Por Marcelo Ballerio*.
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Buenos Aires, 14 septiembre (Especial para NA) — La encefalopatía espongiforme bovina (EEB), comúnmente conocida como mal de la vaca loca, es una enfermedad neurodegenerativa del ganado vacuno y la Argentina está libre de su presencia.
Pertenece al grupo de las encefalopatías espongiformes transmisibles (junto a Scrapie, entre otras) y fue descripta por primera vez en Gran Bretaña en 1986.
La Argentina, a través del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), habiendo establecido la prohibición de alimentar rumiantes con proteínas animales desde la década del 90, lleva adelante desde hace más de 25 años la vigilancia epidemiológica para la detección temprana y los controles para la prevención de ingreso, reciclado y amplificación del agente que produce la EEB.
Esto significa que las mercancías de origen rumiante no presentan riesgo de transmitir la enfermedad.
En este sentido, el Senasa mantiene medidas de control pertinentes en las importaciones de mercancías consideradas de riesgo, para evitar el ingreso de esta enfermedad, así como realiza anualmente muestreos en los establecimientos elaboradores de este tipo de alimento.
Junto con las medidas de prevención del ingreso de la enfermedad y las acciones de vigilancia y control, también se lleva a cabo un sistema de difusión y capacitación, el cual forma parte de la estrategia establecida por el Programa Nacional de Prevención y Vigilancia de las Enfermedades Espongiformes Transmisibles (EET) de los Animales del Senasa.
Sus objetivos consisten en consolidar y mantener la privilegiada condición sanitaria de la Argentina respecto de esta enfermedad.
En este marco de prevención y vigilancia, el Senasa actualizó recientemente las categorías de riesgo de animales susceptibles a las encefalopatías espongiformes transmisibles (EET) para la toma de muestras.
La modificación se realizó con el fin de sostener el máximo estatus internacional alcanzado por la República Argentina, como país de riesgo insignificante respecto a la EEB.
En tanto, la medida está contemplada en la Resolución 974/2019, la cual adecua las poblaciones de riesgo a muestrear en relación a las sugeridas por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) para las EET de los animales.
Las sugerencias de esta Organización se actualizan de acuerdo a los cambios en la presencia de estas enfermedades a nivel mundial y los nuevos conocimientos.
Con la aplicación de estas medidas, la Argentina mantiene su reconocimiento internacional por parte de la OIE como país de riesgo insignificante respecto a la EEB, condición que se ha ido ratificando anualmente ante dicho organismo internacional mediante la información que, cada año, le remite el Senasa.
Esta condición sanitaria tiene, también, el aval de auditorías externas como la realizada en abril de 2014 por la agencia reguladora de normas alimentarias de Australia y Nueva Zelanda FSANZ sobre una evaluación de riesgo de la seguridad alimentaria con respecto a la EEB, que concluyó que la carne y los productos vacunos importados originarios de la Argentina son seguros para el consumo humano.

(*) Director de Planificación y Estrategia de Sanidad Animal del Senasa. Veterinario.

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