Farmer selling: un factor clave para entender lo que está ocurriendo con los precios en el agro

Farmer selling: un factor clave para entender lo que está ocurriendo con los precios en el agro

Por Agustín Baqué | Analista de Mercados  y Docente de AgroEducación

Buenos Aires, 7 febrero (PR/22)– En general, a la hora de intentar entender cual puede ser la tendencia de precios en commodities agrícolas, solemos poner el foco en el balance de oferta y demanda, relaciones stock/consumo, mercados externos, etc.
La campaña 21/22 no es ajena a este análisis, y el ajuste productivo que realizaron varias estimadoras internacionales en soja y maíz para Sudamerica explican gran parte de las subas que vimos en el mercado de Chicago en el último mes (U$D 73 en soja y U$D 10 en maíz). Sin embargo, la otra variable de ajuste vino por el lado de las bases / premios FOB de ambos productos: al recorte productivo se sumo la falta de intención del productor sudamericano.
Para tomar dimensión de esto, las primas de soja FOB Paranagua saltaron de 50 cents/bushel los primeros días de enero a 125 cents/bushel el 4 de febrero (ver gráfico fuente: Agricensus), es decir, U$D 27 por ton.. El país que estaba llamado a inundar el mundo con soja y relajar los stocks globales tuvo un comportamiento totalmente contrario al esperado: generó una mayor firmeza y obligó a que China tuvieses que comprar soja americana para el mes de marzo para cubrir sus necesidades.

¿A que se debe esto?. Hay muchos factores que pueden explicar este fenómeno: expectativa de una devaluación de la moneda local, altos precios de fertilizantes que no incentivan los canjes insumo / producto, brecha cambiaria, inflación a nivel global, etc. Ahora bien, si lo analizamos desde la psicología humana, es razonable que el “farmer” sudamericano tienda a “defender” más de lo común lo que considera un bien escaso y también, a no vender, aquello que no sabe si va a cosechar o no.

Para ponerlo en números, en Brasil, el ritmo de comercialización viene mucho más lento que la campaña pasada en soja y algo retrasado en maíz (ver grafico adjunto fuente Hedge Point): solo 40% de la oleaginosa ha sido vendida (vs 60% a igual fecha de 2021) mientras que en el cereal alcanza un 19%

Yendo a los numeros de Argentina, cuando analizamos el Farmer selling (mirar cuadros adjuntos), podemos “descubrir” varios aspectos importantes para la toma de decisión:]

En soja, el ritmo de comercialización de la presente campaña están en línea con la de la anterior (15% 21/22 vs 16% 22/23), sin embargo, surgen dos datos interesantes: solo 4% del volumen esta con precio y la exportación solo ha comprado 417.200 vs 2.242.000 en 20/21. Esto es clave para el productor de los puertos de Bahia Blanca y Necochea, dado que el programa de exportación de poroto va a estar muy diezmado dada la poca competitividad de la soja argentina, mientras que el crushing en up-river va a estar muy activo: buscar atar las ventas a condiciones sobre el mercado de Rosario.

Cuando analizamos los datos del maíz, aparecen también datos interesantes: la exportación ya pidió el volumen max. autorizado hasta el momento por el gobierno nacional (22.5 MTon),  tiene compradas 14,8 MTon. (casi igual vol que en 2021) de los cuales solo 8.6 MTon. (casi 2 MTon menos que campaña anterior) están con precio. Esto refleja que por el momento la intervención del mercado tiene un efecto nulo y además que si el productor no activa ventas en los próximos meses, podría darse el famoso “shortsqueeze” para quienes tiene mercadería vendida a fijar y sin precio.
En este mercado hay que destacar además que el bajo nivel del Rio Paraná sigue generando mayor volumen de completamientos en los puertos del sur, lo cual, nuevamente pone un premio de mas de U$D 20 / 25 comparado con las cotizaciones sobre puerto de Rosario.

Para concluir debemos marcar que no solo la cosecha de maíz y soja en Sudamerica se va a ubicar por debajo de lo esperado, sino que no está disponible, dado que el productor de la región prefiere retenerla, generando que los paises importadores tenga que volcarse a comprar sobre otros mercados, principalmente USA: mayor ajuste en los balances de este país y mucha fortaleza a los precios del CBOT. Queda mucho por recorrer pero esta claro que la campaña 21/22 esta llamada a mostrar precios históricamente altos para estas dos materias primas y cuyos balances no se recuperaran tan fácilmente en la campaña 22/23.

