Por Carlos Iannizzotto* .
Buenos Aires, 3 noviembre (Especial para NA) — La entidad cooperativista CONINAGRO presentó en el Senado de la Nación una propuesta para potenciar las economías regionales con un objetivo: apuntalar al sector agropecuario como motor de desarrollo del país. De esta forma, se dará solución a problemas sociales, territoriales y económicos que arrastra la Nación hace décadas.
Entendemos a las economías regionales como el conjunto de relaciones sociales, culturales y económicas, las cuales conforman un sector que obtiene ingresos de la producción intensiva y el aprovechamiento de un único producto de materia prima agropecuaria.
De acuerdo con sus condiciones específicas, han avanzado con distintos resultados en la producción, industrialización local de sus productos derivados o en la comercialización de los mismos.
Asimismo, estamos convencidos que el sector potencia su desempeño cuando se aplican modelos asociativos de integración horizontal o vertical de la Economía Social, que solidariamente se conforman y complementan en cadenas de valor.
Valoramos a las PyMES y con especial atención a las vinculadas a los núcleos productivos, por tal motivo proponemos la creación de las ERPyMES (PyMES de las Economías Regionales) como aquéllas que conforman la cadena de valor a partir de una determinada producción, para establecer políticas de precisión y diferenciadas para el desarrollo de cada sector.
En CONINAGRO representamos cooperativas de casi todas las economías regionales y proponemos ampliarlas, de acuerdo a su definición, a todas aquéllas que tanto los senadores, como la autoridad de aplicación vean necesaria estimular.
Uno de los principales ejes que aborda la propuesta es el financiamiento; tema muy en boga por estos días debido a la compleja situación que están viviendo las empresas.
Las medidas aplicadas por el Banco Central para contener la corrida cambiaria incluyen la fuerte suba de la tasa de interés de política que hoy se ubica por encima del 70% nominal anual.
Esto repercute directamente en las líneas que utilizan las empresas para financiar el capital de trabajo de corto plazo. El impacto se resiente principalmente en las Pymes, que carecen de espalda para asumir el costo financiero a través de la liquidación de stocks o de acceder a financiamiento en moneda extranjera, por ejemplo.
Desde el Ministerio de Producción son conscientes de esta situación y, en sintonía con el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), están tomando cartas en el asunto vía el Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (FONDEP).
Se realizaron convenios con bancos para la bonificación de tasa de interés en operaciones de descuento de cheques a 90 días, asignando un monto superior a los $27.000 millones a estas líneas de crédito.
A esto se suma la creación de un fondo para que las compañías de seguros puedan invertir $6.000 millones a través del FONDEP en instrumentos asociados al financiamiento a través del mercado de capitales.
Desde CONINAGRO celebramos la iniciativa, aunque consideramos que parte del capital del FONDEP debería ser utilizado según lo establecido en su objeto: “facilitar el acceso al financiamiento para proyectos que promuevan (…) la generación de mayor valor agregado en las economías regionales”.
Asimismo, el desarrollo de Cooperativas de Crédito que capten fondos del propio núcleo productivo, complementadas con el aval de Sociedades de Garantías Recíprocas (SGRs), ayudarían a facilitar financiamiento a todas aquellas Pymes que estén relacionadas directa o indirectamente con las distintas actividades que engloban a las economías regionales.
A su vez, las Pymes podrían acceder a líneas de crédito bajo condiciones más favorables que las vigentes.
Por otra parte, en el proyecto invitamos a la autoridad monetaria a que forme parte del desarrollo de este tipo de actividades productivas, promoviendo dos medidas en particular.
La primera es la implementación de encajes diferenciales, es decir diferenciar los niveles exigidos de efectivo mínimo disponibles en las entidades bancarias, reduciéndolos en aquellos bancos comerciales que destinan una mayor participación de sus préstamos hacia actividades productivas respecto de otro tipo de actividades.
En segundo lugar, planteamos que se ofrezcan redescuentos a una tasa baja para aquellos bancos que tengan previsto utilizar recursos para promover las economías regionales.
Incluso, se podría hacer una discriminación por tamaño de empresa, zona geográfica y hasta definir una tasa activa máxima para los préstamos a otorgar.
Desde la entidad creemos que es fundamental impulsar el crédito hacia las distintas actividades productivas que contemplan las economías regionales. Esto además contribuye al ingreso de divisas para aliviar la presión sobre el tipo de cambio, en el caso de los productos exportables, y a aumentar la oferta interna de productos, moderando el impacto sobre el nivel de precios.
Históricamente la economía argentina es muy volátil, está fuertemente influida por los movimientos de los precios de las materias primas, la liquidez internacional, el crecimiento de nuestros principales socios comerciales, las condiciones climáticas, entre otros factores.
Es por ello, que desde CONINAGRO consideramos sumamente necesario crear un Fondo Anticíclico de las Economías Regionales (FONDAER), con el objeto de disponer un resorte institucional que auxilie rápidamente en situaciones de emergencias climáticas, de compensaciones logísticas, fitosanitarias y/o financieras.
El valor estratégico de la legislación es cuando la misma diseña, modela y configura el desarrollo de una Nación, esa es la invitación, ese es el sueño que inspira nuestros esfuerzos y aportes. Y también creemos que ese camino se llama Economías Regionales.

(*) Presidente de CONINAGRO

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