Buenos Aires, 7 mayo (PR/19) — China deberá acelerar la tasa de expansión de sus importaciones de proteínas animales este año, como consecuencia de una epidemia, aparentemente muy severa, que impactaría sobre la capacidad productiva de su principal industria cárnica, cerdo, lo que favorece a la Argentina.
Luego de las últimas y exitosas negociaciones, Argentina ha logrado vía libre para comercializar sus tres carnes líderes en el gigante asiático (bovina, porcina y aviar), lo que representa una enorme oportunidad por el tamaño del cliente (el más grande del mundo) y también por la situación coyuntural que éste atraviesa, con demanda insatisfecha y precios internos en alza.
“La mala noticia es que, a consecuencia de esta epidemia y de otros factores (caso de la guerra comercial con USA), la demanda china de soja se ha desacelerado en forma notable, presionando los precios internacionales claramente a la baja”, indicó en un informe el especialista en agro del instituto Ieral de la Fundación Mediterránea, Juan Manuel Garzón.
En estos meses donde Argentina está cosechando la soja del ciclo 2018-2019, claves en materia de exportación y comercialización por parte de los productores, la oleaginosa cotiza en los mercados globales casi un 20% por debajo de lo que se pagara por ella, en promedio, durante los últimos 3 años.
Hace pocos días el gobierno argentino anunció la apertura del mercado chino para la carne de cerdo, junto con la habilitación de unos 25 nuevos frigoríficos exportadores de las tres carnes líderes que produce el país (bovina, aviar y porcina).
La carne de pollo y la de vaca ponderan hoy relativamente poco, con un aporte de 8 y 5 kilos promedio por habitante año, aunque también vienen en expansión.
“En nivel, el consumo total de carnes en China (95 kilos / habitante año) se encuentra ya bastante próximo al de varios países desarrollados, caso de Japón (100 kilos) o la Unión Europea (102 kilos)”, sostuvo Garzón.
Si China avanzase “en una diversificación similar, tendrían más recorrido ascendente las carnes de pollo y de vaca, donde los consumos del país asiático son aún reducidos en términos relativos”, afirmó.
Otro dato clave es que el elevado nivel de consumo que tiene China se sostiene en parte, con producción propia, y con importaciones.
China ocupa actualmente el podio de importadores globales, en un tercer lugar, luego de Japón y Estados Unidos, en el ranking de compras medidas en valor (US$) y en un primer lugar en el de de compras medidas en volúmenes (toneladas).
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos estima importaciones de carne de cerdo por un volumen de 2,2 millones de toneladas (carcaza equivalente) en 2019, que equivalen, para tener una perspectiva, a más de 3 veces la producción que se espera logrará Argentina este año (670 mil toneladas).
Como ha trascendido en medios y comunicados, China viene sufriendo una contracción de su stock porcino a consecuencia de un fuerte brote de peste porcina africana (PPA).
Se descuenta que la PPA reducirá la producción actual y futura de carne de cerdo en China en una magnitud importante, aunque la falta de información habitual en ese país limita la posibilidad de dimensionar con precisión el alcance final que puede llegar a tener la epidemia sobre granjas y productores locales.

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