Primicias Rurales

Fuente: Agroeducación

Artana: «Si no se repite la suerte del 2021, el 2022 va a ser de bajo crecimiento y alta inflación»

Artana: «Si no se repite la suerte del 2021, el 2022 va a ser de bajo crecimiento y alta inflación»

Por Daniel Artana*

Buenos Aires, 7 febrero (PR/22) — El año 2021 cierra con una recuperación importante de la economía del orden del 10%, lo que permitiría volver a los niveles pre-pandemia. El empleo informal, que había caído fuertemente en 2020, muestra un patrón similar. Por su parte, el empleo privado formal no tuvo grandes cambios por las restricciones y sobrecostos al despido (no cayó ni tampoco rebota) y el empleo público habría aumentado alrededor del 10%. La inflación también sería similar a la de 2019.

A pesar de la recuperación de la actividad económica. el déficit fiscal primario sería muy superior al de 2019, aun computando los ingresos extraordinarios (DEGs y aporte solidario). Esto es consecuencia de un aumento en el gasto, en gran medida explicado por los mayores subsidios asociados a la politización de las tarifas de energía y transporte, y por la expansión de otros gastos para tratar de influir en el resultado de la elección de medio término.

En 2022, la economía enfrenta algunas restricciones. En primer lugar, no parece que vaya a repetirse la mejora notable en los términos del intercambio (precios de exportación aumentando al doble de los de importación) que aportó alrededor de US$ 7500 millones al superávit externo y que explicaría aproximadamente la mitad de la recuperación económica.

En segundo lugar, un acuerdo con el FMI seguramente incluirá una mejora fiscal mayor a la prevista por el gobierno. El desborde de gasto del segundo semestre de 2021 debería ser corregido prontamente si se pretende que las finanzas públicas sean sostenibles. Si a eso se suma el requisito de que la tasa de interés real sea positiva, habrá un efecto algo contractivo sobre la actividad económica que difícilmente pueda ser compensado por una reducción en la incertidumbre por la firma del acuerdo. La Argentina tiene una larga historia de incumplimientos con el FMI y el gobierno carece de la convicción y la credibilidad para poder capitalizar una mejora en las cuentas públicas.

En tercer lugar, aparecen límites a la continuidad de la política de financiar parte del déficit con los depositantes por medio de las operaciones de esterilización del BCRA. Las entidades financieras tienen ya una elevada exposición al “riesgo sector público”.

En cuarto lugar, hay mucha inflación reprimida durante 2021. Tarifas de electricidad y gas natural que aumentaron menos del 10% en un año con inflación del 50%, depreciación del tipo de cambio oficial a un tercio de la inflación desde mediados de año y controles de precios cada vez más intrusivos sólo pueden mantenerse por poco tiempo si el BCRA no tiene muchas reservas internacionales, como es el caso hoy. Si se cumple con el anuncio de finales de diciembre de aumentos de tarifas para gran parte de los usuarios para 2022 muy por debajo de la inflación proyectada, no habrá un ahorro fiscal importante y habrá más presión sobre la emisión monetaria; si, en cambio, se opta por aumentos de tarifas mayores habrá un impacto puntual en el nivel de precios que afectará las mediciones del año 2022.

En ese contexto, el gobierno reveló su intención de aumentar impuestos que logró concretar parcialmente luego del rechazo del presupuesto y la aprobación de los cambios en bienes personales y de la firma de un nuevo pacto fiscal con las provincias. En este último caso, se flexibilizan los topes para las alícuotas de ingreso brutos para la mayoría de las actividades. Además, se propone a las provincias que introduzcan un impuesto a la herencia, a pesar de que muchos países desarrollados lo han abandonado, de que lo propio ha hecho la Provincia de Entre Ríos y de la escasa recaudación que genera en la única jurisdicción que lo mantiene, que es la Provincia de Buenos Aires.

En el mismo sentido van las decisiones de acotar la competencia vía precios en los pasajes aéreos de cabotaje. En otras palabras, no hay intento alguno por reducir ineficiencias en el gasto estatal y se sigue aumentando la presión tributaria, antes, durante y después del Covid-19.

Si no se repite la suerte de 2021, el año 2022 será de bajo crecimiento y alta inflación.

