor, ¿son pocos los que se salvan?».
Él les dijo:
«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo:
Señor, ábrenos;
pero él os dirá:
“No sé quiénes sois”.
Entonces comenzaréis a decir:
“Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas”.
Pero él os dirá:
“No sé de dónde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad”.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.
Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos».

Palabra del Señor

: «”Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser.”

: «”Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser.”

Lectura del santo evangelio según san Mateo (22,34-40):

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?»
Él le dijo: «”Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser.” Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas.»

Palabra del Señor

Exorcista asegura que el Rosario es un “arma de destrucción masiva” contra el diablo

Exorcista asegura que el Rosario es un “arma de destrucción masiva” contra el diablo

Por David Ramos / ACI Prensa.

Buenos Aires, 18 agosto (PR/22) — Un sacerdote exorcista español aseguró que el Santo Rosario “es un arma de destrucción masiva contra los ataques” del diablo y de “sus lacayos seguidores de este mundo”.

En declaraciones a ACI Prensa, el P. Francisco Torres Ruiz, sacerdote de la diócesis de Plasencia (España) y encargado del ministerio del exorcismo, respondió a un artículo publicado en la revista estadounidense The Atlantic por Daniel Panneton, que calificó al Santo Rosario como un “símbolo extremista” y lo relacionó con el rifle de asalto semiautomático AR-15.

“Así como el rifle AR-15 se ha convertido en un objeto sagrado para los nacionalistas cristianos en general, el rosario ha adquirido un significado militarista para los católicos radicales-tradicionales”, escribió Panneton.

Panneton dijo luego que una “comprensión extremista de la guerra espiritual anula” la enseñanza cristiana de “amar y perdonar a sus enemigos”.

El título original del artículo en The Atlantic fue “Cómo el Rosario se convirtió en un símbolo extremista”, pero ante las crecientes críticas fue cambiado por “Cómo la cultura extremista está tratando de cooptar el Rosario”.

Para el P. Torres Ruiz, Panneton “habla desde una clara ignorancia”, y es necesario “aclararle algunas ideas a este joven periodista para su formación, para su corrección y para salvarle también de la ignorancia”.

En primer lugar, indicó el sacerdote exorcista, podría considerarse “un elogio que compares el Rosario con un AR 15”, pues “es verdad, el Rosario es un arma de asalto contra las fuerzas del mal”.

“Es más, diría yo, es un arma de destrucción masiva contra los ataques, trampas y mentiras de Satanás y sus lacayos seguidores de este mundo”, expresó.

El P. Torres Ruiz aseguró además que “se consigue más rezando el Rosario de rodillas que con mil manifestaciones o con mil campañas publicitarias”.

Salvaremos a más niños del aborto rezando de rodillas el Rosario frente a una clínica abortista, o con una señora anciana desde su casa en la soledad, que con más manifestaciones o cualquier otra cosa de tipo de banderías humanas”, dijo.

El sacerdote español destacó luego que “gracias a este artículo” publicado en The Atlantic “vemos que los enemigos de la Iglesia temen la oración como el mismo Lucifer la teme, y mucho más al Santo Rosario”.

Por lo tanto, indicó, esta publicación “nos da más ánimos para seguir rezando, para seguir difundiendo, como quiso la Virgen María, el rezo del Rosario”.

La verdadera “guerra espiritual” católica

El P. Francisco Torres Ruiz criticó además que el escritor de The Atlantic hable de la guerra espiritual cristiana “como si nosotros lanzáramos a nuestras huestes a una guerra santa, al tipo de la yihad”.

El exorcista precisó que la guerra espiritual de la que habla la Iglesia Católica “se inició desde el origen del mundo, cuando el demonio quiso atacar a Adán y Eva y los hizo caer en pecado. Y Dios prometió la salvación en Génesis 3,15”.

Esta es una “guerra espiritual”, explicó, “que no acabará hasta el final de los tiempos, cuando vuelva el Señor, porque en Apocalipsis 12,17 dice que el dragón se marchó a hacer la guerra a los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús”.

Por esto, dijo el sacerdote exorcista, “los cristianos estamos en guardia siempre, y los medios para librar y ganar, además, esta batalla son fundamentalmente tres: La eucaristía, el rezo del Rosario y la caridad fraterna”.

El P. Torres Ruiz subrayó que estas son “tres armas poderosas a las que el demonio y sus lacayos de este mundo, repito, temen”.

“Seguiremos en esta guerra espiritual, seguiremos usando nuestras armas sin complejos”, señaló, dirigiéndose a periodistas como Panneton, “porque a diferencia de vuestras políticas 2030 y de vuestras guerras y políticas humanas, nosotros no verteremos sangre inocente de nadie, pues ya tuvimos a Uno, el Inocente por excelencia que la vertió, Nuestro Señor Jesucristo, y que la sigue vertiendo hoy día en cada cáliz del altar de cada iglesia de este mundo”.

Un santo que respondió a las agresiones con Avemarías

El sacerdote recordó también un episodio de la vida de San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, quien vivió el clima “muy anticlerical” que existía en España durante los años previos a la Guerra Civil, que estalló en 1936.

“Lo cuenta el mismo San Josemaría”, dijo el P. Torres Ruiz, señalando que mientras el fundador del Opus Dei caminaba por una calle en Madrid “unos albañiles comenzaron a insultarle y a tirarle como yeso y cosas de esas, por ser sacerdote”.

