Por Matilde Fierro.
Buenos Aires, 3 marzo (Especial de NA) — La luz de alarma en el sector que produce peras y manzanas en el Alto
Valle de Río Negro se encendió en los últimos días ya que el Gobierno brasileño decidió suspender por tiempo
indeterminado las puertas a esas frutas, debido a que está presente la plaga Carpocapsa.
Las autoridades del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y de la Secretaría de
Agroindustria de la Nación –junto con los gobiernos provinciales de Neuquén, Río Negro y Mendoza, y el sector
privado– se encuentran realizando intensas gestiones para revertir la suspensión.
Brasil aduce que detectaron larvas de Carpocapsa (Cydia pomonella) en cargamentos inspeccionados en la frontera
entre ambos países.
El presidente del Senasa, Ricardo Negri, tuvo el pasado jueves una conversación con su par de Brasil, de la
Secretaría de Defensa Agropecuaria (SDA/MAPA), José Guilherme Tollstadius Leal, en la que hablaron de temas
técnicos relacionados con la suspensión de exportaciones de peras y manzanas argentinas.
Según pudo saber NA de una fuente del Senasa, luego de eso, desde Brasil enviaron las demandas que tienen
para el levantamiento de la suspensión.
El director nacional de Protección Vegetal del Senasa, Diego Quiroga, y su equipo técnico, analizaron esas
peticiones y realizaron el pasado viernes una teleconferencia para avanzar con las respuestas de parte de Argentina.
Las conversaciones, que se iniciaron por medio del secretario de Agroindustria de la Nación, Luis Etchevehere y la
ministra de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento (MAPA) de Brasil, Tereza Cristina, continuarán en Brasil con la
presencia del presidente del Senasa, Ricardo Negri.
Técnicos de la Dirección Nacional de Protección Vegetal del Senasa, a cargo de Quiroga, trabajaron en un plan que
el propio Negri presentará ante las autoridades del MAPA de Brasil.
“Esta suspensión es una luz amarilla que nos pone Brasil.
Estamos trabajando desde cada uno de los sectores involucrados, públicos y privados, para lograr que se levante lo
antes posible”, explicó el vicepresidente del Senasa, Guillermo Rossi.
A su vez, se trabajaba con productores y exportadores a cuyos cargamentos enviados con destino al vecino país se
le detectaron larvas vivas de la plaga, con medidas como la suspensión de establecimientos, unidades productivas,
galpones de empaque y exportadores.
Esto además implica una investigación documental y técnica para encontrar las razones de la presencia de la plaga,
según lo acordado en el plan de trabajo entre Brasil y Argentina en 2015.
“Nosotros venimos aplicando todas las medidas contempladas en el plan de trabajo acordado con Brasil en 2015 y
que hasta ahora había dado muy buenos resultados, pero este año se han dado intercepciones. Por ello extremamos
los controles, un trabajo que estamos realizando junto con las provincias y el sector privado, con los que nos reunimos
la semana pasada”, explicó Rossi.
Este plan de trabajo implica la ejecución de un Sistema de Mitigación de Riesgo con una serie de medidas técnicas
y sanitarias que tienden a minimizar o reducir el peligro de transmisión de la Carpocapsa, dado que Brasil es libre de
la plaga.
Información del Senasa refrendada por el Indec indica que en 2018 se exportaron a Brasil 126.090 toneladas de las
frutas: 20.496 toneladas de manzanas y 106 mil toneladas de peras.
Representan 108 millones de dólares, 19,4 millones de U$S de manzanas y 89 millones de U$S de peras.
Una de las cosas que remarcó el Senasa es que se trata de “suspensión del mercado” y no “cierre”, como en 2015,
cuando hubo 27 intercepciones contra las 9 de ahora (oportunidades en que camiones con peras y manzanas
volvieron entre enero y febrero de la frontera con Brasil).
Por eso es una luz amarilla de alerta: antes de que se produzca el cierre se está en diálogo permanente con el
vecino país para levantar la suspensión.
Se habla de una plaga que se sabe que existe, que no se niega ni desconoce, no es algo nuevo y justamente por
eso se trabaja en un Sistema de Mitigación de Riesgo, los productores tienen la responsabilidad primaria en la
cadena y así le siguen todos los demás.
Las fuentes consultadas por NA opinan que en la suspensión se mezcla la política de protección del mercado
interno que implementó el nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sobre la economía de su país.
“Se suman varios elementos en una misma situación, la Carpocapsa y también la decisión política de Brasil de
proteger a sus propios productores lo que está dentro de cierta lógica”, señaló en declaraciones periodísticas
Sebastián Hernández, presidente de la Federación de Productores de fruta de Río Negro y Neuquén.
​ La industria frutícola patagónica atraviesa conflictos económicos que afectan a la producción desde hace tres
lustros y ahora la crisis se profundiza.

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