*Daniel Artana es economista de FIEL

Primicias Rurales

Fuente: NA

Maquinaria agrícola: contribuyó al mejor desempeño de la industria nacional desde 2014

Maquinaria agrícola: contribuyó al mejor desempeño de la industria nacional desde 2014

Por Alejandro Rollán

Integró el grupo con la producción de equipos viales de fabricación argentina. También aportó más exportaciones y a la generación de empleo durante el último año. 

 

La industria nacional tuvo durante el año pasado un fuerte crecimiento en la producción y las ventas.

A este desenvolvimiento contribuyeron todos los sectores que fabrican bienes de capital en el país, con un gran protagonismo de la maquinaria agrícola. A tal punto que los patentamientos de maquinaria agrícola, vial e industrial de origen nacional fueron los más altos desde al menos de 2014, según el último Informe de Panorama Productivo del Centro de Estudios para la Producción (CEP-XXI) del Ministerio de Desarrollo Productivo.

Sobre un universo de 14 sectores industriales relevados, entre ellos la fabricación de maquinaria agrícola, 12 consumieron más energía en diciembre de 2021 que dos años atrás.

Según el informe, en el último mes del año pasado, sobre 1.061 plantas industriales relevadas, 61,5% consumió más energía que en el mismo período de 2019, el último año considerado “normal” y sin afectación por la pandemia del Covid-19.

Entre ellas se destacaron las que elaboran metales básicos: la producción de acero creció 31,4% frente a 2019 y tuvo el mejor diciembre desde 2014.

Se trata de una actividad que tiene a las fábricas de maquinaria agrícola entre sus principales clientes, lo que se refleja en la mayor demanda siderúrgica.

Más empleo

La reactivación industrial se ha plasmado en el mercado de trabajo.

En el tercer trimestre de 2021, cuando la tasa de desocupación llegó al 8,2% de la población económicamente activa, hubo una creación neta de 250.000 puestos de trabajo contra el segundo trimestre en la medición desestacionalizada, según estimaciones del CEP-XXI en base al INDEC.

“Todas las categorías de empleo aumentaron en valores absolutos frente a 2020”, sostiene el informe.

No obstante, la recuperación fue más marcada en los empleos más precarios (informales y no asalariados), que habían sido los más golpeados en 2020 por la pandemia.

Balanza comercial

El sector externo también finalizó el 2021 con una fuerte recuperación.

Las ventas de productos argentinos al exterior alcanzaron los U$S 77.934 millones, la cifra más alta desde 2012.

Si bien la mejora de los precios de exportación fue importante en esa recuperación, también la suba de las cantidades exportadas marcaron diferencia.

En efecto, 2021 fue el segundo año de mayores cantidades exportadas de la última década, sólo por detrás de 2019, en donde las condiciones climáticas habían sido más favorables para el agro, destaca el informe.

Las importaciones también terminaron con una clara recuperación, a pesar de las restricciones y a la disponibilidad de determinados insumos (por ejemplo los semiconductores y microchips). Los volúmenes importados fueron 16,2% superiores a los de 2019.

Lo que sí cambió fue el perfil de las importaciones, con un mayor protagonismo relativo de insumos y maquinarias para la industria y una menor relevancia de bienes finales.

Las importaciones directamente ligadas a la producción (bienes intermedios, bienes de capital y sus partes y piezas) representaron el 79,2% del total en 2021, la cifra más alta desde 1999.

En valores absolutos, las cantidades importadas de insumos intermedios fueron las mayores de la historia.

El año pasado también finalizó con un dinamismo en las inversiones. En diciembre, las importaciones de bienes de capital -un indicador de la inversión- crecieron 95,3% frente al mismo mes de 2019 y 45,5% en comparación con 2020.

Primicias Rurales

Fuente: Maquinac

Ecocidio: ¿estamos ante el quinto delito de lesa humanidad?

Ecocidio: ¿estamos ante el quinto delito de lesa humanidad?