“Entonces, San Josemaría dice que su reacción fue darse la vuelta, seguir andando y dice ‘ahora yo les voy a apedrear con Avemarías’”.

“Y se puso a rezar muchas Avemarías por todos y cada uno de los albañiles que lo estaban despreciando”, señaló.

 

 

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Fuente: ACI Prensa

Hoy celebramos a Santa Elena, la mejor intercesora, con San Antonio de Padua, cuando algo se ha extraviado

Hoy celebramos a Santa Elena, la mejor intercesora, con San Antonio de Padua, cuando algo se ha extraviado

Buenos Aires, 18 agosto (PR/22) — Santa Elena (a veces, Helena) fue una célebre emperatriz romana, madre de Constantino I, el emperador que detuvo la persecución a los cristianos y les concedió libertad de culto dentro del imperio. A Santa Elena se le atribuye el hallazgo de la Santa Cruz de Cristo en Jerusalén.

A Santa Elena también se le conoce como Helena de Constantinopla o Santa Elena de la Cruz. A ella recurren los fieles cuando algo o alguien se ha extraviado, para que a través de su intercesión sea encontrado.

Rechazada por los hombres, encontró al Dios verdadero

Ella nació alrededor del año 246, en Bitinia, antigua provincia del Imperio Romano ubicada al noroeste de Asia Menor, al suroeste del mar Negro (actual Turquía). Aunque su origen fue humilde -se dice que fue hija de un sirviente-, estuvo casada con Constancio Cloro, quien se convertiría en emperador con el nombre de Constancio I. Ambos fueron los padres de Constantino I, el Grande.

En tiempos del emperador Maximiano, Constancio Cloro era un militar destacado. Cuando el emperador se percató de su capacidad, le invitó a ser su colaborador más cercano, pero con la condición de que repudiara a su esposa, Elena, y se casara con su hija. Dejándose llevar por la ambición de poder, Constancio repudió a Elena.

La santa sufrió un humillante abandono durante 14 años. Sin embargo, en medio de la soledad, conoció a Dios y se convirtió al cristianismo, muy probablemente por influencia de su hijo, futuro emperador, quien abrazó el cristianismo antes que ella.

El ascenso de Constatino

A la muerte de Constancio Cloro, Constantino fue proclamado emperador por el ejército romano.

Estando en el campamento militar del puente Milvio en Roma, antes de la batalla de Saxa Rubra, Constantino tuvo un sueño en el que Cristo le mostraba la cruz y le decía: “Con este signo vencerás”. A la mañana siguiente, el emperador ordenó que una cruz encabezara la formación de sus huestes. Así se hizo durante el combate y Constantino venció.

Tras aquella victoria del año 313, Constantino decretó la libre profesión del cristianismo -la religión católica-, y habiendo él mismo abrazado esta fe, se propuso contribuir a hacerla crecer por todo el imperio.

Buscó y halló: la Cruz

Constantino amaba y respetaba inmensamente a su madre, Elena, y la nombró “Augusta” (emperatriz). Mandó acuñar monedas con su rostro, y le dio plenos poderes para que empleara el dinero del imperio en las obras de caridad que ella quisiera.

Elena, comprometida con la causa cristiana, decidió emprender un viaje a Jerusalén, la tierra de Cristo, con el propósito de recuperar todo vestigio dejado por Jesús de Nazaret. Es así que, movida por la devoción al Dios que muere por amor a los hombres, se propuso encontrar la Santa Cruz de nuestro Señor. Para tal empresa llevó consigo un numeroso grupo de obreros quienes realizaron excavaciones en el monte Calvario, donde de acuerdo a la tradición fue encontrado el madero santo.

La Escalera santa

Posteriormente, en el año 326, Santa Elena mandó traer a Roma la “Escalera Santa” (Scala sancta) desde el palacio de Poncio Pilato en Jerusalén. La Escala Santa fue transportada en su integridad.

De acuerdo a la tradición, Cristo subió por aquella escalera el Viernes Santo en dirección al lugar donde sería juzgado; y sobre ella derramó su sangre. Hoy, está ubicada frente a la Basílica de San Juan de Letrán en la Ciudad Eterna.

En 1723, la “Escala” fue forrada con madera de nogal como una forma de preservarla del desgaste. Como es natural miles y miles de peregrinos se acercan al lugar en el que está ubicada con la intención de venerarla. A través de los siglos ha quedado establecida la costumbre de subir por ella de rodillas como signo de sentida devoción.

Una mujer humilde y de gran voluntad

San Ambrosio de Milán, en el siglo IV, se refería a Santa Elena resaltando que, a pesar de ser la madre del emperador, vestía con sencillez, se mezclaba con los pobres y utilizaba las riquezas que su hijo le daba para ayudarlos.

Santa Elena hizo construir tres templos en Tierra Santa: uno en el monte Calvario, otro en el monte de los Olivos y el tercero en Belén.

Ella es considerada patrona de las sociedades o hermandades de la Vera Cruz y se pide su intercesión cuando un objeto importante se encuentra extraviado.

Santa Elena de la Cruz murió alrededor del año 330 de nuestra era.

Si quieres saber más sobre Santa Elena, te sugerimos este ar’ticulo de la Enciclopedia Católica: https://ec.aciprensa.com/wiki/Santa_Helena.

 

 

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Fuente: ACI Prensa