Por María Elena Manna*.
Buenos Aires, 2 febrero (Especial para NA) — Los laboratorios del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) tienen bien ganado prestigio tanto a nivel nacional como internacional.
Implementan y mantienen el sistema de gestión de la calidad según normas internacionales que establecen los requisitos que deben cumplir los laboratorios de ensayo y calibración.
El cumplimiento de estas normas es acreditado por el Organismo Argentino de Acreditación (OAA).
Argentina es uno de los 169 países que adhieren a la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF) que responde a las políticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En dicha Convención, se acuerdan protocolos para ejecutar medidas fitosanitarias aplicadas en el comercio a fin de resguardar a los países del ingreso de plagas a través del comercio internacional.
La Coordinación de Plagas y Enfermedades de las Plantas del Laboratorio Vegetal del Senasa cuenta con dos ensayos de diagnóstico acreditados por la OAA: Cancrosis y Mancha Negra de los Cítricos.
Además de normativas nacionales, regionales e internacionales, el área sigue los lineamientos de la Norma Internacional para Medidas Fitosanitarias (NIMF) Nº 27 para la elaboración de protocolos de diagnóstico de plagas. Criterios que son armonizados con el Comité de Sanidad Vegetal (COSAVE), del Cono Sur de Latinoamérica.
En general, se analizan muestras oficiales, tomadas por los inspectores del Senasa en los diferentes puntos de ingreso y egreso del país. Pueden ser muestras de distinto tipo: productos de importación, de predios cuarentenarios, de exportación, de monitoreos y también de particulares.
Los análisis solicitados comprenden el diagnóstico de plagas (insectos, ácaros, hongos, bacterias, nematodos y virus). También se interviene en la evaluación y efectividad de bioinsumos en proceso de inscripción en el Registro Senasa. Los analistas especializados según el grupo de plagas y bioinsumos utilizan métodos de ensayos apropiados y debidamente validados.
Anualmente se realizan aproximadamente veinte mil determinaciones analíticas con resultados que respaldan las medidas a tomar por el Senasa.
Por su parte, la Dirección Nacional de Protección Vegetal (DNPV) del Organismo diseña y ejecuta los distintos programas de control, prevención y erradicación de plagas.
El Laboratorio Vegetal complementa estas tareas, con el análisis y diagnóstico sobre la presencia, ausencia y/o distribución de una plaga. Además participa en la elaboración de los protocolos de los monitoreos y capacita a los inspectores del Organismo, entre otras acciones.
Se responde al compromiso de ampliación de la Red de Laboratorios del Senasa promoviendo talleres donde se difunden las normativas relacionadas a los requisitos de inscripción de los laboratorios regionales así como capacitaciones sobre determinaciones de plagas según la necesidad expresada por dichos laboratorios.
Durante el último tiempo, hubo avances muy importantes en la variedad y complejidad de las tareas del Laboratorio Vegetal del Senasa debido a las crecientes exigencias de los mercados a los que exporta la Argentina.
Se debe responder a demandas de mayor transparencia entre los organismos fitosanitarios y demostrar que los protocolos que se utilizan o los tratamientos aplicados no afecten negativamente al ambiente ni a la biodiversidad.
La Argentina, y el Senasa en particular, realizan todo este esfuerzo para mantener el estatus fitosanitario resguardando la salud ambiental y pública, en aras de un crecimiento continuo en materia de sanidad vegetal, ciencia y tecnología.
(*) Ingeniera agrónoma, Coordinación de Plagas, Enfermedades de las Plantas y Bioinsumos del Senasa

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