Buenos Aires, 1 de febrero (PR/22).- La crisis climática apremia, pero el planeta es uno y las acciones que dañan la provisión de recursos naturales parecen no tener fin. Pesca industrial, vertidos de petróleo, contaminación por plástico, deforestación, destrucción del suelo y tantas otras. Todo deriva en un mismo resultado: la degradación del ambiente y los recursos que sustentan la vida en el planeta.
Stop Ecocidio International (SEI) es la organización no gubernamental que trabaja por
penalizar la figura de “Ecocidio” a nivel mundial y propone una nueva mirada jurídica que
busca poner un freno a la “muerte del propio hogar”.
A día de hoy, abogados y especialistas en derecho internacional trabajan para proveer una
definición más acertada y concreta de Ecocidio. Desde su creación, la SEI trabaja para
incorporar esta figura legal al Estatuto de Roma, siendo este el actual instrumento constitutivo
de la Corte Penal Internacional (CPI). ¿Podría configurarse este término como el quinto de
delito de lesa humanidad? La respuesta es afirmativa para diversos movimientos
ambientalistas, y es su lucha desde la década de los 70.
El primer antecedente del término Ecocidio data desde la Guerra de Vietnam, donde la
utilización de defoliantes, como el agente naranja, causaron daños irreversibles en bosques
tropicales y cuerpos de agua del país asiático. En ese entonces, el uso de armas químicas
por parte del ejército estadounidense fue devastador para la ciudadanía que allí residía,
inclusive para los soldados norteamericanos que dispersaron estas sustancias. Por todo lo
anterior, se crearon tribunales internacionales para condenar y analizar los impactos
ambientales de estos agentes biológicos y químicos sobre los ecosistemas.
Desde la SEI sostienen que un cambio inmediato en los estatutos internacionales es urgente
si se prevé detener el avance de la crisis climática. En 2019, la cuestión comenzó a cobrar
fuerza efectiva en las discusiones internacionales y dejó de verse como una lucha utópica.
Ha ganado aún más terreno luego de que los pequeños Estados insulares de Vanuatu y de
las Maldivas pidieran que se «considerara seriamente» en la Asamblea Anual de los Estados
Parte de la Corte Penal Internacional. En lo que respecta a Europa, incluso el presidente de
Francia, Emmanuel Macron, se comprometió “a defender la idea de forma activa”.
Como todo tópico controversial, existen voces que se oponen a la consolidación de esta figura
legal como un delito de lesa humanidad. Uno de sus argumentos más fuertes responde a la
idea de que condenar actividades de extracción de recursos, implicaría condenar a la especie
humana en su conjunto. Ahondando en esta idea, pareciera casi absurdo pensar que toda la
humanidad debería responsabilizarse por acciones que algunos individuos o grupos
económicos realizan. De allí que la columna vertebral del argumento sea poco firme al
momento de debatir.
Si bien no hemos de negar que la modificación del Estatuto de Roma y la incorporación de
Ecocidio como delito de lesa humanidad sería más que determinante, también se debe
considerar que la definición de ecocidio será fundamental para evitar ambivalencias y
subjetividades al momento de interpretar la ley. Concretamente, en junio del 2021, los
abogados internacionales Philippe Sands QC y Dior Fall Sow, junto a un equipo de otros
profesionales presentaron la definición jurídica oficial del término. La misma reza que se
contempla como Ecocidio a “cualquier acto ilícito o arbitrario perpetrado a sabiendas de que
existe una probabilidad sustancial de que cause daños graves que sean extensos o duraderos
al medio ambiente”.
Tras meses de trabajo y décadas de lucha, se logró definir un delito. Ahora vale preguntarnos:
¿será suficiente tipificar al Ecocidio como un delito de lesa humanidad?. En un marco de crisis
climática global urgente, la única respuesta válida órbita alrededor de la palabra “depende”.
Porque todo dependerá de cuán dispuesta esté la comunidad internacional a penalizar a los
responsables de los Ecocidios. Y aún más allá, podríamos cuestionarnos si efectivamente la
tipificación del “Ecocidio” reducirá en un futuro las posibilidades de que se siga atentando
contra la supervivencia de los ecosistemas.
Como aquí se expuso, las dudas son muchas. Pero desde un punto de vista mucho más
optimista, podría decirse que nada es suficiente a menos que se trabaje para aunar esfuerzos
en un mundo complejo, cambiante y en constante crisis. En este contexto, probablemente la
tipificación de este delito no sea una solución definitiva. Sin embargo, ante la urgencia de los
problemas climáticos, es imperante incorporar herramientas penales que permitan condenar
las actividades económicas y acciones que atentan contra la supervivencia de ecosistemas
enteros. Porque en última instancia lo que se intenta demostrar es que el daño de un sólo
ecosistema culmina en un daño a la humanidad.
Por Lourdes Annabel López, miembro del Área de Prensa en el Centro de Desarrollo
Sustentable GEO de la Facultad de Ciencias Económicas

Los embarques argentinos de granos, subproductos y aceites crecieron un 12% en 2021, muy cerca del récord de 2019

Los embarques argentinos de granos, subproductos y aceites crecieron un 12% en 2021, muy cerca del récord de 2019

Por Tomás Rodríguez Zurro y Emilce Terré, economistas de la BCR

Rosario, 21 enero (PR/22) — Luego de un 2020 en el que la irrupción de la pandemia causó un fuerte impacto en la economía global, afectando el consumo y el flujo del comercio internacional, el 2021 trajo una paulatina normalización de la actividad económica en todo el mundo. Esto decantó en un fuerte aumento en la demanda de alimentos que apuntaló el precio de los commodities agrícolas, así como también un aumento en los volúmenes comercializados a nivel global.

En este contexto, en el 2021 se embarcaron desde puertos argentinos un total de 100,5 millones de toneladas (Mt) de granos, subproductos (harinas, pellets y expellers) y aceites vegetales, un 12% más que en el año 2020 y sólo 53.400 toneladas por debajo del récord histórico del 2019. Además, el volumen total despachado entre las tres categorías fue un 15% superior al promedio de los últimos cinco años.

Desagregando por tipo de productos, el total de granos despachados totalizó 60,7 Mt, exhibiendo un crecimiento de 7% respecto del año previo y marcando un récord histórico para esta categoría. En cuanto a los subproductos, los embarques del último año sumaron 32,3 Mt. Si bien esto representa un fuerte incremento con relación a lo ocurrido en el año previo (↑ 19%), este volumen se ubica por debajo de lo acontecido en varios de los años anteriores: en 2016, 2017 y 2019 los despachos de subproductos superaron la marca alcanzada el año que finalizó. Este no es el caso de lo acontecido con los aceites vegetales, que en el 2021 crecieron 24% respecto del 2020 y totalizaron 7,5 Mt, también alcanzando la mejor marca de la historia.

Este desempeño dispar entre las tres categorías se explica por diversos factores. El récord histórico de embarques de granos encuentra sus razones en la producción obtenida de los distintos cultivos en el último ciclo. El principal grano cosechado en el país en el 2021 fue el maíz (que se embarca mayormente sin procesar), mientras que la soja (que usualmente se envía al exterior procesada, es decir, como harina/pellets y como aceite) se vio más afectada por la falta de lluvias del verano pasado y su producción cayó 10% vs. el ciclo anterior. Es por ello que los embarques de granos alcanzaron el mencionado récord, mientras que los embarques de subproductos quedaron por debajo de registros de años anteriores.

Pero esto no revela por qué los embarques de aceites vegetales también registraron su mejor marca histórica. Esto ocurrió porque, por un lado, la demanda global de aceites vegetales creció más que la demanda de harinas y subproductos, lo cual se ve reflejado en el fenomenal aumento de precios que registraron los aceites, creciendo en una proporción considerablemente mayor a los precios de las harinas. Por el otro lado, la absorción interna de aceite de soja para la producción de biodiesel se mantuvo por debajo de años anteriores (para ser precisos tomando el período ene.-nov., creció respecto de 2020 – año en que la pandemia desplomó la demanda de combustibles – pero es la segunda más baja menor desde 2009), decantando en un mayor volumen de aceite disponible para despachar al exterior.

A continuación, se presenta una síntesis de la performance exportadora de granos, subproductos y aceites el año pasado, con foco en el origen y el destino de estos productos.

1.    Puertos de origen de los embarques

Considerando los embarques tanto de granos como de subproductos y aceites, las terminales del Gran Rosario despacharon 75,3 Mt, un 75% del total, conservando su papel de liderazgo en exportaciones agroalimentarias. La zona de los puertos de San Lorenzo (que incluye las localidades de Timbúes, Puerto Gral. San Martin y San Lorenzo) representó el 57,5% de los embarques nacionales, mientras que la zona de Rosario (que comprende a las terminales de Arroyo Seco, Gral. Lagos, Alvear, Rosario y Villa Gdor. Gálvez) dio cuenta del 17,5% del total de despachos desde puertos del país.

A pesar de que los puertos del Up-River mantienen su hegemonía, una cuestión que resulta fundamental remarcar es que la participación de éstos sobre el total de embarques argentinos fue la más baja desde, al menos, el 2018. En los últimos tres años, la participación del Gran Rosario alcanzó un promedio del 79%, y nunca se ubicó por debajo del 78% de total de despachos. Sin embargo, cedió participación en el último año.

Esto se debe a que, por un lado, la producción de cultivos de invierno en la zona de influencia de los puertos de la región se vio afectada por la falta de lluvia en la campaña previa, por lo que hubo una menor disponibilidad de granos en la zona. Este desliz productivo no ocurrió en el sur de la provincia de Buenos Aires, sino más bien todo lo contrario. Durante el ciclo anterior el trigo y la cebada en esa región no solo no sufrieron la falta de lluvias, sino que se vieron beneficiados por aportes hídricos considerables en momentos clave, lo cual dejó como saldo un fuerte aumento en la producción. Es por ello que gran parte de los cereales de invierno enviados al exterior desde las terminales portuarias argentinas lo hicieron desde los puertos del sur bonaerense, en detrimento de las terminales del Gran Rosario.

Pero existe otro factor que ha afectado severamente la logística del embarque de granos y derivados en los puertos del Up-River y es la histórica bajante del Rio Paraná. El 2021 fue el segundo año consecutivo en el cual los niveles del agua cayeron considerablemente respecto de lo considerado normal e incluso superaron los récords de varios años que se habían registrado durante el 2020. El nivel del agua a la altura de Rosario llegó a marcar -0,33 m a mediados de agosto. Cabe recordar que la altura mínima que debe tener el río para que la empresa encargada del dragado deba asegurar los 36 pies de calado es 2,47 m, muy por encima de los niveles registrados en el último año.

Además, el momento más álgido de la bajante fue precisamente en agosto, cuando el nivel del agua promedio se ubicó en terreno negativo, coincidiendo con el grueso de la cosecha del maíz tardío. Debido a esto, gran parte de los granos que en condiciones normales hubieran sido embarcados en las terminales del Gran Rosario por su cercanía geográfica, debieron encontrar su vía de salida al exterior en los puertos del sur bonaerense.

De esta manera, la contracara de la caída en la participación relativa de los puertos del Up-River es una suba en la preponderancia de las terminales marítimas de la provincia de Buenos Aires. En el 2021, los puertos de Bahía Blanca despacharon 14,1 Mt de granos y derivados (↑46% vs. 2020), lo cual representó el 14% del total de embarques nacionales. Las terminales de Necochea/Quequén, en tanto, embarcaron 6,8 Mt de estos productos (↑15% vs. 2020) y dando cuenta del 7% del total de despachos. En ambos casos se trata del mayor volumen despachado en la historia para estas zonas portuarias. Asimismo, la participación conjunta de ambos polos portuarios trepó al 21%, siendo que en los últimos tres años promedió 17% y nunca superó el 18%.

Desagregando por tipo de producto, se aprecia que, de 60,2Mt de granos embarcados, los puertos del Up-River representaron el 61% (vs. 68% en 2020 y en promedio en los últimos 3 años), mientras que los puertos marítimos del sur bonaerense embarcaron 19,5 Mt, es decir, el 32% del total (vs. 26% en 2020 y 27% en promedio en los últimos 3 años). En cuanto a los despachos de subproductos, las terminales del Gran Rosario alcanzaron una participación relativa del 96% sobre el total con 31 Mt despachadas y manteniendo así la participación del año previo y del promedio de los últimos 3 años. Los embarques de aceites, en tanto, el 94% se originó en las terminales del polo agroexportador de la ciudad, apenas un punto porcentual por debajo del 2020 y del promedio del último trienio.

De esta manera se puede apreciar que la merma en la participación del Gran Rosario sobre el total de embarques desde puertos argentinos se explica prácticamente por la caída en la participación en los embarques de granos.

Por último, en cuanto a cuáles son las terminales que mayor volumen embarcaron en el último año, se destaca el puerto de Cargill de Punta Alvear con 3,85 Mt de granos despachados, desplazando a la terminal de ADM de Arroyo Seco como el principal origen de los granos argentinos. En cuanto a los subproductos, la Terminal 6 de Puerto General San Martin despachó la suma de 6,78 Mt durante el último año, desplazando a Renova, que ostentaba la mejor marca del 2020. No obstante, es esta planta de la localidad santafecina de Timbúes la que mayor volumen de aceites embarcó en el último año, con un total de 1,47 Mt y manteniendo el primer puesto del podio obtenido en el año anterior. Finalmente, Terminal 6 es el puerto que mayor volumen despachó en el 2021 sumando todos los productos, con un total de 10,9 Mt, erigiéndose nuevamente al igual que en 2020 como la terminal que mayor volumen de granos, aceites y subproductos embarcó en 2021.

2.    Destinos de los embarques

Realizando un primer análisis, se observa que el 51% de los embarques tuvieron como destino el continente asiático. Luego, en orden decreciente en importancia le siguieron América (20%), África (15%), Europa (13%), y, por último, Oceanía (1%). Desagregando entre regiones subcontinentales, el mayor volumen de granos, subproductos y aceites se despacharon hacia el sudeste asiático (22% del total, equivalente a 22,3 Mt), mientras que Sudamérica ocupó el segundo lugar (18%, 18,5 Mt) y el lejano oriente el tercer puesto (16%, 16,2 Mt).

Desagregando los datos por país, se observa que Vietnam se erigió como el mayor receptor de todos los envíos que se realizaron desde puertos argentinos durante el 2021, manteniendo el primer puesto obtenido durante el año previo. En total, se despacharon 10,5 Mt de productos hasta las costas vietnamitas, un 14% menos que en el año anterior. El segundo de principal destino de los embarques fue China. El gigante asiático recibió 8,5 Mt de granos, subproductos y aceites durante el último año, un 25% más que en el año anterior. El podio lo cierra nuestro país vecino Brasil, con 7,5 Mt, un 34% más que en 2020.

Observando hacia el interior de cada una de las categorías, China se ubicó como el principal receptor de granos argentinos, con 8,1 Mt (↑28%) y desplazó a Vietnam al 2do puesto, que ostentó esta marca durante el año previo. Brasil, en tanto, se mantuvo en la tercera posición con 7,1 Mt (↑39%).

En cuanto a los despachos de subproductos, de vuelta el país ubicado en la península indochina se posicionó como su principal destino, con un total de 3,3 Mt (↓19%). En segundo lugar, aparece un nuevo nombre: Indonesia. El país insular recibió en el 2021 un total 3,1 Mt de subproductos agrícolas, un 54% más que en 2020. El tercer lugar del podio lo cierra España con 2,1 Mt, exhibiendo un incremento interanual de 51%.

Por último, en cuanto a los aceites vegetales, India fue indiscutidamente el principal receptor de los despachos argentinos con 3,3 Mt (↑6% interanual) y mantuvo así su hegemonía exhibida en los últimos años. En segundo lugar, se ubicó Bangladesh, que recibió 670.000 t (↑20%) y en tercero Irán con 642.000 t (↑430%).

Algo que vale la pena mencionar es que, de las tres categorías, los aceites vegetales son los que mayor concentración de los destinos presentan. Entre los tres principales destinos acapararon el 37% de los despachos de granos y el 26% de los embarques de subproductos durante el 2021.  Sin embargo, en el caso de los aceites esta proporción subió hasta el 61%. Esto se explica íntegramente por la preponderancia de India como destino de nuestros aceites (44% del total embarcado), situación que no se replica en las demás categorías (China representa el 13% de los granos y Vietnam el 10% de los subproductos).

Primicias Rurales
Fuente: Bolsa de Comercio de Rosario (BCR)
Días claves para tomar decisiones comerciales

Días claves para tomar decisiones comerciales

Por Marianela De Emilio | INTA Las Rosas y Docente AgroEducación

Buenos Aires, 17 enero (PR/22) — El efecto de “La Niña” se manifestó en el momento clave para soja y maíz, cuyos complejos exportadores (granos, aceite, harina, etc.) son responsables de casi 40% del ingreso de divisas al país, veamos qué pasa con los mercados, para tomar decisiones.

Entre diciembre 2021 y primera quincena de enero 2022, las lluvias promedio en gran parte del área productiva del país, no han acumulado más de 60 milímetros, mientras las temperaturas máximas han permanecido muchos días por encima de 38-40°C, agravado en algunos casos por fuertes vientos. Este fin de semana, muchas zonas recibieron lluvias, en mayor o menor medida, hubo alivio con agua y leve baja de temperaturas. Para esta semana se espera que el centro y noroeste del país sigan recibiendo lluvias, de entre 20-40 milímetros en promedio, y más el fin de semana que viene. La espera tiene fecha, y de lo que ocurra dependerá no solo el resultado de cada lote, sino parte del resultado económico argentino 2022.

La semana pasada el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) publicó su clásico informe mensual de Oferta y Demanda de granos. Vale la pena destacar, que se esperan para la presente 21/22 casi 373 millones de toneladas de soja en el mundo, apenas 6 millones más que la producción mundial 20/21. El consumo mundial de soja se proyecta en casi 375 millones de toneladas, 12 millones más que el año pasado. Finalmente, el tan comentado stock final mundial 21/22 de soja, se espera que sea de 95 millones de toneladas, casi 5 millones de toneladas por debajo del stock final mundial 20/21, que ya era muy ajustado. Con estos números, la relación stock/consumo mundial de soja 21/22 se redujo de 27% a 25,4%, lo que deja una tensión alcista muy firme en soja. En maíz el USDA de enero 2022 proyectó una producción mundial 21/22 de casi 1.207 millones de toneladas, 84 millones de toneladas más que la producción del año pasado. El consumo mundial 21/22 lo proyectan en 1.196 millones de toneladas, 59 millones más que el año pasado. Por último, el stock final mundial 21/22 se proyecta en 303 millones de toneladas, 11 millones más que el stock final mundial 20/21. La relación stock/consumo mundial de maíz permanece en torno a 25%, valor que pone tensión al mercado, pero no tanta como se esperaba, al poder suplir las necesidades de maíz del mundo de otros destinos, como Rusia y Ucrania.

El clima muy complicado, y las proyecciones marcan demanda sostenida y una oferta no firme. Los precios respondieron con subas desde mediados de diciembre 21 hasta mediados de enero 2022. En los gráficos de precios futuros MATBA-ROFEX, se observa el movimiento de subas de más de U$S 46/TN para la soja mayo, que alcanzó un máximo de U$S 368/TN, cuando el máximo del año pasado fue U$S 380/TN. Los futuros de maíz tuvieron subas de U$S 23/TN para el maíz abril, que alcanzó un máximo de U$S 223/TN, cuando el maíz 2021 cotizó a máximos de U$S 243/TN, y de U$S 16,5/TN para el maíz julio, alcanzando un pico de U$S 200/TN, casi mismo nivel de máximos alcanzados el año pasado para esta posición.

Esto debe activar nuestros sensores para tomar decisiones comerciales. Hoy, las lluvias del fin de semana, sumado a las pronosticadas para el resto de esta semana, generan leves bajas, y son jornadas para pensar en cubrir pisos de precio, a través de futuros sin compromiso de entrega, u opciones PUT, cuyo precio de primas con estas bajas subieron levemente, pero aún pueden aprovecharse opciones que aseguren pisos de precios más altos, respecto a lo que hubiésemos operado hace un mes atrás. Veamos dos ejemplos concretos de esto, en soja y maíz.

  • SOJA: El PUT mayo 2022 que asegura un piso de precio de venta en U$S 352/TN, vale U$S 10,2/TN de prima, mismo valor de prima que valía el PUT que aseguraba un piso de U$S 316/TN hace un mes atrás. Esto nos muestra la importancia de tomar opciones PUT durante subas y momentos de alta volatilidad.
  • MAÍZ: El PUT abril 2022 que asegura U$S 208/TN, vale U$S 4,2/TN de prima, casi mismo costo de prima que hace un mes nos permitía cubrir un piso de maíz abril a U$S 188/TN.

Por último, mirar las opciones CALL, para, en momentos de bajas, comprar seguros de compra, que nos permitan recuperar precio perdido de alguna venta futura realizada antes de las subas, a precios inferiores.

Conclusiones: El clima sigue poniendo a las proyecciones productivas de Sudamérica en la cuerda floja, todo muestra un sostén alcista, no obstante, son días claves y dejar todo librado a más subas, cuando ya se están alcanzando precios techo, respecto a los máximos del año pasado, parece arriesgado. Considerar riesgos productivos y precios promedio necesarios para lograr rentabilidad, aprovechando herramientas de cobertura sin compromiso de entrega, como las opciones de futuros PUT y CALL.

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Fuente: Agroeducación